Educando a la futura princesa...

By Emina02

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Tras una típica vida sin preocupaciones por el futuro, nuestras protagonista tiene que enfrentarse a una inev... More

IMPORTANTE
Libro 2!!
CAPITULO 1: "El comienzo"
CAPITULO 2: "Propuesta"
CAPITULO 3: "Destino o Karma"
CAPITULO 4: "Un paseo en la fuente"
CAPITULO 5: "¡Buen apetito!"
CAPITULO 6: "Los gatos y los ratones"
CAPITULO 7: "Game Center"
CAPITULO 8: "Cena y mentiras como postre"
CAPITULO 9: "Grupo de idiotas"
CAPITULO 10: "You're an idiot"
CAPITULO 11: "Un Secreto Problemático"
CAPITULO 12: "Conversaciones De Pasillo"
CAPITULO 13: "Castigo"
CAPITULO 14: "Fanática loca"
CAPITULO 15: "Corredores y pasadizos"
CAPITULO 16: "Cita y parejas"
CAPITULO 17: "Como por primera vez"
CAPITULO 18: "Comidas y visitas"
CAPITULO 19: "La cita perfecta"
CAPITULO 20: "Idiota sin remedio"
CAPITULO 21: "Cine y bodas"
CAPITULO 22: "Juntas de consejo"
Muy importante
CAPITULO 23: "Zeth y apuestas"
CAPITULO 24: "La chica que necesitamos"
CAPITULO 25: "La chica 2A"
CAPITULO 26: "Aniversario"
CAPITULO 27: "Baile Real"
Un enlace ingenioso
CAPITULO 28: "Salto en el tiempo"
CAPITULO 29: "Feliz cumpleaños"
CAPITULO 30: "San Valentín"
CAPITULO 31: "Parque de diversiones"
CAPITULO 32: "Conversemos y riamos"
CAPITULO 33: "Sin un gatito"
CAPITULO 34: "Dos veces"
CAPITULO 35: "Doppelgänger"
CAPITULO 36: "Decisiones"
CAPITULO 37: "¡Mierda!"
CAPITULO 38: "Soluciones"
CAPITULO 39: "La hoja de la reglas"
CAPITULO 40: "Amistades"
CAPITULO 41: "Salida en grupo"
CAPITULO 42: "Días de juventud"
CAPITULO 43: "Verdad o Verdad"
CAPITULO 44: "De princesa a Hada"
CAPITULO 45: "La decisión de Romeo"
CAPITULO 46: "Romeo y Julieta"
CAPITULO 47: "El viaje"
CAPITULO 49: "Somebody call me wrong"
CAPITULO 50: "La princesa de la torre"
CAPITULO 51: ¡Por Helios!
CAPITULO 52: "La chica del cuento"

CAPITULO 48: "Somebody call me right one"

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By Emina02

BASTET BANNET

La casa de Gray en Dover era grande, y no imaginaba como él, acostumbrado a eso, podía vivir en un pequeño departamento en Oxofort.

Las puertas dobles eran de cristal con madera blanca, altas e imponentes en la fachada lujosa. Había algunos elementos dorados por aquí y por allá que servían como elemento preguntante en el blanco pulcro.

Era una clásica casa inglesa, con una entrada alta y techo a cuatro y dos aguas, grandes venas arbotantes y cornisas que enmarcan un estilo de años, chimeneas que sobre salen en el segundo piso y la maca de los ladrillos en los muros daban ese toque viejo.

― Es grande ― miré a los lados cuando bajamos del auto ― Y muy inglesa.

― No imagino por qué seria eso ― respondió el pelinegro caminando hacia mi.

Las camionetas negras de la seguridad del príncipe ya habían llegado, e imaginaba que tambien habían inspeccionado ya el terreno.

― ¿Cuál es la temperatura? ― pregunte metiendo mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.

― Ocho grados, ¿Estas bien? ― Dylan me tendió las manos con su bufanda, ofreciéndomela con una sonrisa ― en soleil tenemos un clima peor.

Sonreí y la tomé, me sentiría más extraña si la rechazaba. Me la puse en el cuello aun cuando aquella prenda azul marino no combinaba con mi ropa.

