¿Soy yo a quien quieres?
Usar la droga Naihe Xiang en diferentes personas produciría distintos resultados.
Hasta ahora, Feng Xiao aún podía recordar el dolor punzante que Cui Buqu experimentó cuando la Naihe Xiang surtió efecto en su cuerpo, pero aún había sido capaz de retener un sentido persistente de su intelecto y conciencia para realizar juegos teóricos con él.
El error más grande de Cui Buqu quizás era cómo estaba sumamente consciente cuando estaba bajo el efecto de la Naihe Xiang porque, en cambio, esto había alertado la desconfianza de Feng Xiao.
Después, cuando Yu Xiu también cayó víctima de la Naihe Xiang en las estratagemas de Cui Buqu, al menos la había suprimido toda para luchar una batalla vigorosa con Feng Xiao e incluso logró escapar.
En comparación con estos dos, Lin Wei no era nada.
—Lin Wei ya nos ha contado todo lo que hizo desde que se unió a los Trece Pabellones de Yunhai. Todos los miembros y sus responsabilidades ya se han enlistado. Él estaba a cargo de las finanzas, Xiao Lu le proveía clientes y también ayudaba a que los Trece Pabellones ganaran una cantidad atractiva. De acuerdo con lo que dice, los poderes de los Trece Pabellones de Yunhai estaban divididos. En días tranquilos, raramente se reunían, por lo que no hay mucho que él sepa. Incluso con respecto a los infiltrados en las Regiones del Norte que Xiao Lu ha colocado, no conoce a ninguno, excepto a sí mismo. Las únicas pistas que podrían probar su utilidad son las diferentes maneras de transmitir mensajes entre la Residencia Yangdang y Xiao Lu.
Ming Yue estaba sentado en la posada, ofreciendo los resultados de su interrogación a los otros dos.
—Sin embargo, esta vez, Xiao Lu nunca apareció a lo largo del evento completo. Esto prueba que era muy posible que ya supiera las intenciones de Fan Yun y nunca entraría en la trampa él mismo. Actualmente, Lin Wei está en nuestras manos, así que todos estos métodos de contacto también se descartarán. Una vez que logremos encontrar nuestro camino hacia ahí, lo más seguro es que saludaríamos a un pabellón vacío.
»—En el presente, todas estas personas de los Trece Pabellones de Yunhai, Yu Xiu, Lin Wei, Duan Qigu, Feng Xiaolian, Yu Heng y los demás han sido aniquilados. Como el estratega más valioso de Xiao Lu, Fan Yun también lo ha traicionado. Sería imposible que Xiao Lu lo utilice otra vez. Sin Fan Yun, los Trece Pabellones son como un dragón que ha perdido un ojo, como un pájaro que perdió sus alas. En un breve periodo, no vendrán movimientos de ellos.
Aunque Ming Yue era el número tres en la Oficina Jiejian, su residencia estaba profundamente oculta y su apariencia era simplista, sin haberse hecho un nombre para sí en el jianghu y tampoco logró nada en la Corte Imperial anteriormente. En días normales, no destacaría de la multitud. Un gran número de personas pensaban que Feng Xiao era el corazón de la Oficina Jiejian y no tomaban en serio a este Tercer Comandante. Sin embargo, Cui Buqu sabía que Feng Xiao hacía misiones en el exterior con frecuencia y, si no hubiera nadie que sirviera como el pilar en la Oficina Jiejian y ayudaba en las investigaciones, se temía que la Oficina Jiejian ya habría sido acababa hace mucho tiempo. En el presente, mientras escuchaba a Ming Yue enlistando las causas y los hechos de una manera ordenada y bien arreglada, esto no era sorprendente en lo absoluto, en cambio, le había dado un sentimiento de "esto es cómo debe ser".
Las habilidades de esta persona no yacían en luchar por crédito en público, sino en permanecer detrás para idear la última línea de defensa.
Si Feng Xiao era las alas y mandíbulas de la Oficina Jiejian, Ming Yue era el corazón de esta.
