INEFABLE

Galing kay raixaatomica

870K 56.5K 25.7K

"La única manera de librarse de la tentación es caer en ella." - Oscar Wilde Maisie Wilde, una chica que des... Higit pa

Nota
⚠️¡ADVERTENCIA!⚠️
Personajes🎬
Prólogo🍷
Inefable (Nueva edición)
Capítulo 1🍷
Capítulo 2🍷
Capítulo 3🍷
Capítulo 4🍷
Capítulo 5🍷
Capítulo 6🍷
Capítulo 7🍷
Capítulo 8🍷
Capítulo 9🍷
Capítulo 10🍷
Capítulo 11🍷
Capítulo 12 🍷
Capítulo 13🍷
Capítulo 14🍷
Capítulo 15🍷
Capítulo 16🍷
Capítulo 17🍷
Capítulo 18🍷
Capítulo 19🍷
Capítulo 20🍷
Capítulo 21🍷
Capítulo 22🍷
Capítulo 23🍷
Capítulo 24🍷
Capítulo 25🍷
Capítulo 26🍷
Nota de Autor
Especial de Navidad🎄
Capítulo 27🍷
Capítulo 28🍷
Capítulo 29🍷
Capítulo 30🍷
Capítulo 31🍷
Capítulo 32🍷
Capítulo 33🍷
Capítulo 34🍷
Capítulo 35🍷
Capítulo 36🍷
Capítulo 37🍷
Capítulo 38🍷
Capítulo 39🍷
Capítulo 40🍷
Capítulo 41🍷
Capítulo 42🍷
Capítulo 43🍷
Capítulo 44🍷
Capítulo 45🍷
Capítulo 46 🍷
Feliz Año 2022🎆
Inefable🍷
Anuncio: volví.
ANUNCIO: VOLVÍ

Capítulo 47🍷

7.7K 334 154
Galing kay raixaatomica

Maisie

Soy una jodida irresponsable, follé con alguien sin protección. Es una mierda, de verdad cómo jodidos se me pudo haber olvidado algo muy importante como eso.

Estoy cerca de mi período y espero que sí me venga, porque no quiero tener un hijo todavía, no estoy lista.

Siento una incomodidad entre mis piernas y cada paso que doy es un martirio. Mi cuerpo aún me duele y tengo las marcas que Black me hizo, poco a poco se van cicatrizando. Espero no se queden en mi piel para siempre, eso no me gustaría.

Me coloco los jeans y una blusa de algodón, algo cómodo para ir con la ginecóloga. Por suerte Odette me llevará.

—¿Estás lista? —entra en mi habitación sin llamar, como de costumbre.

—Sí, lo estoy.

Ambas salimos de mi habitación y nos dirigimos hacia su auto.

—¿Iremos sola? —pregunto, al ver que no lleva a sus matones.

—No —frunce el ceño—, en un par se minutos mis guardaespaldas estarán aquí —informa, un tanto frustrada.

No le digo nada porque aún siento vergüenza de que me haya visto salir de la oficina de su hermano recién follada, y es que no tenía ni cinco minutos de haber terminado de follar.

¿Por qué me dejé llevar por mis deseos?

Ver su sombra de lejos me causó mucha curiosidad y me despertó las ganas de tenerlo dentro de mí. No sé cómo mi piernas automáticamente se dirigieron hasta su oficina. Es como si en ese momento no hubiera pensado en otro cosa que no fuera que me follara. Estoy experimentando todavía y quizás por eso los busqué ayer, quizás necesitaba mi dosis de sexo salvaje para disfrutar un poco. Tenerlo dentro de mí es tan delicioso.

Mis mejillas se sonrojan al recordar como folla él. Es un hijo de puta, pero en serio, lo hace tan bien que solo quiero más. No sé si pienso así porque él es una de mis primeras veces, cuando folle con alguien más lo voy a descubrir.

Me muevo muy incómoda en el asiento, es que pensar en el hace que a veces me den ganas de volver a follar, nada más.

—Pensando en mi hermano, ¿cierto? —Odette sonríe de forma lasciva.

Qué vergüenza, de segura soy tan obvia en algunas cosas.

—No —niego, a veces siento que ella me intimida mucho.

Por lo que he visto Odette es una mujer fuerte y que no se deja de nadie, comparada conmigo, que toda la vida me mantuvieron en una cajita de cristal sin darme información alguna.