― Cambio climático.

― Realmente nunca había sentido tanto frio como en Soleil el invierno pasado ― Osiris se adelantó con una sonrisa, mirando a todos lados con curiosidad ― Dy y yo tomábamos chocolate casi todos los días.

La vi acercarse a las plantas, que debían ser flores en primavera, cerca de la entrada.

― A veces Oliver traía comida del restaurante de su padre y hacíamos un picnic en el vivero.

Ella se dio la vuelta con una gran sonrisa, sus mejillas sonrosadas por el frío le daban el toque infantil que acompañaban al tono dulce de su voz.

Todos la estábamos mirando, Dylan con una sonrisa dulce y Gray y yo con evidente curiosidad. No sabíamos bien de donde venía esa actitud tan inocente y despreocupada, como una niña pequeña que conoce un nuevo lugar al que siempre quiso ir.

Cuando ella vio nuestras caras su sonrisa se esfumó, y su ceño se frunció ligeramente.

La vimos mirar a Dylan y luego volver a nosotros. Eso puso el ambiente raro, tanto o más como todas las otras veces.

― ¿Por qué no entramos? Está helado aquí fuera ― El rubio nos señaló la casa con la cabeza.

― Adelante, están en su casa ― Gray me señaló con la mano y compartimos una sonrisa cómplice, solo con eso y una mirada supimos que ambos pensábamos en lo mismo "Raro".

― La habitación del final del primer piso es de mis padres, de ahí en fuera, pueden tomar la que gusten, necesito hacer algunas cosas antes ― señaló una puerta y retrocedió lentamente, como si temiera que un dinosaurio se le fuera encima si hacia un movimiento brusco.

― Eres un payaso ― le dije cruzándome de brazos con una sonrisa.

― it's my plesure.

― Reclamo tu habitación como mía.

― No puedes hacer eso, Kitty.

― Pues ya lo hice, y revisaré todas tus pertenencias privadas.

― No deberías hacer eso si no quieres descubrir todas las cartas cursis de amor que te escribí cuando era un puberto.

Di un pequeño grito de emoción contenida.

― Las quiero leer todas.

Me sonrió, sabía que esa sería mi reacción.

― Solo no las leas todas de un jalón ― me dijo ― al fondo del segundo cajón del lado derecho de la cama ― me señaló las escaleras con los ojos ― diviértete, nos vemos en un rato.

Después de eso, en verdad se fue.

― Ya lo oyeron, divirtámonos, nos vemos después.

Tomé mi maleta y subí como puede las escalera, ellos no me siguieron con la misma velocidad y emoción que yo tenía, abrí todas las habitaciones hasta encontrar la de Gray, sabía que la reconocería de inmediato y fue así.

Tire mi maleta en el suelo y me dejé caer en la cama matrimonial con sabanas rojas y azules. Gire evitando que mis zapatos sucios tocaran algo. Abrí el cajón que Gray me indicó y busque entre sus cosas hasta dar con unas cartas, había dos paquetes con listones, una el doble de gruesa que la otra.

Sabía que es paquete con bordes rosas y una letra delga escrita con tinta y un corazón sobre la "i" no era escrita por el pelinegro.

Decían "Iris" Me dio curiosidad, pero aun asi las dejé en su lugar y tomé las otras.

Estas definitivamente eran las que Gray había mencionado.

Comencé con la primera.

La letra no era tan perfecta como la de Dylan, o la carta tan estética como la de esa chica Iris, pero sin duda el interés por leerla iba más allá de eso, porque estaba escrita para mí.

En general, eran cursilerías, cosas sobre extrañar y no poder vivir sin esa persona, yo, dulces comparaciones con flores y la calidez y brillo del sol.

Y esa estrofa sobre mi cabello siendo una cascada de radiante hermoso oro.

No pude evitar retorcerme y rodar por toda la cama, avergonzada por las palabras, entre más avanzaba al leer, las cartas eran más realistas y aterrizadas, pero seguían siendo dulce.

