Capítulo 12 🍷

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La cena con el desconocido fue muy buena, hablamos de lo que yo quería, el tema de esa conversión, siempre fui yo. Me trata bien y eso me gusta, pero he leído libros donde ese tipo de hombres al final resultan muy posesivos y llenos de lujuria. Quizás sea bueno, pero quizás no.

Hoy que desperté, había una nota en la mesita de noche, con unas rosas y mi desayuno.

Está noche saldrás conmigo, a un baile de beneficencia y necesito llevarte conmigo, quiero verte muy hermosa.

Llegaran unas personas para ayudarte con el maquillaje y vestuario.
Te veo esta noche, mi amor, mi dulce Maisie.

Tuyo, B.

¡B! ¡Al fin tengo una letra, una inicial! ¿Cuál será su nombre? ¿Baltasar? ¿Baal? ¿Brett?

Tantos nombres con la B, creo que será una lista sin fin.

Bueno, al menos ya faltan tres días para verle el rostro al desconocido. Solo tres días, tengo que ser demasiado paciente para soportar está espera. Su juego, era su juego y creo que yo estaba cayendo.

Los nervios me alteran mucho. Yo jamás he ido a un baile y mucho menos a uno en donde creo será muy fastuoso, con personas de alta sociedad y mucho dinero.

Soy muy tímida, ¿cómo voy a comportarme en un evento tan elegante? 

Mi experiencia con los bailes es muy poca. O al menos eso creo, en el Instituto, yo era una persona muy asocial, con un grupo de amigas muy pequeño. Yo era la atípica chica que casi nunca encontraba pareja para los bailes y entonces iba con sus amigas. Ahí sola, al fondo, en una mesa, estaba yo cuando ellas iban a bailar. Pero a veces un chico, quizás se apiadaba de mí y me invitaba a bailar. Y al final de todo, no me la pasaba tan mal.

Me acostumbraba a mi soledad. Tampoco es que en el Instituto en donde yo estaba, fuera una nerd. Sí, lo era, pero no te etiquetaban como tal. Y eso es bueno, porque las etiquetas a veces vienen a destruir nuestra perspectiva sobre algo o alguien. Así aprendí a madurar poco a poco. Aunque aún tenía mucho por aprender.

Por la ventana veo un hermoso cielo azul con unos tonos rojos, anaranjados y rosados. Simplemente esto es arte y me deja mesmerizada.

Mary entra a la habitación muy apresurada. 

—Señorita Wilde, el jefe quiere que se de una ducha, pronto la comenzaremos a arreglar para el baile—dice. Mary no es tan mayor como pensé, por lo que sé tiene cuarenta y seis años. Esto quiero decir que ha cuidado al desconocido toda la vida o al menos ha trabajado para él.

—Claro, ya mismo lo hago—no me quedaba otra cosa que obedecer y tampoco quería quedarme aquí, encerrada y muy aburrida.

—Ok, está bien, unas personas vendrán a ayudarme para poder arreglarla—anuncia.

Asiento y obedezco.

Entro al fastuoso baño que está en la habitación. Luce tan impoluto, con paredes blancas y una enorme tina. El desconocido compro cosas nuevas para mí, como champo, acondicionador, exfoliantes, por lo que se ve, algunos productos son algo costosos. Son de marcas muy reconocidas.

Me ducho en menos de veinticinco minutos, necesitaba estar lista antes de que el desconocido viniera por mí.

Salgo del baño y en la cama hay un conjunto de lencería muy fina, de color blanco. Al menos dejaba algo a la imaginación, no era tan...¿cómo decirlo? ¿vulgar? ¿atrevido? ¿sexy?

El sostén tiene un encaje muy fino y con un moño al centro, haciéndolo parecer muy adorable. Las bragas son de encaje grueso, como digo, dejan algo a la imaginación.

INEFABLE Where stories live. Discover now