Entre la reflexión de Cui Buqu, escuchó a Feng Xiao preguntar:
—¿Qué tienen que decir los guardias y las sirvientas en las cuevas?
Ming Yue sacudió su cabeza.
—Aquellas personas se reunieron cuando sus sectas fueron destruidas por los Trece Pabellones de Yunhai, así que, en realidad, no son sus guerreros suicidas. Después de un largo tiempo resguardando la cueva, estaban inconscientes de la mayoría de las cosas. Sin embargo, hay alguien llamado Liang Feng que proveyó una pista: él dijo que el Lord de Pabellón apareció una vez durante la última reunión secreta en la Montaña Tiannan. También había una mujer joven que venía a menudo y vestía una tela sobre su rostro, no está claro cómo luce, pero él escuchó al Lord de Pabellón llamarla "Lady Huan" y ambos eran bastante cercanos.
Feng Xiao se giró para mirar a Cui Buqu por instinto.
—¿Hay una mujer en el jianghu cuyo nombre tenga la palabra "Huan"?
Cui Buqu tosió dos veces, frunciendo sus ceño mientras pensaba por un largo tiempo antes de decir con una certeza absoluta:
—No. Quizás un apodo.
Él abrazó las mantas mientras se sentaba sobre la cama, con el cansancio plagando su rostro. Incluso si tanto Ming Yue como Feng Xiao le habían dado una cantidad bastante enorme de qi verdadero, no podría restaurar su cuerpo en una pequeña cantidad de tiempo. No solo tenía que pellizcar su nariz cuando bebía su medicina, por una vez pensó sobre cómo tendría que enfrentarse a todos en la Oficina Zuoyue cuyos rostros no dudaba que lucieran como calabazas amargas, Cui Buqu simplemente no podría estar de buen humor.
La fundación de Feng Xiao en las artes marciales era fuerte, así que era un hecho que estaba mejor. No obstante, los vendajes gruesos que se envolvían alrededor de su torso todavía eran visibles a través de sus túnicas.
—Déjenme las consecuencias a mí —Ming Yue habló después de notar la situación—. No será demasiado tarde para discutir lo demás cuando regresemos a la capital. Hay otra cosa: fui incapaz de encontrar el Jade Tianchi, así que alguien más podría haberlo tomado.
Cuando Fan Yun dijo que el Jade podría prolongar la vida de una persona, era verdad que el corazón de Cui Buqu fue conmovido.
Al nacer como un ser humano, se debía buscar la sobrevivencia y no la muerte. Cui Buqu no era un dios y no podía escapar de la mortalidad.
Sin embargo, cuando escuchó eso, su expresión estaba muy calmada, sin rastros de estar sorprendido.
Quizás estaba acostumbrado a volver a ser torturado por los Cielos ocasionalmente. Cuando se enfrentaba a aquellas situaciones y circunstancias complicadas, había aprendido a depender en sí mismo y no en esperanzas vacías e indiscernibles.
Las personas normales estarían en cama por, al menos, diez días o medio mes si hubieran sido apuñaladas, pero él aún estaba sentado aquí, hablando con Feng Xiao y Ming Yue. Su voluntad era rígida, se temía que ni siquiera los Cielos pudieran hacer algo con él.
Feng Xiao se dio cuenta de que, una vez que él había comenzado a mirarlo fijo, no pudo evitar hacerlo una segunda o incluso una tercera vez.
Hasta que incluso Ming Yue notó el cambio en él, girándose en su dirección para mirarlo.
Feng Xiao retiró su mirada, pretendiendo que nada estaba fuera de lo ordinario y preguntó:
—Cuando vinimos, aún había dos guardias Zuoyue con nosotros. ¿Los han encontrado?
Ming Yue suspiró.
—Sí. Sus cuerpos fueron encontrados en el pie de la Montaña Tiannan. Una herida en sus cráneos clamó sus vidas. Lo más probable es que los Trece Pabellones de Yunhai temieran que permitirles permanecer cambiaría los pensamientos de sus discípulos, así que se deshicieron de ellos.
Feng Xiao absorbió el pensamiento.
