John no le había contado aquel incidente a nadie, quería guardárselo más bien para si mismo.
Supo que nada más iba a ocurrir entre los dos, 1) porque habían tenido sexo en la primera cita y 2) porque sabía que Quinn no era de ese tipo de chicas.
Quinn. Ese nombre rondó por su mente por lo que restó de semana, su rostro, su cuerpo, su actitud, su voz. No podía sacársela de la cabeza. Quizá sonaba mal que la recordaba porque había tenido el mejor sexo de su vida, pero era cierto. Y no sólo eso, sino que todo de ella le atraía. Pero ella no había vuelto a llamar, ni se había pasado por su casa, ni había mostrado señales de vida. Así que pensó que sería mejor no molestarla.
Por otro lado Quinn también había notado que esa noche había sido algo distinta. Había una química entre ella y John que no había notado antes con otro muchacho. Era como si John supiera exactamente qué decir, o donde besarla, o como tener sexo con ella... Cómo si la conociera de toda la vida. Le estemeció pensar en él, ya que se habían visto mas de una vez. Aquello no debía alargarse, a menos que acordarán verse solo para tener sexo... Aquella sería una buena idea.
Se tomó un descanso para ir a tomar un café a la pequeña cocina de la zona de empleados, y se encontró a Miranda haciéndose uno también.
- ¿Cómo estás? Te has desaparecido estos días. - rió la castaña al verla entrar en la cocina.
- He tenido sexo con John Deacon. - confesó como si nada. Algo totalmente distinto a lo que John había escogido.
- ¿Con quién? - preguntó Miranda riendo, aquello era común en su amiga, pero aquel nombre le sonaba bastante.
- El bajista de Queen.- explicó mientras servía café de la cafetera en una pequeña taza. Miranda casi escupe todo al oír las palabras de Quinn.
-¿¡Qué mierda Quinn?!
- Lo que oíste. - rió divertida. - pero no lo andes contando, es privado.
- ¿¡Cómo?! Es decir... ¿¡Cuando?! Qué mierda...
- El sábado, me llevo a un club muy bonito y bailamos rock n roll. - le contó a su amiga mientras bebían café. - Es muy caballero y amable... Pero no puedo seguir viendolo.
- Diablos... Quinn es John Deacon. - repitió sorprendida y algo enfadada.
- ¡Lo sé! Y fué increíble... De verdad. -suspiró recordando aquella noche.
- No lo sé... Quinnie creo que no es la persona indicada.
- Ya supéralo, no volveré a hablarle.
- Es que Freddie me ha contado que es bastante reservado y... No me imaginé que fuera de ese tipo.
- No es de ningún tipo, ¿Por qué lo juzgan al pobre? Solo hemos tenido sexo una vez pero si te soy sincera sé que es bastante reservado. Pero adinerado e inteligente también .- rió divertida, Miranda negó con la cabeza y le dió un leve empujón.
• • •
- ¡Señorita Rouge! Le han enviado algo. - habló su secretaria del otro lado de la puerta.
- Pasa, Linda. - indicó Quinn sin quitar la vista de una planilla que estaba completando, Linda entro en la oficina y dejó un bonito ramo de rosas rojas en su escritorio junto a un sobre de color negro. Quinn frunció el ceño. -¿Y ésto qué diablos es?
- Las mando el señor Deacon, ha llamado más de una vez y pensé que sería algún amigo suyo... De no ser así no las habría aceptado tal como usted me ordenó. - habló rápidamente y con algo de temor porque Quinn la regañe.
- Está bien... Puedes retirarte. - la echó de la oficina y Linda salió rápidamente.
Se acercó al ramo de flores y tomó la tarjeta que colgaba de ellas.
" ¿Con que Quinn Rouge, Huh? Ví éstas flores y me recordaron lo hermosa que eres, por cierto aquí te mando unas copias de las fotos del sábado. Fue una noche realmente increíble.
John Deacon."
Abrió el sobre color negro y sacó unas cinco fotos. Se ruborizó al ver las buenas fotos que John había sacado. Pero se enfadó al notar que él ya sabía su apellido, de seguro alguien en la oficina o Linda se lo habían dado.
Pensó en llamarlo, pero prefirió ignorarlo por completo. Aquello no podía seguir, debía frenarlo ahí mismo.
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- ¿Por qué no contestas mis llamados? - exclamó Roger al entrar en la oficina de John junto a Félix que recién salía de la guardería.
- Porque estuve ocupado, y porque quería dejar la línea libre para una llamada importante. - explicó el castaño. - Y hola , también me da gusto verte. - dijo irónico, haciendo que Félix ría corriendo a sus brazos.
- ¡Tío John! - exclamó mientras John lo cargaba cariñosamente.
- ¿Cómo estas campeón? ¿Me has echado de menos?- preguntó tierno, y el niño asintió con la cabeza riendo ante los besos que John le daba en la mejilla.
- ¿Qué llamada? Por cierto, espero no molestar con Félix pero su madre no sale hasta las seis del trabajo. - explicó el rubio haciendo una mueca mientras se sentaba en una silla para los clientes, enfrente del escritorio de John.
- No es de tu incumbencia. - lo cortó dejando al niño en el suelo. Roger volteó a mirarlo con picardía. - Y sabes que no hay problema alguno, adoro a éste enano.
- ¿Es una chica?- preguntó juguetón mientras una pícara sonrisa asomaba en su rostro.
- No. ¿Por qué lo sería?