"Aun cuando pienso en ti, soy feliz, pero no de la misma manera que tú. Cuando te veía, mi corazón latía fuerte y mis palabras salían inseguras. Siempre fuiste mucho para mí, en la escuela nadie entendía el por qué me hablabas, el por qué éramos amigos y por qué no te alejabas de mi por mis sentimientos molestos, en las películas, la chica bonita, amable y dulce, se queda con el chico popular. Pensé que si lucia como como uno, me querrías cuando volviera a Soleil.

Me pregunto ahora si podemos seguir siendo amigos, aun si no soy el chico para ti, quiero estar a tu lado hasta el final de tu vida"

Me quedé viendo esa carta aun cuando la termine de leer. La fecha marcaba apenas unos meses después de que él había llegado a Inglaterra.

Escribió muchas.

Tenía curiosidad por cada una de ella, pero me salté hasta la última, dos años después de la última vez que lo había visto.

"Es verdad. Lo pensé seriamente.

Kitty, eres una persona maravillosa, y si tuviera que hablar sobre almas gemelas, aun hablaría de ti, pero no todas las almas gemelas deben encontrarse en un plan romántico en este mundo, no creo que sea lo que siento ahora, y no es que te haya olvidado en estos años, simplemente me pregunte a mí mismo seriamente sobre ello.

Te admiro.

Me hizo feliz que golpearas con la pelota a esos chicos que me molestaban en el receso de la escuela. Que te disculparas con ellos por el accidente con una gran sonrisa descarada. Cada vez que te ponías al frente y peleabas por una persona más pequeña o débil, o en mi caso, mas cobarde, me hacia pensar en ti como una heroína.

Era un niño, y pensé que te amaba. Escribí tantas cartas de amor para ti estos años, pero esta es diferente.

Kttty, permanezcamos juntos por el resto del tiempo que tenemos juntos, aun si nos enamoramos de otras personas, seamos amigos hasta el final.

Te extrañaré mucho, solo pensar en que te vayas es doloroso; pero aun si faltas, siempre estarás en mí, en la persona que soy ahora.

Until the end, Soulmates."

Lo admitiré, si derrame lágrimas al leer esa última carta.

Aun con quince años, Gray era muy bueno con las palabras, demasiado bueno.

Me limpie la cara con la ropa y me levante de la cama, le puse otra vez el listón a las cartas acomodándolas como estaban y salí de la habitación de Gray con ellas en las manos.

Justo cuando estaba cerrando la puerta, vi a Dylan acercarse a mí directamente.

Entre en pánico. Consideré seriamente correr y lanzarme por la ventana. Pero sabía que me vería muy ridícula, y solo le mostraría a nuestro "Rey" lo infantil que seguía siendo, mientras él era el adulto gobernador de un país.

― Apuesto que pensaste en lanzarte por alguna ventana ― me dijo con una sonrisa cuando se paró frente a mí.

Subí una ceja e hice una mueca, como si no supiera de lo que hablaba.

― Pusiste esa expresión de pánico que haces justo antes de decir que debemos lanzarnos por una ventana.

― Para nada ― sonreí y cerré la puerta de la habitación, pasé por su lado.

Mi intencion era hacerle saber que yo seguiría mi camino, y que si quería hablar, caminara detrás de mí, hacia un lugar con más personas que me ayudaran a hacerlas cosas menos raras.

Pero el me detuvo metiéndose en mi camino, me sorprendió esa acción, asi que solo lo miré con los ojos muy abiertos y no supe que decir.

― ¿Podríamos hablar unos minutos?

Mire el pasillo vacío antes de volver a él. Se dio cuenta de ello y tambien giró para ver en esa dirección.

― ¿Sobre qué?

Nos miramos por unos segundos, él no parecía querer decir directamente lo que tenía en la cabeza y yo no se lo estaba haciendo facil. Su ceño se frunció ligeramente y se encogió de hombros.

― ¿Me dirás que hacen tú y Osiris aquí?― murmuré después de ver que él no contestaría a mi anterior pregunta ― No puede ser casualidad que justo hayan estado en Oxfort ¿Cierto?

― Hay varias razones en realidad ¿Podemos hablar de ello en un lugar más privado? Quizas no en un pasillo.

Me cruce de brazos, y los ojos azules de Dylan se dirigieron fugazmente a las cartas en mi mano derecha.