—Las armas se suelen utilizar para matar, raramente hay algún caso en el que se utilicen las manos así. Esto podría ser obra de Yuan Sansi o Yu Xiu.
—Sin importar quién fue quien lo hizo, esta deuda está sobre los Trece Pabellones de Yunhai —Cui Buqu dijo con frialdad.
—Contando a todas las personas al lado de Xiao Lu, actualmente, solo se quedó con algunas como Yuan Sansi o Ning Shewo —Ming Yue continuó—. Juzgando por su carácter, él preferiría dejar las posiciones de los Trece Pabellones vacías en lugar de dejarlas ser ocupadas por alguien de reputación indigna. Solo necesitamos colocar nuestros objetivos sobre Xiao Lu y podremos derribar a los Trece Pabellones de Yunhai.
—Me temo que esto no es tan fácil —El cansancio pesó fuertemente en el entrecejo de Cui Buqu, incluso su discurso se había suavizado más que solo un poco—. Antes, Fan Yun dijo que los planes de Xiao Lu no solo involucraban a estas pocas personas que conocemos. Con su inteligencia, él ya podría haber sabido algo de lo que pasaba con Fan Yun hace un largo tiempo.
Feng Xiao resopló.
—Esta vez, Xiao Lu ni siquiera se mostró a lo largo del evento entero. Quizás estaba yendo con la corriente, utilizando las vidas de Yuan Sansi y Yu Xiu para intercambiarlas por nuestras muertes para que lucháramos y sufriéramos grandes pérdidas de ambas partes. Fan Yun quería sentarse y alcanzar los beneficios como un pescador, sin saber que, en última instancia, Xiao Lu sería la oropéndola a su espalda.
Ming Yue frunció su ceño.
Cuando Feng Xiao dejó la capital antes de esto, había dicho que solo estaba yendo a conseguir una cítara que le pertenecía. Ming Yue había asumido que él no podía soportar el aburrimiento, pero no esperaba que arrastrara un tren tan largo de eventos complicados y desastrosos. Si Cui Buqu hubiera sido tan fuerte como Feng Xiao, podrían haber tenido buena suerte. Actualmente, ya estaban luchando para mantenerse con vida.
Los Trece Pabellones de Yunhai eran como una bestia enorme escondida en las sombras profundas. Una vez que forzaron a esta bestia en una esquina, todos notarían que ya había abierto sus mandíbulas sangrientas, suficiente para suponer una grave amenaza en cualquier momento.
Su red se estiró en cada esquina, las Dinastías del Norte y del Sur, la grandeza de la Corte Imperial y el jianghu que se posicionaba al otro extremo del mundo; los Trece Pabellones de Yunhai estaban por todos lados. Si incluso el Magistrado de la Prefectura de Boling era uno de sus hombres, ¿todavía habría más escondiéndose bajo el rango de un Magistrado de Prefectura como los Magistrados de las Ciudades y Oficiales? Además de eso, por encima del rango de un Magistrado de Prefectura y dentro de la capital, ¿cuántos más había?
Mientras pensaba hasta este punto, una realización repentina golpeó a Ming Yue.
De pronto, entendió por qué Xiao Lu estaba determinado a eliminar a Feng Xiao y Cui Buqu.
Debido a que las Oficinas Jiejian y Zuoyue, que estaban encabezadas por ellos, sostenían en su agarre al Wulin de la Dinastía. Cada incidente y evento que sucedía desde la ciudad hasta Sanmi pasaría por medio de ellos. Eliminarlos era como aliviar a un viejo tigre de sus garras y dientes, incluso si dicho tigre aún lucía feroz, ya no suponía una amenaza.
Cuando ese momento llegara, todas las conexiones que los Trece Pabellones habían establecido subterráneamente podrían continuar floreciendo en silencio, sin tener más reparos.
—Todavía estoy curioso.
Después de que este pensamiento fuera atravesado, lo que le siguió eran aún más preocupaciones.