- ¿Y por qué es una llamada tan importante entonces? Te he estado llamando porque el sábado Brian hará una cena en su casa y tiene noticias.
- No lo sabía...
- Lo sabrías si contestaras el maldito teléfono...Félix ignora lo que papá acaba de decir. - exclamó rapidamente al notar que había dicho una palabrota enfrente de su hijo. Éste ya había comenzado a jugar con unos adornos en el escritorio de John.
- Bien, pero si te cuento no tiene que salir de aquí. ¿Me oíste?
- Uhh, si es una chica, lo sabía maldito Deaky. - Comenzó a reír señalándolo. - ¿Quién es? ¿Cómo se llama? - John rodó sus ojos ante la inmadurez de Roger, por más que ya sea padre el nunca iba a cambiar.
- Se llama Quinn... - antes que pudiera continuar Roger estalló en carcajadas.
- Debes estar bromeando, ¿Queen? - preguntó entre risas. John no le vió la gracia. - Es gracioso porque se llama igual que nuestra banda. - siguió riéndose a carcajadas, y John no pudo evitar reír ante la gracia de Roger.
- De hecho no es Q-U-E-E-N, es Q-U-I-N-N. - explicó tal cual se lo había explicado ella. - Quinn Rouge. Tiene 21 años.
- Diablos Deaky. - lo miró ahora sorprendido, secando una lágrima de risa. - ¿Y dónde la conociste?
- En el cumpleaños de Freddie.
- ¡ASÍ QUE ESE BASTARDO SABÍA Y YO NO! Ay cielos, tengo que aprender a dejar de decir groserías enfrente de Félix. Nene, no escuches a papá. De verdad... O tu madre va a matarme. - El niño soltó una risita y asintió con la cabeza.
- ¡No, no! Freddie no sabia quién era, era una amiga en común. Sólo sabía que es la mejor amiga de la colega de su contador, Max. - explicó John apoyándose en un escritorio a unos metros de donde Roger estaba sentado.
- ¿Y qué ha pasado? ¿Te la...? - hizo una extraña seña para no tener que decir "sexo" en voz alta y John soltó una risa, luego asintió con la cabeza. Roger formó una "o" con sus labios y comenzó a reir. - ¡John tiene 21 años!
- Tiene 21 pero no lo representa. - dijo algo avergonzado ante los reproches del rubio. - Además, tiene 21 no 15... - se encogió de hombros.
- Hey Félix, el tío John tiene novia. - canturreó y el niño lo miró divertido.
- ¡El tío John tiene novia! ¡El tío John tiene novia! - canturreó imitando a su padre y John abrió amplio sus ojos.
- No Félix, no tengo novia. ¡Roger! No metas la pata, por favor... - El rubio estaba estallado en risas.
- Es increíble, repite todo lo que digo... - comentó divertido y tomó a Félix para darle un beso cariñoso. Él realmente lo amaba, con toda su vida.
- No es divertido cuando repite esas cosas. - John se cruzó de brazos. - Pero como sea, de todas formas no creo que pase nada más.
- ¿Por qué? ¿Porque tuvieron... sexo? - lo último lo susurró casi inaudible volviendo a bajar a su hijo.
- Si... Además ella es... diferente. Sé que no volverá a llamarme, ni siquiera me había dicho su apellido. No le gusta hablar absolutamente nada sobre su vida privada. - explicó.
- Entonces es de esas que huyen de su pasado, o de su identidad.
- Algo así... La verdad no lo sé. No me ha dejado descifrarla del todo. Pero lo que si tengo claro, es que jamás estaría en una relación con nadie... Así que no soy su "tipo".
- Bueno, si te gustaba como para una relación déjame decirte que ya la cagaste acostándote con ella Deaky. - se encogió de hombros. - Te lo dice alguien con experiencia.
- Lo sé, pero no pude resistirme. Es hermosa, de verdad es muy hermosa. - suspiró y Roger lo miró preocupado.
- Hey, si de verdad te interesa ¿Por qué no la llamas?
- Porque va a colgarme, ya lo sé.
- ¿Sabes dónde vive... o donde trabaja? - John asintió con la cabeza.
- Si, le mandé flores al trabajo...
- ¿Qué hiciste qué? - exclamó aguantando la risa.
- Lo que oíste, ya puedes burlarte de mi. - Roger estalló nuevamente a carcajadas.
- ¿¡ A CASO ERES IMBÉCIL?! - preguntó entre carcajadas, Félix reía al ver a su padre reír pero sin entender de qué reían. - ¿Por qué rayos hiciste eso?
- Porque quería que supiera que la pasé increíble, y que lo hizo genial. Se merecía esas flores. - John sonaba como si tuviera todo el sentido del mundo, pero Roger no podía más de la risa.
- Le hubieras mandado un maldito globo de felicitaciones también, ¿No? - preguntó irónico secándose una lágrima de risa. - Ahora si que la perdiste Deaky, a ella y tu dignidad también. - rió negando con la cabeza y John se encogió de hombros.
- Pues lo siento por ser un romántico empedernido. Pensé que era lo correcto. - comentó en una risita vergonzosa.
- Escucha, yo te voy a ayudar. - Se acercó a su amigo y posicionó una mano en su hombro.
- ¿Tú?
- Si, yo. Y la primera regla es no mandarle flores después de haber tenido sexo. ¿Entendiste?
- ¡Sexo! - repitió Félix riendo a carcajadas.
- ¡FÉLIX NO DIGAS ESO!
Exclamó Roger ahora con una expresión de preocupación y llevando sus manos a su rubio cabello.