—Te preguntaría qué tal lo hace mi hermano, pero admito que me da cierto asco —dice, sin apartar la vista del camino.

—Lo hace muy bien —digo sin pensarlo. Coloco una mano en mi rostro para tratar de ocultar semejante vergüenza. Es que ni siquiera preguntó y yo de estúpida le respondo.

Mierda.

Odette se ríe como si le hubiera contado el mejor chiste del mundo.

—Veo que mi hermano te tiene como él quiere —eleva una ceja.

—No —niego rápidamente—, el hecho que él y yo follemos no significa que me tenga como quiere —muerdo mi labio inferior—. Es un pasatiempo que tengo ya que el maldito bastardo se atrevió a quitarme mi libertad —recalco la última parte.

—Y la virginidad también —Odette ríe.

No me parece gracioso, la miro de mala manera, porque es cierto. Me quitó mi libertad y mi maldito estructo social, pero admito que yo sí quería follarlo.

La curiosidad mató al gato y ahora heme aquí con ganas de querer más. 

Quiero salir de aquí, ser libre, pero tengo muchas dudas. Me ocultan demasiado y detesto como la mierda que lo hagan. No soy estúpida, de hecho me considero una persona fuerte que puede soportar cualquier cosa.

—No seguiré hablando de tu hermano contigo porque de seguro le dices todo lo que te digo.

—Mi hermano sabe todo de ti, Maisie, no hay necesidad que yo le diga las cosas —se encoge de hombros—. Sabe tanto de ti que dudo algún día puedas huir de él, porque créeme, si lo haces él mismo es capaz de bajar hasta el infierno con tal de tenerte y no dejarte ir nunca.

Lo que dice me asusta un poco, lo tomo como una sentencia. Es como si de verdad nunca saldré libre.

Él tiene cierta obsesión conmigo, pero ¿Por qué? No soy una diosa o una ninfa andante.

¿Qué tengo de especial que pueda querer él?

¿Será que mi familia tiene que ver algo con todo esto? 

No he sabido nada de ellos desde hace un par de meses y ni siquiera me han estado buscando. ¿Porqué?

Me dejaron a la deriva y ni siquiera se atrevieron a darme una maldita razón. Me siento traicionada por primera vez en la vida, me clavaron una daga por la espalda.

¿Y qué pasará con Mía? ¿Tendrá el mismo destino que yo?

Maldita sea, tengo que hacer algo, necesito traer a Mía conmigo.

—Odette —la llamo, preocupada—, ¿crees que puedes traer a mi hermana conmigo?

La miro suplicante. Yo sé que a veces este tipo de personas no tienen corazón, pero tengo que intentarlo. No me perdonaría que algo malo le llegase a pasar.

—Tengo que hablar con mi hermano para eso.

—Dile que si de verdad me quiere junta a él que la traiga —espeto.

—Él te va a pedir algo a cambio.

—Pero si él me dijo que pronto me llevaría a verla —siento que un nudo se comienza a formar en mi garganta.

—No todo el mundo dice la verdad, y si quieres que te digan la verdad, tendrás que buscarla por ti misma —me da una mirada un tanto compasiva, pero no sé si creerle. Al parecer todo el mundo miente maldita sea.

—¿Qué crees que me pida a cambio?

—No sé, quizás algo con lo que jamás puedas irte de su lado, una promesa de que serás de él o de ellos —sentencia. Su mirada recorre detalladamente mi cuerpo y se detiene por un par de segundos en una parte de él.

¿Algún día podré recuperar lo que perdí? No lo sé.

—¿Qué crees que sea, Odette?

—Creo que tú misma sabes que es —su otra vez mirada recorre mi cuerpo y sonríe.

Malditos acertijos, lo que sea que quiera él se lo tengo que dar. Aunque no sé si esté dispuesta a mucho, pero por mi hermana hago cualquier cosa.

Pasa unos minutos en los que analizo sus palabras.

—¿Quiénes son ellos?

—Nosotros, todos.

Su respuesta no me deja satisfecha, esta mierda va de mal en peor, y me molesta.

—Eso no es una respuesta —le espeto.

—Es lo que hay, confórmate con esto mientras tanto —dice, se nota que está tranquila, segura de lo que dice, mientras que yo estoy a punto de que mis neuronas exploten.

No le pregunto ya nada más, ni busco conversación con ella. De hecho quiero pensar que este momento es solo una salida de amigas y no una cita a la ginecóloga para verificar que conmigo todo esté bien y evitar ser una fábrica de bebés en este momento que no es conveniente para nadie.