― ¿Por qué actúas como si hubiera hecho algo malo?

― No actúo de esa manera ― negué con la cabeza ― No hiciste nada malo.

― ¿Entonces por qué te fuiste de esa manera del país? ― Su pregunta rebotó en las paredes del pasillo haciendo eco ― era el único que no lo sabía, ni siquiera me mandaste mensaje o llamaste después de eso, y le prohibiste a todos que me dieran tu nuevo número de teléfono, después de todos lo que pasamos juntos creí... ― guardó silencio cuando se dio cuenta que estaba subiendo la voz ― Crei que por lo menos éramos amigos.

Me di cuenta de lo mucho que le dolía la situación por su rostro, y eso sumando a sus palabras hizo que un escalofrío saliera desde mi pecho hasta mis extremidades. Trague saliva al mismo tiempo que intentaba encontrar las palabras indicadas.

Él soltó una risa pequeña, mezclada con un resoplido.

― Supongo que fui el único.

― Las cosas entre nosotros... ― le dije en una voz suave e insegura ― era obvio que algo pasaba entre nosotros ¿No? ― No había ni un solo sonido en ese pasillo, lo que hacia la atmosfera más pesada ― Me sentía atraída hacia ti y, quizás, tu tambien hacia mí, quería estar contigo.

La culpa oprimió mi pecho, ¿cómo podía decirle algo asi?

― Ya no es posible.

― Ya no es posible ― repetí ― No te lo dije porque tú te ibas a casar con Osiris y yo tenía esta increíble oportunidad.

― Bannett, ambos tomamos nuestras decisiones, venir a Inglaterra y yo casarme con Osiris, y ninguno de los dos tenia o tiene derecho de juzgarlas. Solo...

― Solo...

― Me hubiera gustado que hubiéramos podido seguir siendo amigos después de todo.

Me encogí de hombros.

No sabía si las ganas de llorar venían de la nada, o eran apoyadas por mis anteriores lágrimas.

― Pensé que sería más facil olvidarme de todo si no te veía o sabia de ti.

Asintió.

― Supongo que esa es mi respuesta... Era diferente para ambos, al contrario de ti, jamás hubiera pensado en olvidarte a ti o el tiempo que pasamos juntos.

Con esas palabras dio por terminada la conversación, se dio la vuelta para irse, pero a mitad de camino se detuvo y volteó a verme.

― Esto tambien es importante para Osiris, ella quiere realmente solucionar las cosas con ustedes, ¿Podrías darle un oportunidad? Sé que quizas no lo hagan a propósito, pero ella se desanima cada vez que ustedes la miran como si fuera un bicho en sus zapatos.

El gesto de Dylan no era de reproche ni de molestia, solo tristeza.

― Sé que las cosas no fueron nada bien entre ella y Gray al principio, y tampoco fue de lo más amable contigo y tu familia... pero ella es realmente una buena persona y lo está intentado duro.

― Si ― murmuré ― No fue mi intencion hacerla sentir asi.

― Entiendo.

Asintió y siguió caminando.

OSIRIS BANNETT

Salí al pasillo cuando termine de arreglar el espacio que ocuparía en aquella casa inglesa.

Era mi primera vez visitando Inglaterra.

Cuando vivía en Calais, los días sin neblina, podía verse Dover desde la playa, la silueta de la ciudad en el horizonte. No había viajado mucho en mi vida, no conocía nada fuera de aquella jaula hasta que cumplí los diecisiete, pero estaba feliz de haber ido a Soleil, de conocer a Dylan. Gracias a él podía conocer otros lugares ahora.

Al abrir la puerta, fue obvia la conversación acalorada que se estaba llevando en el pasillo. Dy y Bastet hablaban de un tema que parecía importante. No quería meterme o escuchar a hurtadillas asi que me apresure a salir de ahí y bajar a la primera planta, dejando atrás aquellas palabras en el aire.

El estilo de la casa era "Muy ingles" como mencionaba Bastet, acogedor también, era la casa principal de la familia William y podías sentir la historia al caminar en las duelas de madera. Paseé por las salas sabiendo que no podía buscar a Dy o subir nuevamente.

