¿¡Qué es tan bueno sobre este hombre enfermizo!?
La puerta de piedra fue abierta y Fan Yun entró caminando.
Cui Buqu yacía en la cama, con su respiración uniforme como si hubiera caído dormido, pero continuó acercándose.
—¿Estás sintiéndote mejor?
Si Fan Yun preguntaba en una manera tal, significaba que sabía que Cui Buqu estaba despierto, incluso si una persona lo fingía a la perfección, su respiración todavía sería diferente si estuviera despierta y no sería capaz de engañar a un gran maestro.
Él ignoró la expresión de Cui Buqu, que se asemejaba a la de alguien que estaba despidiendo a su invitado y se sentó al lado de la cama.
—Sé que me tienes resentimiento en tu corazón. En verdad te lo debo cuando se trata de este asunto, pero con el fin de cumplir mi objetivo, incluso si las vidas deben sacrificarse, no vacilaré. Tú y yo servimos a nuestros propios maestros. Ya que no estás dispuesto a rendirte, me quedé sin más opción que atraerte utilizando métodos como estos.
Cui Buqu le dio una mirada ferozmente gélida antes de cerrar sus ojos.
—Desde la Dinastía Jin, ¿cuántos héroes han luchado al desafiar el orden y haberse llevado a sí mismos hasta finales trágicos? Estaban bien equipados y entrenados, todos los elementos del clima, terreno y la gente estaban en su favor, más que tu Lord de Pabellón durante una gran cantidad de tiempo. Con las capacidades de Maestro, ¿en verdad crees que pueda cumplir grandes cosas?
(N/T: es una frase de Mengzi, o Mencio, que fue un filósofo confuciano chino.)
Fan Yun no lo tomó a pecho.
—Como se suele decir: el hombre propone y Dios dispone, ¿cuántas cosas en este mundo fueron intentadas a pesar de conocer que el éxito era imposible? Buqu, ya que has mencionado los elementos del clima en lugar del terreno, tú debes haber sabido que algunos de aquellos héroes pueden haber tenido éxito con el elemento del clima, pero no con el del terreno. Justo como Yang Jian y sus métodos de capturar el trono por medio de un pariente de la consorte probaron todo. Confía en las mujeres para cumplir sus objetivos. Incluso si su nombre es dejado en la historia, esta acusación nunca será removida. Más que eso, no subestimes al Lord de Pabellón, de verdad tiene capacidades por encima de tu imaginación.
Cui Buqu se burló.
—Ser capaz de reunir a tantos grandes maestros, teniendo piezas de ajedrez tales como Feng Xiao y Yuan Sansi dentro de la Corte Imperial y un estratega como el Maestro Fan. Parece que no hay dudas sobre sus capacidades.
Fan Yun le dio una mirada que hablaba por sí sola.
—¿Piensas que eso es todo?
Cui Buqu entrecerró sus ojos.
El otro no dijo nada. Sacó una botella de cerámica de su manga.
—Esta medicina puede enriquecer la sangre y nutrir tu qi. No tiene veneno y es beneficiosa para regular tu cuerpo. Si la tomarás o no, es enteramente tu decisión.
Fan Yun palmeó su hombro y le dijo que descansara bien, antes de levantarse e irse.
La puerta de piedra se cerró una vez más.
Feng Xiao saltó hacia abajo desde una esquina del techo, sacudiendo el polvo y las telarañas de sus ropas.
—Él me sintió.
La interacción de energía vital entre los grandes maestros siempre había sido más sutil. Incluso si Feng Xiao especulaba que no destrozaría una grieta que le permitiera ser atrapado, aun cuando Fan Yun no había alzado la mirada al lugar en el que estaba escondido, Feng Xiao podía estar seguro con sinceridad de que Fan Yun sabía que se encontraba ahí.
Esto no era extraño, sin embargo, era difícil que una persona se escondiera en el salón de combate para empezar. Feng Xiao incluso se había preparado para iniciar un asalto contra Fan Yun.
No obstante, el otro no lo había expuesto a pesar de conocer su presencia. Esto no tenía sentido.
Feng Xiao recogió la botella de cerámica que Fan Yun había dejado atrás y la abrió para olfatearla antes de ponerla entre sus brazos.
—No importa lo que ese viejo esté creando en su cabeza. Es mejor si no la tomas.
Cui Buqu no lo objetó, pero murmuró:
—Justo ahora, dijo "¿cuántas cosas en este mundo fueron intentadas a pesar de que se sabía que el éxito era imposible?" Ese es el comentario de la gente sobre Confucio. Es una metáfora para indicar que el contrario es una persona de gran sabiduría y coraje. Para que Fan Yun compare esto consigo mismo significa que tenía sus propias dificultades que encuentra complicado de expresar. En efecto, fue como si estuviera insinuando que este Lord de Pabellón tiene a muchas más personas en comparación con aquellas que conocemos. De hecho, es muy posible que todavía tenga un respaldo que ni siquiera podamos comenzar a imaginar.