Llegamos a la clínica, los hombres de la organización nos siguen, siempre con armas listas.

No voy a mentir, estar metida dentro de todo este  maldito problema me causa temor, porque tengo una hermana y además los oscuros motivos de Black por los cual estoy aquí no los sé. Se niega a darme respuestas y lo odio por eso, y detesto que me guste como folle y que sea un malnacido.

Y eso solo me hace pensar todavía más que el hecho de que me gusta follármelo, que estoy muy mal de la cabeza y que a muchas personas les ha de parecer incorrecto e inmoral esto, y no olvidemos que repugnante también.

—Mañana iremos a la mazmorra —informa Odette.

—Pero yo no quiero ir —le espeto.

—Son órdenes de mi hermano —responde, muy tranquila y segura—. Tienes que saber cada cosa de la mafia negra: sus leyes, sus enemigos sus aliados, todo, absolutamente todo.

Eso me deja helada, no quiero saber nada de nadie y mucho menos de la familia y la organización de él. Soy una estudiante de derecho que defiende a aquellas personas que son inocentes y justas, y que buscan justicia.

Black y yo somos completamente diferentes. Mientras en el es un psicópata, criminal y enfermo mental, yo soy una persona tranquila que en ningún momento quiso meterse en toda esta historia de terror.  

—Yo no puedo —digo, mientras abro la puerta para salir del automóvil.

—Algo tienes que saber de mi hermano es que él nunca va a preguntar, solo dirá que lo hagas y ya.

—Me da gual.

—Ojalá que cuando te esté azotando digas eso —bufa.

Aún me duele el culo de los azotes anteriores y apenas se están cicatrizando algunos cortes que él me provocó.

A mi mente viene el recuerdo de su lengua limpiando cada herida, saboreando todo de mí. Black es un maldito desquiciado, pero yo lo soy más al permitir tales cosas y no negarme en absolutamente nada.

Definitivamente no estoy bien de la cabeza y todos ya se han fijado en ello.

Cuando estamos frente a la puerta de la doctora, Odette se detiene y me ve fijamente.

—¿Te gustaría tener hijos, Maisie?

—Sí, pero no ahorita no en estos momentos —niego—. Quizás cuando sea salga de aquí yo sí quiera tener hijos.

Ella ríe secamente.

—¿En serio eres tan ilusa de tan solo imaginar el hecho de que mi hermano te va a liberar? —la sonrisa aún permanece en su rostro.

No está demás ilusinarse con algo que seguramente, en mi situación es algo casi imposible. Me arrebataron mi libertad, él me la arrebató, así como deseo su cuerpo también es el odio que siento por eso.

Algunas lagrimas comienzan a acumularse en mis ojos, me arden un poco.

—Es mejor que me mate —espeto.

—Él no sería tan indulgente contigo, Maisie.

Mi piel se eriza ante sus palabras, eso no es nada bueno.

—No crees que es mejor a que me diga qué quiere de mí —analizo un sinfín de cosas—. Si es de dinero quizás mi familia pueda conseguirlo.—Miento.

—Lo que él quiere no tiene precio, tiene valor —se acerca mucho a mí a tal punto que su respiración choca contra mi nariz—. Y solo teniéndote se asegura de eso.

—¿Un valor importante?

—Digamos que sí.

Ella les dice algo a los hombres en francés. Yo no entiendo, solo hablo inglés, italiano, español y un poco de alemán.

Ellos bajan la mirada ante ella, de seguro no tienen permitido verla a los ojos. Su rostro muestra una expresión dura y fría. Sus ojos grises resaltan mucho con su cabello. Se ve muy hermosa, la verdad.

—No soy mi hermano para que me veas así, Maisie, pero si algún día quieres experimentar algo nuevo —se acerca a mí y da un guiño—, no es problema para mí.

Esta mujer es directa, toda su familia es así, no se reserva nada.

—Yo..., por el momento estoy bien.

—Eso me confirma que la polla de mi hermano te deja muy satisfecha —levanta ambas cejas—. Y yo pensando que ya se había vuelto algo vainilla.

Niego con la cabeza sin evitar sentirme avergonzada.

Ella abre la puerta y me deja pasar primero para luego entrar detrás de mí.

—Señorita Black, es un gusto verla —se levanta automáticamente de su silla—, y ella es...