Cuando abrí las puertas de la sala, vi a Gray caminar con una taza blanca humeante, se había deshecho de la roma de más que le cubría del exterior, gracias a que dentro había calefacción. Solo traían entonces sus Jeans y un suéter gris delgado.

El me miró sorprendido cuando me detuve a media entrada, después pareció buscar una salida en todos los alrededores.

― ¿Terminaste lo que tenías que hacer? ― pegunté tomando el valor de hablar primero.

― Si, solo necesitaba arreglar algunas cosas con los empleados. Como son días festivos sería muy desconsiderado de mi parte hacerlos trabajar.

Asentí lentamente.

Ambos nos quedamos callados nuevamente, el grosor de los muros no permitía escuchar mucho del exterior, asi que el silencio era mortal.

― ¿Te gustaría un poco de café? ― me dijo extendiendo la mano con la taza en mi dirección.

― Claro ― acorté la distancia entre nosotros y tomé recipiente caliente en mis manos ― Gracias.

― No hay problema, ire por otro para mí a la cocina.

Después de decir eso, se fue.

Había sido una buena estrategia para huir de mí, se lo tenía que conceder.

Acerque la taza a mí rostro y soplé del borde para alejar el vapor que desprendía el líquido.

Había pensado que venir a Inglaterra era buena idea. Pero estando en el lugar, era obvio que solo incomodábamos, y que ninguno de los dos chicos parecía interesado en estar cerca de nosotros.

Dy había dicho que todo estaría bien si solo actuaba como yo misma con ellos, que me amarían de inmediato, pero él era demasiado amable para decir la verdad.

― Luces triste.

Subí la mirada hacia el rubio sin alejar la taza de su posición, seguía soplando para distraerme de los pensamientos pesimistas que invadían mi mente.

― No nos quieren aquí ¿No?

Me dedicó una sonrisa triste.

― Bannett puede ser demasiado ruda algunas veces, pero eso no quiere decir que no esté dispuesta a entablar una relación con alguien.

Dy caminó por la sala y se sentó en el sofá para tres personas.

― Ustedes crecieron siendo extrañas, pero son gemelas después de todo, están conectadas ¿No? ― me sonrió con complicidad.

― Eso me gustaría.

Me acerqué y me senté tambien en la sala, a su lado.

― ¿Qué es eso?

No pude evitar mostrar la sonrisa más grande que pude hacer al ver la taza en mis manos, el me miraba con una ceja alzada y una pequeña sonrisa.

― Es café, Gray me lo dio.

Se lo mostré como si le estuviera presumiendo el objeto más extraordinario del mundo, él no lo veía asi en absoluto.

― No te gusta el café ― respondió riendo.

― No ― no me deshice de mi sonrisa ― Pero este me lo regaló Gray.

Alzó una ceja retándome beberlo y sin dudarlo lo hice. Era la cosa más amarga y fuerte que había probado en mi vida, hice una mueca en cuanto el líquido tocó mi boca.

Escuché a Dy reír a carcajadas.

― No es gracioso ― intente dejar de hacer muecas, pero me era imposible.

― Lo siento, pero es gracioso y tierno a partes iguales.

Le miré el con ceño fruncido, pero sabía que eso no causaría nada más que risas, él siempre decía, que no podía tomar en serio mi ceño fruncido o mi cara de enojo si inflaba mis mejillas en el proceso.

― Quizas le falta un poco más de azúcar.

― ¡Le falta azúcar y punto! ― exclamé limpiando las comisuras de mis labios.

Quería deshacerme del sabor de mi boca lo antes posible, cada que pasaba saliva se sentía amargo.

― Solo no lo bebas.

― Me lo regaló Gray, no puedo no beberlo.

El chico analizaba mi rostro con una sonrisa en sus labios.

― Vayamos a ponerle azúcar entonces.

Le seguí cuando se puso de pie, era natural para el liderar la caminata, y a mí no me molestaba que él se concentrara en buscar la cocina mientras yo lidiaba con mis propios problemas en mi paladar.

― ¿Hablaste con Gray?

― Yo lo llamaría más bien, huida ― murmuré incomoda ― Vi que hablabas con Bastet allá arriba.

