Capítulo 40🍷

10.1K 508 386
                                    

Black

Observo a Maisie dormir tranquilamente. Me gusta verla así, muy tranquila, sin las cosas que la perturban a veces.

No voy a justificar mis actos, la secuestré porque quise, porque tengo el poder de hacerlo. No me voy a hacer el bueno en ese sentido porque no lo soy. Estoy tomando demasiada ventaja ante mi enemigo, y eso me sirve, al igual que Maisie.

No voy a negarlo, ella es atractiva, muy dulce e inocente, y creo que caí por su inocencia, es algo que me atrajo como un imán hacia ella. Y no digamos el sabor de su boca.

Mantuve los ojos puestos en ella desde aquel hecho que hizo que su familia prácticamente se destruyera.

Las fotos que tengo de ella de cuando era pequeña son cuando estuvo con ellos.  Fue parte de ellos antes de que todo se fuera por la borda y ser Maisie Wilde. A veces las cosas no son como nos las dicen y por eso es mantener la confianza solo en ciertas personas.

Ella no confía en mí, pero poco a poco me voy ganando su confianza a tal punto de que se entregó a este ser que poder dentro está muy podrido, que está lleno de oscuridad y que un abrir y cerrar de ojos le puede arrebatar todo. Pero era necesario antes de que fuera de él, porque quiera o no, ahora es más mía que nunca.

Ella sabe que de ahora en adelante solo tendrá espacio para sus más sucias fantasías y que el hombre que puede cumplirlas también puede destruirlas.

De solo recordar los estrecha que estaba se me pone dura. Siento que no tengo suficiente y me hace querer más, quiero más de ella, quiero ensuciarla hasta que no quede ni un rastro de inocencia en ella.

Ellos no pueden venir por ella, porque se supone que está muerta, así que solo tiene a su familia que es un puto imán de problemas.

Ella quería, ella quería entregarse a mí, yo la lleve a eso.

La forma en la gemía, la forma en que sus mejillas iban adquiriendo un color rosa con cada embestida, de solo pensarlo estoy duro otra vez.

No resisto, no puedo más.

Antes pensaba que me iba satisfacer al quitarle su pequeña flor, pero solo quedé con ganas de más.

La luz de la luna aún se filtra por las cortinas iluminando parte de su cuerpo, haciéndola ver deseable y muy provocadora.

Me levanto de la cama para ir a mover un poco las cortinas y así ella no me pueda ver.

Regreso y comienzo dar pequeños besos en su espalda. Nunca he sido vainilla y ni pienso serlo, así que no dudo en tomar algunas cuerdas que tengo guardadas.

Beso sus labios sintiendo la suavidad de estos.

Ella comienza a despertarse y murmura:

—¿Pero qué estás haciendo? —dice algo somnolienta.

—Voy a follarte otra vez —le suelto sin un ápice de empatía.

Me urge estar dentro de ella, mi polla solo quiere estar en ese coño tan adictivo que tiene.

—¡Estás loco! —vuelve a cubrirse con la sabana—, ¿quién folla a las dos de la mañana?

—Pues yo y muchas personas más.

Le quito la sabana y tomo sus manos.

—¿Acaso nunca te cansas de follar? —suelta, un tanto molesta

Sé que finge y la humedad de su sexo no me lo niega.

Paso mis dedos por sus pliegues disfrutando de su humedad.

INEFABLE Onde as histórias ganham vida. Descobre agora