—¿Estás sugiriendo que Fan Yun es un traidor que busca asuntos complicados para que él mismo se levante en vigor? —Feng Xiao ridiculizó—. Él pudo observar mientras te apuñalaba con un cuchillo, ¡este traidor realmente dio todo su esfuerzo!
Cui Buqu suspiró.
—Hay otra posibilidad.
Feng Xiao frunció su ceño.
—Él no es un miembro de los Trece Pabellones de Yunhai, pero tampoco está aquí para ayudarnos.
—Así es —Cui Buqu dijo con la máxima seriedad—. Él y yo nos hemos conocido el uno al otro durante años, debe saber la clase de persona que soy. Con la sabiduría que posee, habría conocido que, incluso si yo accedía en la superficie, sería reticente en el interior y definitivamente causaría caos.
Feng Xiao fue atrapado en una encantadora sorpresa.
—¡Nunca he visto a alguien que se comparara con un palo que agita la mierda!
Cui Buqu dejó de hablar, mirándolo ferozmente con un rostro inexpresivo.
Feng Xiao extendió una mano y dio un golpecito a su frente.
—Si te sientes tranquilo, todas tus enfermedades se desvanecerán con naturalidad. Solo estoy atendiéndote hasta tu recuperación. Deberías agradecerme.
Un momento de tolerancia traería paz, así, Cui Buqu parpadeó y continuó hablando:
—Ya que Fan Yun no reaccionó, por el momento, no te expondrá frente a Yu Xiu y los demás. Esta vez, has entrado en la profundidad de la guarida del tigre, ¿qué preparaciones has hecho?
—¿Qué preparaciones? —Feng Xiao preguntó sospechosamente.
—No puede ser que estuvieras pensando en luchar tu salida solo —Cui Buqu alzó su voz, pero pasó menos de la mitad de un minuto antes de que terminara y comenzara a toser.
Feng Xiao estaba sorprendido.
—¿Por qué una persona como yo, de sabiduría y coraje incomparable, que puede pelear contra cien enemigos, necesitaría a alguien?
Un momento de tolerancia traería paz... ¡un momento de tolerancia traería qué jodida paz! Cui Buqu se empujó hacia arriba forzosamente, estirándose para tomar el tazón vacío a su lado para golpear a Feng Xiao.
El otro lo recibió fácilmente, dándole la vuelta en su lugar y colocándolo sobre la mesa nuevamente antes de utilizar una voz que estaba acostumbrada a persuadir a los gatitos mientras sonreía y decía:
—Mírate, incluso si estás cargando unas heridas contigo, aún eres tan violento. ¿No sería mejor si no pensaras sobre esto? Antes de que yo dejara la capital, hice algunos arreglos, pidiéndole a Lao-san que condujera a algunas personas para seguirlos en secreto personalmente, esperando en Raoyang al lado de Anping.
Viendo que había comenzado a ser serio, Cui Buqu regresó a su estado pacífico de inmediato. Pero debido a que se había lastimado hace un momento, no pudo dejar de toser.
Feng Xiao sonrió para sí antes de verter otra mitad de un tazón de agua caliente para darle.
—Antes, no había conocido nada concerniente a Tiannan. Una vez que supe que Yuan Sansi había partido, le envié un mensaje a Lao-san. Apuesto que, en el momento que actuamos, él ya estaba en camino. Sin embargo, sin nadie que lo guiara, necesitaría un largo tiempo antes de que pudiera encontrar este lugar y sin mencionar la Matriz de la Brújula de Rotación Gemela, de la cual solo tú y Fan Yun conocen la manera de liberarse, me temo que nadie más en este mundo lo sabría.
—Es correcto —Cui Buqu dijo—. A menos de que desencadenemos algo y los guiemos hasta aquí.
—Déjame hacer la lógica sobre esto. Tú solo cuídate, Maestro Taoísta Cui. Con un cuerpo frágil como el tuyo, no se sabe cuánto más vivirás. Por favor, también reduce tu temperamento para evitar que tú mismo te eleves a los Cielos antes de que los Trece Pabellones de Yunhai hayan caído.
—Todo estará bien siempre que dejes de enfurecerme —Cui Buqu dijo fríamente.
Feng Xiao parpadeó, arremetió con una mano repentinamente y tocó los meridianos de sueño de Cui Buqu en un abrir y cerrar de ojos. Atrapó la mitad superior de su cuerpo que se desplomó y lo colocó sobre la cama.
Siendo forzado a dormirse, había una arruga en el entrecejo de Cui Buqu como si hubiera mil preocupaciones que todavía no había logrado resolver, por lo que no podía dormir pacíficamente.
Feng Xiao frotó la arruga por un momento, aplanándola.
Solo en este momento, Cui Buqu lucía inofensivo para los seres humanos y las bestias, amable y débil.