― Ella es igual de terca que siempre ― a pesar de que decía eso, estaba sonriendo ― Seria genial que ella fuera un poco más decidida, como tú.

Su comentario me hizo feliz.

― Si fuera asi, no te hubieras enamorado de ella cuando la conociste.

― ¿Aun recuerdas eso? ― alzó una ceja ― Te lo conté hace mucho tiempo.

― Me gustan las historias de romance.

― Aunque es mejor cuando terminan bien ¿No?

― No creo que haya terminado mal.

Cuando el chico abrió las puertas de la cocina, la mirada de asombro de Gray otra vez fue dirigida hacia nosotros. Me hacía sentir como si fuéramos extraterrestres invasivos, en busca de colonizar su planeta.

― ¿Ya se instalaron? ― preguntó, volviendo a prestarle atención a su taza de café, batía el líquido con una cuchara pequeña.

― Si, muchas gracias ― le respondió el rubio. Me miró a mí con una sonrisa, y me señaló el tarro de vidrio que contenía el azúcar.

Caminé despacio por la cocina, intentando que el humano no se sintiera amenazado por la nueva especie en su habitad.

El me vio por el rabillo del ojo acercarme sosteniendo la taza con mis dos manos.

― ¿Sucede algo?

― Me preguntaba si podría ponerle un poco de azúcar al café.

El pelinegro le dio un rápido vistazo al líquido oscuro, luego a mí, al final al turrón frente a él y después volvió a mis ojos.

― Lo lamento, no pensé en ello antes.

Se hizo a un lado para darme acceso al azúcar.

― No, está bien, el café era ara ti después de todo.

― No, si ― siguió ― Tampoco me gusta sin azúcar, es solo que olvide ponérsela.

Reí a lo bajo.

― ¿Cómo podrías olvidar algo como eso?

Simplemente se encogió de hombros con una pequeña sonrisa en los labios.

Abrí e frasco y utilice una cuchara para echarle un poco de azúcar al café, intente lucir despreocupada y confiada, como si ya lo hubiera hecho mil veces, como si no me disgustara por completo el sabor de aquella bebida.

Cuando me giré para volver junto a Dylan, pude ve la desaprobación en su mirada, no era disgusto, sol parecía recordarme lo que me había dicho sobre ser yo misma.

Me acerqué y bebí un poco, el sabor era más dulce ahora, pero aun fuerte. Prefería el té.

― ¿Deberíamos preparar algo para mañana?

Incline mi cabeza para ver la expresión de Dy al hablar.

― ¿Saben cocinar?

El rubio sonrió avergonzado ― Solo pasta y solo eso le enseñé a Osiris.

Reí recordando el día en el que se ofreció a enseñarme a hacer su "Platillo especial". "Saber cocinar pasta" no era la forma más adecuada de describir su habilidad.

Sonreí mostrándole mis dientes a Gray, como si nos creyéramos y nos sintiéramos orgulloso de saber hacer pasta.

― Esta bien ― soltó Gray riendo ― Kitty y yo tampoco sabemos hacer mucho, estamos vivos de puro milagro.

― Bannett es buena con los postres.

― Si, ella se encargará de hacer las tradicionales Galletas de Sol para año nuevo tambien.

― Oh, mi tradición favorita ― dije emocionada.

Había experimentado solo una vez esa tradición, en el castillo se prepararon muchas de ellas para la fiesta de fin de año, se supone que eran galletas rellenas de tres diferentes sabores pero con el diseño idéntico por fuera, con un sol en la cubierta, símbolo de la nación.

La primera galleta que comes es la más importante, porque define tu suerte en el nuevo año. Lo tradicional era, chocolate amargo, fresa y vainilla, pero básicamente las familias podían elegir los sabores que quisieran dentro, peo debía definir cuál sería para cada cosa y hacer la misma cantidad de cada una.

― El año pasado obtuve fresa ― dije cruzándome de brazos cuidando de no derramar el café ― este año iré por la vainilla.

― El año pasado yo obtuve vainilla ― Gray presumió orgulloso.

Le miré con asombro ― Increíble, ¿Cuál es el secreto? Dy tambien obtuvo vainilla el año pasado pero no me quiso decir.