—La futura señora Black —dice, con mucha altanería.

Siento que la sangre ha abandonado mi cuerpo. Yo dije muy claramente que él no es nada mío, yo no le pertenezco, pero al parecer no entienden.

—Yo no soy...

—Pronto, Maisie, solo es cuestión de esperar. —Odette me da un apretón de mano.

—Y supongo que vienen a verificar si puede haber un futuro heredero para la mafia negra —la doctora se sienta y ella hace un gesto que indica que hagamos lo mismo.

—De hecho no —no dejo que Odette hablé por mí, por de seguro ella no pediría los anticonceptivos—. Solo vengo para evitar quedarme preñada de su hermano.

—Veo que a el Roi le tocó una mujer muy difícil.

—Ya después veremos como hacen un equipo de fútbol, Amance. Unos cinco herederos para la organización —sonríe Odette.

—¡¿Cinco?! —abro mis ojos con exageración.

—Quería unos siete, pero sé que mi hermano a veces no aguanta mucho a los bebés así que cinco —se encoge de hombros.

Sin verlo venir, ella saca su arma del cinturón y da un disparo al aire.

—¿Tu lealtad sigue con nosotros, Amance? —le pregunta ella a la mujer.

La doctora se asusta, sus ojos negros se agrandan y retrocede con su silla.

—Por supuesto, mi Lady, usted sabe que tiene toda la lealtad de mi familia y la mía —titubea un poco, pero cualquiera en esta situación lo haría.

—Bien, entonces —Odette se cruza de piernas—, no quiero que nadie se entere que ella está aqui, que estuvo aquí y lo estará si no ya sabes que nada le pesa a mi familia y a mí extinguir a la tuya. —Amenaza.

—Así será, mi Lady.

Amance procede a hacerme todos los chequeos, a revisar cada parte de mi cuerpo, incluso a revisar si no tengo algún sangrado en mi sexo. Cosa que sí sucede.

—Bueno —dice, sentándose frente a nosotras —, el Roi está siendo brusco con ella. Seria bueno que la dejara descansar por unos días y evitar ciertos juguetes sexuales, por el momento.

Honestamente la forma en lo que él lo hace, no me molesta para nada. Me gusta y mucho, aunque admito que a veces se pasa un poco. Lo del sangrado era de esperarse, últimamente había sentido unas punzadas de dolor en mi vagina, pero no dije nada por pena y no me molesté en darle importancia. Ahora tiene consecuencias.

—Quién diría que mi hermano literalmente te destrozaría ahí abajo.

Le lanzo una mirada de desagrado a Odette. Estoy preocupada y ahora avergonzada gracias a su comentario.

—¿Es grave? —pregunto con la preocupación muy evidente en mi tono de voz

—No, pero tienes que descansar. Nada de sexo salvaje, fuerte y brusco —ella anota algo en una hoja.

Estuve sin sexo por mucho tiempo, claro que puedo abstenerme por algunos días. Igual que mas dá unos días sin sexo.

—Está bien —aseguro.

—Por ti, porque por otra persona creo que no —Odette hace una mueca de desagrado.

La doctora se levanta de su lugar y va por una jeringa.

—Te voy a poner la inyección anticonceptiva —me avisa—. Cada 30 días exactos tienes que venir a ponértela, sino puede que salgas preñada.

Eso me alivia mucho, solo es cuestión de que no se me olvide la fecha. Ya dejé muy claro que no quiero hijos, y mucho menos con él. No quiero ni imaginar la vida que podrían tener, el peligro latente en el que siempre estarían, así como yo estoy ahora. No sé mucho de la familia Black, pero sé lo necesario como para no ser su enemiga nunca.

—De acuerdo.—Respondo.

—Nos convendría que no la tuviera —bufa Odette.

—Siendo sincera apoyo a la señorita Odette —dice la doctora, mientras me limpia con un algodón para luego pincharme el brazo.

—No quiero y menos con él —bajo la manga de mi blusa y hago una mueca de desagrado.

—Señora Black, cuando todo pase, ni cuenta se dará. Va a tener la dicha tener a alguien importante en su vientre, si eso llega a suceder.

Que Amance hable así me da miedo, me siento forzada a estar aquí y ahora me salen que en un futuro llevaré en mi vientre a alguien importante. Esas cosas son puras idioteces.