—Desde las dos Jin, el cambio de dinastías sucedió frecuentemente. Entre ellos, no había carencia de Oficiales Imperiales que alcanzaran la cima de poder en una sola noche. Hay más —Ming Yue dijo y tosió—, familias secundarias reales que sucedieron al trono. Estas personas tenían partidarios en la corte o el poder del ejército en su mano. Xiao Lu, como un residente de la Dinastía del Sur que ni siquiera era valorado por Chen Shubao, ni siquiera tenía un nombre o una red en la Corte Imperial. No había alcanzado el nivel como para reforjar una nueva dinastía. Lo más probable es que los Trece Pabellones solo se expandirían a lo largo de las diferentes tierras.
»—Por ejemplo, Yuan Sansi. Incluso si sucedía como un Magistrado de Prefectura, todavía estaba lejos de entrar al centro principal. Le sería imposible cambiar algo en el interior del palacio. En cuanto a Yu Xiu, incluso si no estaba muerto o fuera expuesto por ustedes dos y se quedaba al lado del Príncipe Jin en este momento, disfrutando de su confianza, sin importar cuánto confiaba en él el Príncipe Jin, seguramente no podría tolerarlo para que optara por la traición.
»—A menos que una persona construya un ejército y críe soldados para optar por la traición, incluso si las conexiones cóncavas de los Trece Pabellones eran vastas, ¿cómo podrían ser capaces de subvertir el mundo?
Cui Buqu permaneció en silencio por un momento, antes de decir lentamente:
—Considerando las habilidades de la Oficina Jiejian, no les sería difícil investigar a todas las personas con las que Yuan Sansi interactuó, que promovió o con las que era cercano, en todos estos años que ha sido un oficial del palacio.
—Muchas gracias por su aportación, Comandante Cui. ¡Regresaré a la capital de inmediato y lo investigaré! —Ciertamente, esta era una pista clave. Inmediatamente, Ming Yue tomó un pincel y lo registró, antes de enlistar todo lo que evolucionaba alrededor de este asunto uno por uno para evitar olvidarlo.
La Oficina Zuoyue no tenía autoridad para interferir en las investigaciones de la Oficina Jiejian. Si hubiera sido el Feng Xiao del pasado, lo más seguro era que hubiera golpeado con palabras burlonas. Sin embargo, ahora, el Segundo Comandante Feng estaba en silencio, sin ni siquiera dar ninguna opinión por su cuenta. ¿El sol se ha elevado desde el Oeste el día de hoy? Ming Yue dijo en su corazón.
—Hay más —Cui Buqu volvió a hablar—. Yu Xiu fue seguidor del Príncipe Jin por muchos años, podría haberlo conducido a sembrar buenas relaciones con ciertas personas, o quizás lo hizo ofrecer algunas sugerencias al Emperador y la Emperatriz. Este asunto no está relacionado con el jianghu, así que sería inconveniente que la Oficina Zuoyue se muestre. Si la Oficina Jiejian desea investigar, también podrían comenzar desde este preciso punto. La única preocupación es que el temperamento del Príncipe Jin salte entre los extremos, no es una persona agradable con la que conversar, podrían tener que invertir más fuerza...
Su voz se volvió más y más suave. Ming Yue no pudo escucharlo claramente, por lo que levantó su cabeza con curiosidad, pero lo que vio era que el otro había caído intensamente dormido mientras estaba sentado solo así.
Ming Yue estaba estupefacto.
Feng Xiao ya estaba de pie, caminando hacia ahí para recostarlo y cubrirlo con una manta.
—Trabajando sobre su límite, su mente ha estado exhausta hasta el borde. Si Lord Cui continua así, me temo... que no es una buena señal —Ming Yue quería decir que no era una señal de alguien con una esperanza de vida larga, pero sintió que era bastante grosero, por lo que tragó sus palabras.
—Sin estos asuntos con los que ocuparse, podría haberse desplomado hace mucho tiempo —Feng Xiao dijo tranquilamente.
Ming Yue no entendió.
Feng Xiao no dijo más, cambiando el tema.