― El secreto es, se de los primeros en elegir, y ve después de Kitty, ella siempre elige mal, asi que te deja buenas galletas a ti.

Reí por la forma emocionada en la que lo decía.

La mencionada estaba entrando en la cocina, aunque lucia incomoda al pasar por un lado nuestro, asumí que se trataba por lo que discutieron en el piso de arriba.

― ¿No es asi, Kitty?

― Si, no tomo buenas decisiones ― su voz no sonaba tan fuerte y decidida como siempre lo hacía.

Se paró a un lado de Gray y tomó una taza vacía de un objeto de metal donde estaban colgadas estas, y se sirvió café negro.

Gray la abrazó por el cuello por detrás con una sonrisa, mientras ella seguía en lo suyo.

― Y aun asi, no le va tan mal en el año, quizas simplemente la galletas no funcionan en su impredecible vida.

― Claro.

― Si.

Dy y yo hablamos al mismo tiempo y nos volteamos a ver incomodos por la muestra pública de afecto.

Como era nuestro primer día en la ciudad, Gray nos llevó a dar un paseo por los mejores lugares de la ciudad, visitamos tambien el castillo de Dover, una construcción enorme de piedra con muy grandes jardines que solo era un destino turístico ahora para los turistas.

Fuimos a tiendas y The Bredenstone, desde donde se contiene una gran vista de la ciudad.

― Desde aquí se puede ver Calis ― el pelinegro señaló hacia el canal de la mancha, yo estaba dándole la espalda a ese lugar y no pude evitar que mi corazón latiera más rápido y una arruga se formara en mi frente.

Fui la única que no volteó.

― A este ese lugar ― seguía señalando ― Se le llama Strait of Dover, es la distancia más corta entre Inglaterra y Francia que atraviesa el English Channe.

― Allá le llamamos Pas de Calais ― murmuré mientras veía la ciudad de Dover no me interesaba nada más allá del mar ― y La Manche, al canal.

― Los franceses por supuesto que lo llamarían asi ― Gray rio.

Voltee a verlo, el no lucia tan mal como crei que lo estaría al hablar de esa ciudad, aunque no recordara nada de mi o lo que pasó, si sabía que había tenido un accidente y perdida la memoria.

Yo me sentiría terrible si fuera él. Con pedazos oscuros y momentos borrados, sin saber nada más que la idea de algo que nunca debiste haber hecho pasó.

Alguien, que si conociera, le haría pensar que desearía no haberla conocido.

― Es interesante como cada país le dio su propio nombre ― Bastet miraba la silueta de la ciudad difuminada por la niebla ― ¿Cómo es Calais?

― Grande, muy poblada y moderna, fue destruida durante la segunda guerra mundial, asi que no queda mucha historia de antes de ello en sus construcciones, suele ser una ciudad de paso, no es turística.

No quería seguir estando ahí, escuchándolos hablar de Calais, esa ciudad, me causaba conflictos mentales, odiaba todos esos años encerrada, casi todo lo que pasó ahí que tortuoso. Lo único bueno... ni siquiera existía más que en mi cabeza.

― ¿Por qué no nos vamos ya? ― peguntó Dy alejándose del borde de la colina, caminando hacia mi dirección ― Se está haciendo tarde, estoy muriendo de hambre.

― Yo tambien ― accedió Gray ― caminar tanto da hambre.

― Ni siquiera hemos caminado demasiado ― Bastet empujó al pelinegro cariñosamente con su hombro.

― Siento que estorbamos en su cita romántica ― le susurré al rubio, el inclino su cabeza y me sonrió.

― Si te siguen incomodando sus cursilerías, solo dime y los aviento por la colina.

Reí a lo bajo cubriéndome la boca con el dorso de la mano.

― Bobo.

--------------------

Denle mucho amor a esta cap, plz <4

preguntas:

1. ¿Qué pisan de los chicos?

2. ¿Qué piensan de la historia?

3. Esta no e una pregunta, peo amo a Osiris XD y su relación con Dylan me da mil años de vida.

4. ¿Qué opinamos de Gray y Osiris?

No puedo creer que ya sean 48 capítulos de esto, es demasiado.

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