Lan Wangji solo suspiró cuando Wei Ying se sentó como último, esperando que todos tomaran sus asientos primero. Demostraba que el chico seguía actuando con deferencia, aunque mucho menos que durante los días anteriores. Al menos no dudó cuando se unió a ellos, lo que hizo feliz a Lan Wangji, hubo un pequeño progreso allí mismo.
Fue genial que Wei Ying ya no estuviera enfermo; incluso con todos los eventos de ayer por la noche de los que se habían enterado esta mañana, Lan Wangji esperaba que el niño pudiera dormir bien. Parecía estar bien, y tal vez incluso hambriento, ya que no había comido mucho desde que llegó a la Mansión Cloud Recesses. Con suerte, tanto las emociones de antes como la enfermedad serían lavadas por la miel y olvidadas en poco tiempo.
Recordando su desayuno anterior y cómo el chico se había mostrado reacio con la mantequilla ofrecida, extendiendo solo una fina capa como si no quisiera tomar demasiado, decidió encargarse de la tarea. Puso una generosa porción en un trozo de pan, ignorando por completo la mirada curiosa de su hermano. Podía entender por qué Lan Xichen se sorprendería, nunca había sido un fanático de las cosas dulces y ahora estaba haciendo un pan cubierto de miel, no para él, pero esto, sin embargo, su hermano no tenía forma de saberlo.
Sin ser molestado por los demás en la habitación y solo pensando en el bienestar del niño, extendió la mano con el pan hacia el otro. No hubo reacción del chico. Por supuesto que no lo habría, ¿cómo podría Lan Wangji no estar tan preparado? Wei Ying no le estaba prestando atención en este momento, ya mordisqueaba su propio pan, sin nada que le diera sabor, y estaba sumido en sus pensamientos.
Lan Wangji sabía que debía atraer la atención del chico, pero ¿cómo? No quería disgustar a su tío, que había estado claramente nervioso desde que se enteró de las manos de Wei Ying. Sin embargo, sus opciones eran limitadas; o enojaría a Lan Qiren con hablar durante la comida o intentaría hacerle un gesto a Wei Ying o tocarlo, pero podría ser contraproducente. A pesar de lo profundo que parecía estar el chico en este momento, era más que probable que reaccionara negativamente cuando lo molestaran, seguramente volvería a pensar que Lan Wangji quería golpearlo.
Entre esas dos alternativas, optó sin dudarlo por la de menores consecuencias. Giró su cuerpo ligeramente en dirección al niño para que su tío no viera su boca. Si hablaba lo suficientemente tranquilo, tal vez Lan Qiren ni siquiera se daría cuenta de que lo estaba haciendo. No quería que volviera a reprender al chico por algo como esto, después de todo lo había hecho la primera noche que Wei Ying llegó a la Mansión Cloud Recesses sin ningún fundamento detrás de sus palabras.
"Wei Ying", susurró tan fuerte como se atrevió en ese momento, esperando que fuera suficiente para que el chico lo escuchara.
Afortunadamente, aparentemente había tenido éxito cuando Wei Ying se volvió hacia él y le lanzó una mirada entre las pestañas. Era adorable cómo el niño trataba de mirarlo y no mirarlo al mismo tiempo; sin embargo, este comportamiento estaba rompiendo el corazón de Lan Wangji. ¿Por qué debería Wei Ying tener miedo de mirar a las personas directamente, incluso pensando que estaba prohibido para él?
No es de extrañar que tuviera miedo de las reacciones de todos si no podía ver sus expresiones y solo tenía su tono de voz para adivinar. Lan Wangji estaba decidido a hacerle saber a Wei Ying que mirar a las personas no era un pecado, sino que lo animaba. Lo haría lo antes posible; sin embargo, ahora mismo, había que terminar el desayuno primero.
Cuando logró atraer la atención de Wei Ying, le ofreció al otro el pan que le había preparado. Estaba feliz de que el chico aceptara sin dudarlo, aunque la sorpresa se veía en su rostro. Si estaba teniendo una reacción tan fuerte al ver solo la miel, Lan Wangji se preguntaba qué haría después de probarla. La miel de la familia Lan fue una de las mejores que hay.
Sin más indicaciones, el niño tomó un bocado del pan y se quedó completamente quieto. Entonces su mano se levantó abruptamente y se tapó la boca. Lan Wangji se alarmó de inmediato. ¿No le gustó la miel a Wei Ying después de todo? El niño parecía extremadamente sorprendido y, dado que Lan Wangji no podía ver sus ojos en este momento, no podía decir si se debía a emociones positivas o negativas.
Preocupado, se encontró extendiendo su mano y alcanzando a Wei Ying. Se dio cuenta demasiado tarde de que había optado por no tocar al chico hace solo unos momentos, retiró su mano rápidamente y estaba observando a Wei Ying de cerca para ver si lo había asustado como temía.
Dio un gran espectáculo cuando el niño levantó levemente la cabeza para mirarlo y vio que no había señales de miedo en su expresión ni en sus ojos. Estaba cerca y lo sabía demasiado bien. Se estaba reprendiendo en silencio por su descuido, realmente tenía que ser más cauteloso con Wei Ying a partir de ahora. Cuando vio una pregunta en los ojos del niño, asintió con la cabeza, animándolo a seguir comiendo.
No fue diferente a la mañana de ayer cuando Wei Ying lloró abiertamente al probar la mantequilla. Todavía pesaba mucho en la mente de Lan Wangji que el otro aparentemente no estaba acostumbrado a las comidas más simples. Comenzó a preguntarse de nuevo qué le habían dado antes.
El niño dio otro mordisco y bajó más la cabeza. Al igual que la mañana anterior y de acuerdo con las expectativas de Lan Wangji, Wei Ying comenzó a llorar. Estaba congelado en su lugar, Lan Wangji podría haber jurado que ni siquiera respiraba en este punto. Como ya estaba familiarizado con esta reacción, no se sorprendió.
Sin embargo, lo que lo sorprendió fue lo que vio a continuación. La cabeza de Wei Ying todavía estaba baja pero podía ver su boca. Y ahora, las comisuras de los labios del chico se curvaron ligeramente hacia arriba. El corazón de Lan Wangji dio un vuelco ante el más leve indicio de una sonrisa que encontró su lugar entre las mejillas de We Ying.
No era de ninguna manera la sonrisa que Lan Wangji recordaba de su primer encuentro, brillante e inocente, pero era una sonrisa de todos modos. Más dulce que cualquier otra cosa que Lan Wangji hubiera visto, su corazón se derritió ante la vista.