Niego con la cabeza y me limito a estar en silencio. Con personas que te quieren infundir ciertas mentalidades, la mejor arma es ignorarlas.

No quiero saber lo que me espera, porque estando aquí, si llego a salir, nada bueno me esperará allá afuera.
                       

                          🍷🍷🍷

La mañana es fresca, tranquila. Aunque no del todo ya que estar de rodillas entre piedras no es nada agradable.

Edward tiene que enseñarme algunas cosas y su presencia no me agrada mucho. En una hora el regresa de Grecia. Black me ha dicho que él ha ido a hacer algunos tratos, alianzas necesarias para lo que nos espera.

Como era de esperarse, él no le dio importancia a las indicaciones de la doctora y disfruté teniendo sexo con él anoche.

Y aún estoy de rodillas porque estaba molesta y en el sexo oral me pude vengar, así que le mordí la polla tan duro hasta sentir su sangre en mi boca. Aunque creo que el enojo fue más conmigo misma que con él, porque en ningún momento me negué a que me enterrara su polla.

Me doy pena ajena y a veces me doy asco por permitir tales cosas.

«Sí, dame más»

«Delicioso»

De solo recordar lo que le dije mientras lo hacíamos me da mucha vergüenza.

Atada de manos no puedo hacer mucho y menos de los pies. Está posición me está incomodando y las piedras de seguro ya me han causado algunos cortes.

Nadie viene a mi habitación, nadie tiene permitido entrar sin autorización de él.

Puedo decir que llevo un par de horas así.

Él dijo que esta habitación tiene cámaras, así que si me levanto el dijo que me iba a dar unos latigazos en el culo hasta verlo con sus marcas. Y no, y yo hoy no estoy de humor para aguantar eso, suficiente tengo con que me duela el vientre y las rodillas.

Pasa otra hora más y siento como un líquido sale de mi vagina. ¡Mierda! Se me ha olvidado la menstruación y traer falda no ayuda mucho en esta situación.

Por una parte me alegro demasiado porque eso significa que no hay un feto Black Wilde dentro de mí. Gracias al cielo.

La sangre me cae por las piernas hasta terminar en las piedrecitas. Qué vergüenza, sigo añadiendo más situaciones, que me apenan mucho, a la lista.

Siento que pasa una eternidad hasta que Mary entra a mi habitación.

—Pero mira cómo estás —niega con la cabeza y pone una expresión de puro drama en su rostro, como si ver a alguien menstruando le causara pena.

—Es normal —me encojo de hombros. Trato de estar tranquila y no ponerme nerviosa, ya que cuando lo estoy, suelo tartamudear mucho.

—Iré por tu hombre para que te atienda —se marcha rápidamente.

—¡No le digas nada! —grito, pero dudo que me haya escuchado.

Espero otros cinco minutos hasta que ella regresa.

Me venda los ojos con cuidado.

—Ya viene él para ducharte y ponerte limpia. —Informa.

—¡Qué! No, no, no. Es algo que yo puedo hacer sola, no necesito la ayuda de nadie —niego rápidamente. Esto es estúpido, no voy a dejar que Black me vea en este estado aunque para mí sea normal.

—Él es tu dueño, Maisie, solo él puede tocarte y limpiarte. Nadie más puede hacerlo porque eres suya —recalca lo último.

No me resigno, pero prefiero no seguir hablando.

Escucho como alguien abre la puerta de mi habitación. Siento un aroma varonil, no se hace falta de ser quién es. Reconozco su aroma, hasta el aura de poder que emana.

—Puedes salir, Mary. Tengo que atender a mi mujer —se acerca a mí.

Mary se retira de mi habitación dejándome a solas con él.

Quiero que la tierra me trague.

—Mi dulce Maisie, veo que tienes problemas.

—Problemas que muy bien puedo arreglarlos por si sola, gracias. —Le espeto un tanto molesta.

—Eres mi mujer, mía con todas las letras de la palabra, así que tengo que atenderte —sus labios rozan mi cuello para luego morderlo.

Antes de terminar en esta situación de mierda, solía ponerme mucho cuando estaba en mis días. A veces me excitaba sin darme, y me costaba controlarme.

Y ahora controlarme estará muy difícil.

—Veo que te gusta que te bese —pellizca uno de mis pezones haciendo que me sobresalte un poco.

La camiseta de tirantes no ayuda en nada y menos el no traer sujetador. Siento como rozan la tela, están sensibles al igual que yo.