—A pesar de que Fan Yun es uno de los Trece Pabellones de Yunhai, su existencia es extremadamente importante. Sabe muchas cosas de los Trece Pabellones, esta persona no puede omitirse y debe buscarse tan rápido como sea posible. Reclamar el jade y la identidad de Xiao Lu puede depender enteramente de él.
Ming Yue asintió su cabeza al entender.
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Parecía que unas cuantas voces estaban hablando en el sueño, aparentemente pasaron trotando con linternas de papel, pero eran indistintas. Se asemejaban a las personas y los incidentes que había visto en la primera mitad de su vida, los cuales fueron lavados automáticamente como mareas retirándose. Todo se tranquilizó.
Había muchas veces que Cui Buqu creía que, una vez que se dormía, nunca se volvería a levantar. Ese sentimiento de fatiga hasta el borde de la muerte burbujeó desde el fondo de su corazón, inundando todas sus extremidades gradualmente, tan firme como la seda, le dificultaba la respiración. Sin embargo, sus años de vida no se detendrían aquí. Sin importar cuán sofocante y doloroso fuera, al final, todavía podría abrir sus ojos.
Como en este momento.
Algunas veces, incluso admiraba su propia vida dura.
Cui Buqu observó la venda sobre su cabeza, parpadeó sus ojos lentamente, utilizó la mitad de un cuarto de hora para retroceder en su recolección de memorias y determinó dónde estaba y por qué estaba aquí.
En el pie de la Montaña Tiannan había una pequeña villa. Descendieron desde el pico y Ming Yue necesitó algún tiempo para encargarse del resultado siguiendo a los remanentes de los Trece Pabellones. Todavía necesitaba mandar personas para que trajeran a aquellos guardias y sirvientas de regreso a la capital para interrogarlos, por lo que Cui Buqu y Feng Xiao podrían permanecer en este lugar mientras sus heridas sanaban.
Al lado de su cama había una carta, encima de esta estaba el sello de la Oficina Zuoyue, perfectamente completo. Cui Buqu la abrió, era una carta de Qiao Xian y la insignia sobre la cera de sellado indicaba que era extremadamente confidencial, así que fue traído aquí por el correo oficial. Quizás había sido visto por Ming Yue o Feng Xiao, por lo que le trajeron la carta convenientemente.
En la carta, decía que habían regresado de la ciudad de Donghai con las manos vacías. No había nada sobre los Trece Pabellones de Yunhai ahí, naturalmente no podrían encontrarlo porque, para empezar, esa carta era una pista que Fan Yun había utilizado para que le sirviera como una distracción para extraer al tigre de la montaña.
Cuando Qiao Xian fue herida en Sanmi, Cui Buqu quiso dejar que se quedara en la capital. Quién podría haber adivinado que había sido desenfrenada e incluso huyó a la ciudad de Donghai junto con Zhangsun Bodhi. Ahora que no habían descubierto nada, su decepción y dolor se sintieron mediante aquellas líneas de palabras, pidiendo los siguientes pasos que necesitaban tomarse.
Un sonido vino desde el exterior.
Cui Buqu encendió las velas, quemando la carta poco a poco hasta que se convirtió en cenizas. Después, se bajó de la cama para ponerse sus zapatos y cepilló su cabello.
La dulce esencia del osmanto entraba flotando desde la ventana. Después de experimentar esa cueva sin día ni noche, incluso un cielo tranquilo y sombrío lucía refrescante.
Cui Buqu estaba de buen humor.
Cuando abrió la puerta, Feng Xiao y Ming Yue estaban jugando ajedrez en el patio.
Incluso si estaba herido, este Segundo Comandante Feng nunca se recostaría obedientemente sobre una cama para descansar.
Cui Buqu solo le escatimó una mirada, antes de alejarla con desinterés.
Ming Yue se puso de pie y reverenció con sus manos cruzadas. Su rango era inferior al de Cui Buqu, así que estas costumbres eran necesarias.
Cui Buqu asintió su cabeza.
—No necesitas ser tan cortés, Tercer Comandante. Siéntanse como en casa, voy a dar un paseo.
