Capítulo 2🍷

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Soy una extraña para todas estas personas aquí presentes, pero realmente este tipo se pasó de la rayita. Lastima que soy bien mensa para poder responderle, su presencia me intimida demasiado, más que la de Asher.

—En serio, a veces no sabes lo que haces, Asher—le dice el hombre que con una mirada juro que podría matarme.

—Tristan, calmate, es solo una niña, no está haciendo nada malo—me defiende Asher.

Nunca pensé que él haría eso.

—Es cierto, Tristan, no te alteres demasiado. A veces pienso que te falta una buena dosis de sexo—Kira eleva una ceja—, y ya sé quién puede dártela.

Era una adulta, pero aún me incomodaba hablar sobre sexo. El hecho de no haber besado y ser virgen, no me hacen una santa, sin embargo, eran temas que prefería eludir. Mi madre y mi padre no habían hablado de sexo conmigo, ellos no estaban junto a mí desde que yo tenía quince años.

Por darnos una vida digna a mí y a mi hermana, Mía, ellos tuvieron que irse a trabajar a Inglaterra como chefs. No ganaban demasiado dinero, pero si lo necesario para mantenerme a mí y a mi hermana en buenas condiciones.

Kira pasa sus manos frente a mí.

—Tierra llamando a Maisie—agita sus manos un poco más rápido.

—¿Qué...qué pasó?—logro salir de mis pensamientos.

—Nada, Maisie—dice Asher.

La mirada de Tristan se posa en mí y creo que quizás por una milésima de segundo pude notar algo más que ira...quizás ternura. No lo sé, no lo podría decir porque no conozco la forma de ser de Tristan, aunque si así es su caracter, no me imagino como ha de ser con todos los demás. Puedo decir que se ve muy claramente que él es un tipo arrogante y egocentrico, de esos que gritan peligro a cada paso que dan. Y en este caso, literalmente sí era un peligro total. Sus ojos grises son de pura frialdad, me intimidan demasiado y más con esos tatuajes en su cuerpo. Admito que este hombre tiene un cuerpo de dios griego, pero no está a mi alcance, además no soy el tipo de chica que le pudiese gustar.

Tristan parece un poco más relajado. 

—Entonces, Tristan—comienza a hablar Kira—, ¿no quieres descargar toda esa frustración que sientes?—el tono de voz de Kira podría decirse que es seductor a los oídos de cualquier hombre—,  creo que tengo un par de chicas disponibles que pudieran gustarte, obviamente no son como Alessandra, pero te pueden quitar la frustración muy, muy bien—ella le da un trago a su bebida.

Algo que admiraba de Kira, era como ella podía convencer a las personas de hacer algunas cosas. Tenía el poder de la convicción y aparte tenia una seguridad en sí misma. Envidiaba eso, yo no podría ser ni la milésima parte de lo que ella es. A veces tanta timidez, me frustraba.

Tristan me ve de reojo, eso hace que me comiencen a arder las mejillas de ma vergüenza. No me gusta que me vean mucho y eso es a causa de mo timidez.

—¿Cómo te llamas, niña?—las palabras de Tristan, ahora tienen un tono un poco más calmado.

Y me tomó por sorpresa, yo pensé que no iba a dirigir palabra alguna con él. Me parece tan frío y déspota, todo lo contrario a lo que yo era algunas veces.

—Mai...mai...sie—trago saliva en seco para poder hablar mejor—Masie, me llamo, Masie.

Hablar bien frente a un mafioso, logrado.

—Y bien, Maisie, ¿tú trabajas para Kira?—sus ojos grises siguen escaneando cada parte de mi cuerpo, cosa que no ayuda en nada.

Sé a lo que se refiere con decir que trabajo para Kira. Ella suele conseguir chicas para la mafia, empresarios e incluso políticos. Todo eso solo para que ellas les den placer a sus clientes. No juzgo lo que ella hace, además, las chicas que trabajan para ella lo hacen porque quieren y no por obligación. Y por lo que veo, unas sí lo disfrutan demasiado.

—No, Tristan, ella no está disponible para ti—responde Kira antes de que yo lo haga.

Eso parece molestar a Tristan.

—Entonces, ¿para quién está disponible?

—Para nadie, Tristan. Mis chicas y yo, solo la contratamos para que sirva las bebidas o alguna que otra cosa—le explica Kira.

Tristan parece entenderlo todo.

—¿Y algún día estará disponible?—pregunta con lascivia.

Eso me pone mucho peor, mi vida sexual aún no ha empezado y este idiota ya cree que yo voy a hacer algo con él.

—No...no—respondo con el poco valor que reuní.

Asher parece desesperarse de estar aquí sin hacer nada con Kira, porque dice:

—Bueno, ya que arreglamos todo, hermanito, es mejor que nos retiremos—Asher pasa su brazo por la cintura de Kira.

—Aprende de Maisie, Tristan, puedes quedarte haciendo la tarea con ella—le dice Kira en forma de burla.

—Muy graciosa, Kira—le responde Tristan con sumo sarcasmo.

Con eso, ellos deciden marcharse a otro lugar, dejándome sola con Tristan. Estar cerca de él me seguía incomodando, su prepotencia y su frialdad, hacían que me sintiera más pequeña de lo que ya era.

¡Mierda!

No soy de decir palabrotas, pero en casos incómodos, se me salen, hasta mentalmente.

Comienzo a morder mi labio inferior, y eso lo hago solo cuando estoy nerviosa, demasiado nerviosa.

—¿Qué pasa, Maisie?—me pregunta Tristan.

—Yo...yo pues, nada—logro responder.

—Si así te pones por nada, como te pondrás por algo.

Tengo que hacer la tarea, que mejor excusa que eso.

—Señor, ¿puedo...seguir haciendo...mi tarea?

—Claro, Masie. No tiene porque preguntar.

—Gra.. cias, que...amable.

Me dirijo a sentarme un un banco del mini bar. Antes de que el tal Víctor me pusiera un arma en la sien, ya había acomodado mis libros y cuadernos.

Tomo asiento y comienzo a escribir, pero la mirada de Tristan no se aparta de mí. Quizás espera que le sirva un vaso con whisky o algo así.

Me decido preguntarle.

—¿Pu...puedo ayudarlo en...en algo?—las palabras apenas salen de mi boca.

—Tú—se acerca a donde yo estoy sentada—, tú podrías ayudarme en muchas cosas, Maisie, pero no viniste hasta aquí para eso—sonríe con un poco de decepción.

¿Cómo así? ¿Qué quiso decir con eso?

Solo asiento, no quiero pensar en otra cosa que no sea mi tarea.

Tristan se va, dejándome, cosa que agradezco. Disfrutar mi soledad es una de las cosas que mejor hago.


 

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