Black los muerde por encima de la camiseta. Muerdo mis labios para no gemir.

—Por más que quisiera follarte, no puedo —se hinca detrás de mí y siento su erección en mi espalda baja.

Estoy excitada y lastimosamente tengo la regla. Así que tengo aguantarme las ganas.

Él se separa de mí y se levanta.

—No te muevas, ya regreso —avisa.

Espero lo necesario hasta que aparece nuevamente.

Toma mi mano y me levanta.

Me siento también al no tener las piedras incrustadas en mi piel. Me arde, eso sí.

—Iré a asearte, mi amor —me guía hasta el baño de mi habitación.

—Primero tengo que limpiar el lugar.

—Ya alguien más lo hará.

—Qué vergüenza. —Admito.

—Es normal, pequeña.—Muerde mis labios.

Me mete a la ducha y me quita la ropa.

—¿Te vas a bañar conmigo? —pregunto, mas por curiosidad que por otra cosa.

—Sí.

Enciende el grifo y él comienza a asearme. Lava mi cabello muy suavemente, luego lava mi cuerpo, dejando una que otra mordida por donde va pasando.

Quita la venda de mis ojos, me decepciono un poco, no puedo ver nada, el baño esta en total oscuridad.

—Estoy cansada de no saber quien mierdas eres y eso me molesta —exploto de la nada.

—Las cosas se hacen a mi modo, tienes que aprender eso y grabártelo muy bien en esa cabecita que tienes  —me acorrala contra la pared. Su polla que en vientre. Está tan dura, pero no, no voy a hacerlo.

—Eso lo dices porque no te tienen encerrado y sin nada que hacer. —Le espeto. Me remuevo un poco con la excusa de sentirlo más.

—Mi hermano te llevará a las mazmorras, pasarás con él unos días. Yo tengo cosas que hacer —informa, al igual que yo, molesto.

—¿Cuándo regresarás? 

—Y yo pensé que no te importaba.

—Tampoco te sientas importante, así que relájate un poco. —Trato de restarle importancia. Pero creo que me trato de convencer más a mí que a él.

—Pero te gusta como te follo, no te niegas, tienes un lado oscuro al igual que yo, solo que te sientes oprimida por tus valores, por lo que crees que es correcto y moral. Cuando sabes perfectamente que no estás bien al desearme, al gemir cuando te follo y él querer más de un monstruo tan repulsivo como yo. —dice todo como si leyera mi mente muy bien.

Dios, este hombre me vuelve loca.

Mis ojos comienzan a llenarse de lagrimas porque él tiene razón. No puedo estar bien y nunca lo estaré por mis deseos.

—No, eso no es cierto.

—Entonces dime, Maisie, ¿por qué no te niegas cada vez que te follo, te azoto o cuando te lamo el coño? —su respiración cae en mi rostro.

«Porque estoy mal de la cabeza», quiero decirle, pero no voy a caer en su juego.

—La peor tortura no es la física, sino la mental —me besa y no puedo evitar corresponderle.

Lagrimas caen por mi rostro ante tal frustración.

De esta tengo que salir, lo sé, y lo haré cueste lo que me cueste.

    


 

Perdonen mucho la demora, pero no me he sentido muy bien emocionalmente. Tengo muchas dudas sobre Inefable, necesito cambiar algunas cosas, temas que no traté muy bien, ya que ustedes se merecen lo mejor y no algo como esto. Subiré una nueva versión de Inefable, Black seguirá siendo Black y trabajaré mejor la personalidad de Maisie. Quizás en estos días suba la nueva versiób, o algunos capítulos. Ya que quiero montar la nueva versión conforme algunos hechos de esta versión.

Esta seguira en wattpad hasta que la termine, después de un tiempo la quitaré. Pido disculpas, pero ustedes merecen algo mejor.

Gracias por apoyarme, ¡Ya tenemos 580k de leídas!

Twitter: Itspandemoniumx

Besos derivados e integrados.           

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

45.9K 9.2K 17
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aqu...
81.7K 4.2K 18
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...
68.1K 10.9K 41
Que pasaría si tienes 17 años y de quién pensabas estar enamorada no lo estás y sin embargo te sientes atraída por una mujer 8 años mayor que ella...
6.7M 276K 72
Molly Johnson es una mesera y necesita juntar mucho dinero para salvar a su hermana. Axel Cavelli es un exitoso empresario y necesita una novia por t...