—¿Vienes a jugar? —Feng Xiao lo llamó.
—No sé cómo jugar.
Feng Xiao estaba aturdido.
—¿No sabes cómo jugar shupu?
(N/T: el shupu es un juego antiguo de la Dinastía Tang, imitación el xiangqi actual, al cual se le conoce como ajedrez chino.)
Esta clase de juegos, que descendían de la difunta Dinastía, Han no solo eran populares en la capital, sino que incluso el mercado también tenía jugadores brillantes.
Cui Buqu le devolvió una expresión inocente. Sobre su rostro, estaba escrito: ¿es tan extraño que no sepa cómo jugar?
Naturalmente, era extraño. Feng Xiao lucía como si estuviera mirando fijamente a un pájaro extraño con dos pares de alas. Lo observó por un momento y dijo:
—Dejé algunos platillos para ti sobre el horno. Después de que hayas comido, te enseñaré.
Cui Buqu negó con su cabeza.
—¿Por qué debería aprender esta clase de cosas?
—Además de trabajar, ¿qué otros entretenimientos puedes decir que tienes? —Feng Xiao preguntó.
—El trabajo es precisamente mi entretenimiento —Cui Buqu dijo tranquilamente.
Feng Xiao le dio una mirada a Ming Yue que decía "¿no es esto lo que te he dicho?"
Ming Yue no tenía palabras y, en su corazón, dijo: si solo este Segundo Comandante rebelde y el Comandante Cui respetuoso de la ley pudieran dividir sus atributos entre sí, cuán genial sería.
Enfrentándose ante una persona tan poco interesante, incluso si Ming Yue rompiera su cabeza pensando, temía que ni siquiera podría ser capaz de pensar en algo para conversar con él. Solo Feng Xiao estaba en el mejor de sus ánimos, pareciendo no tener suficiente mientras le ofrecía varias sugerencias a Cui Buqu sin parar.
—Vamos a apostar, ¿qué dices? Te enseño las reglas y tendremos algunas rondas. Tres puntos declararán la victoria y el perdedor tiene que acceder a una condición del vencedor.
Finalmente, Cui Buqu mostró un poco de interés.
—¿Cualquier cosa es posible?
Feng Xiao torció sus cejas.
—Naturalmente, siempre que yo la tenga.
—Ya que el Segundo Comandante Feng lo pone tan vehemente, ¡cuidado de no comerte tus palabras cuando el momento llegue!
Feng Xiao sonrió vagamente.
—¿A menos que lo que quieras sea yo?
Las mejillas de Cui Buqu se movieron un poco, sin poder evitar el pensar sobre ese momento en la matriz. Sin embargo, descartó el pensamiento a la fuerza, negándose a preocuparse por algo más en este momento.
Ese solo había sido un accidente, o quizás la impulsividad de ser dejado sin opciones, pero no era genuino.
Si hubiera un sentimiento genuino entre los dos, nunca provendría de Feng Xiao.
El Feng-er que se amaba a sí mismo más que a cualquier cosa, ¿cómo sería serio con alguien más?
Él, Cui Buqu, estaba destinado a estar solo durante toda su vida. Entonces, ¿cómo buscaría problemas solamente para que él mismo se inquietara por eso?
—Quiero la lista que contiene todos los nombres de cada oficial Sui en cada ciudad y prefectura, con cuántas esposas y concubinas se casaron y si roncan cuando duermen.
Por un muy largo tiempo, Cui Buqu había querido esta lista de nombres. Ahora que tenía la oportunidad el día de hoy, ¿cómo la dejaría pasar?
Mientras Ming Yue escuchaba esto, giró su cabeza con rapidez, teniendo que utilizar una gran fuerza para suprimirse de estallar en carcajadas.
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La autora tiene algo que decir:
¿Qué sucede cuando un Feng-er juguetón se encuentra con un Maestro Taoísta Cui adicto al trabajo?
Feng-er: Esto es imposible. Mis encantos son ilimitados. ¿Has olvidado esa noche en la cueva?
Cui Buqu: *tose dos veces*