Capítulo 32🍷

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BLACK

Maisie Wilde, mi pequeña Maisie, necesito su cuerpo, y ahora ella también necesita el mío.

Sus gemidos, sus jadeos y cada que dice mi nombre entre sus labios, me provoca. Y es que a veces la he imaginado a ella en cuatro mientras le doy con la fusta en ese redondo trasero.

No le había mentido cuando me preguntó sí la quería como mi sumisa, pero también quiero darle placer cada que yo quiera.

El sexo con Maisie puede ser a mi manera, pero ella aún no está preparada para conocer el mundo del sadomasoquismo. Quizás de su boca había salido un "sí", pero tengo miedo de hacerle daño. Se supone que la tengo conmigo para protegerla, no para dañarla y quizás Odeth tenga razón al decir que fue un error traerla hasta aquí y de la forma en lo que hice.

Pero hay cosas en el pasado que ella puede recordar al verme, o no sé.  Y sí aún las recuerda, probablemente me odie.

Comienzo a creer que tener a Maisie, quizás sí pueda ser peligroso. Si los Vis Belli se enteran, no se que podría pasar.  De seguro vendrían por ella y se la llevarían con ellos. Tengo que aceptar que los Vis Belli tienen poder, al igual que los que pertenecen a la CEPS.

Ver a Maisie en ese vikini rojo que deja ver sus atributos y esa piel bronceada como el oro, me provoca. Me provocó desde el momento que la vi con mi hermana, ese pequeño cuerpo que es tan mío, así como yo soy de ella.

Camino junto a ella, y la guío hasta la habitación que tengo especialmente para mis juegos, para darme placer y para dárselo a ella.

Se ve tan pequeña junto a mí, me provoca demasiado, quisiera estar dentro de ella, pero sé que yo tengo ciertos límites, aunque ya me haya pasado de algunos. Ambos nos dejamos llevar por el deseo que nos consume, por la lujuria que nos circunda cada que estamos juntos, y ella lo sabe, pero no lo admite. Sé que tiene miedo de hacerlo, porque lo que hacemos es inmoral, va contra sus reglas.

¿Quién en su sano juicio dejaría que su captor la tomara y la hiciera suya?

Nadie.

Pero Maisie ya perdió su raciocinio, ella quiere disfrutar del placer que yo le doy, aunque de algo estoy seguro y es que ella no se va a enamorar de mí. Ella puede ser tímida y recatada algunas veces, pero no tonta, y estoy seguro de que ella no se va a enamorar de mí.

Llegamos a la habitación en donde tengo todo preparado para mis sumisas, aunque a ella no la tomo como una, solo quiero compartir la lujuria y el deseo que me provoca. Hacerla gemir y gritar mi nombre.

Entro con ella y dejo las luces apagadas.

Enciendo solo una pequeña vela y me coloco el antifaz.

La tomo de la mano y la guío hacia la cama.

La veo un poco dudosa.

Se muerde sus bien proporcionados labios y eso me provoca.

—Tienes que confiar en mí, Maisie, trataré de ser gentil contigo—siento como su mano se tensa y presiona un poco más la mía.

—¿Gentil conmigo?—noto un ligero temblor en su voz—, ¿cómo así?

De seguro, ahorita mismo ella ha de estar pensando que atreverse a decirme que quiere intentar algo más,  es una completa locura.

—Si no quieres hacerlo no hay problema, yo puedo esperar—digo con cierta parsimonia para no preocuparla.

Sigue tensa, pero a los poco segundos se relaja, se acerca a mi y su pequeña mano comienza a recorrer mi cuello con caricias inocentes, pero que igualmente me provocan.

INEFABLE Where stories live. Discover now