Pero esto solo era en la superficie.
Esta persona no solo era venenosa con su boca, sino que también tenía un corazón de acero, despiadado hacia otros y hacia sí mismo, sin detenerse ante nada para cumplir sus objetivos. Su temperamento no era agradable para llevarse bien con él y su cuerpo era como una vela en el viento, sin saberse cuándo se apagaría.
Incluso aquellas dos palabras, "Cui Buqu", parecían cargar un aire de frialdad alarmante, advirtiendo a otras personas de que pusieran distancia entre sí, como si fuera una roca que se desgastaba por el viento y la nieve, y no necesitaba que nadie lo entendiera o se le acercara.
Caer por alguien como este era un pecado de sus vidas previas, sangre desafortunada que había fluido sin parar durante ocho generaciones.
Él, Feng Xiao, por el contrario, era apuesto y rebelde, tenía una influencia grácil. La gente hermosa se entregaría a sus puertas con una sola llamada. Incluso una belleza inigualable de un país entero, como Fong Xiaolian, quería una noche con él, sin mencionar a aquellos hombres y mujeres que querían su favor, estos estaban por todas partes.
Los Cielos no solo le habían dado una apariencia extraordinaria porque incluso le habían dado una sabiduría y talento extraordinarios. Desde que era joven, no necesitó poner mucho esfuerzo en aprender o en conseguir lo que quisiera, era tan simple como tan solo extender una mano. Incluso la posición de Líder en la Secta Fajing, que era codiciada y deseada por muchas personas en las sectas demoniacas, fue lanzada hacia él como una batata caliente solo porque el Líder de Secta anterior quería que lo sucediera.
Feng Xiao no era como aquellas arrogantes, pero restringidas personas hipócritas. Con seriedad, sentía que el cielo y la tierra eran vastos, mas las personas que podían correr a un ritmo igual al suyo no eran muchas en número. Los grandes maestros de las sectas demoniacas, como Cui Youwang y Yan Wushi, podrían haber sido capaces de comenzar una pelea con él en combate, pero cuando se trataba de talento, sabiduría y apariencia, Feng Xiao estaba seguro de que aquellas personas no eran inferiores a él solamente por un poco.
(N/T/E: efectivamente, es el Lao Yan de Qianqiu, o Thousand Autumns y apuesto que no está de acuerdo con Feng-er.)
¿Por qué una persona tan impecable, inigualable y perfecta como él caería por un inválido enfermizo que ni siquiera podría ver el sol de mañana?
Él no era el único que se negaba a creerlo, incluso si lo difundiera, nadie lo creería.
Feng Xiao miró de izquierda a derecha y se estiró hacia abajo para cavar una perla luminosa, agitándola alrededor del rostro de Cui Buqu, pero no pudo poner un dedo sobre lo que era tan especial sobre esta.
Su nariz lucía mundana, también sus cejas, su boca y labios lucían mejor, pero solo eran un poco mejores, ¿cómo podrían compararse con una o dos décimas suyas?
De pronto, Feng Xiao recordó que, hace mucho, ambos eran como tigres que descendían de sus colinas, corriendo por sus vidas en los desiertos al lado de la ciudad. Durante ese tiempo, ambos aún albergaban sus propias intenciones nefastas, pero fueron forzados a arrojar sus opiniones y trabajar en conjunto temporalmente, quedándose encerrados dentro de una cueva debajo de un precipicio para soportar una noche nevada.
Durante ese momento, Cui Buqu incluso lo había forzado a llamarlo "Papá" tres veces y, en su corazón, pensó que una vez que saliera de esto, definitivamente haría que este hombre enfermizo se arrodillara en el suelo mientras abrazaba su pierna a medida que lo llamaba "Papá".
No obstante, ¿qué sucedió al final?
Ahora, cuando miraba al rostro de este hombre enfermizo, finalmente no podía evitar sentir un incremento espontáneo de alegría.
Esto no podía ser.
Un repentino pensamiento destelló, Feng Xiao extendió una mano y la colocó sobre el cuello de Cui Buqu.
Su palma estaba cerca de la piel del otro y, además de la calidez, también había un pulso débil latiendo.
Feng Xiao apretó su mano lentamente.
La expresión de Cui Buqu no era una de dolor. Con sus heridas, sumadas al hecho de tener sus meridianos sellados, había caído en un profundo sueño.
Naturalmente, su rostro era pacífico y tranquilo. Había luchado la mitad de su vida y vagó de lugar en lugar, probó toda la calidez y crueldad en los corazones de la gente. Que muriera de tal manera quizás era una forma de libertad.
En esta cueva ante sus ojos, los grandes maestros se reunían y una emboscada se escondía en todas las direcciones. Había peligros incesantes por todos lados, Fan Yun y Yuan Sansi ya eran lo suficientemente complicados para luchar contra ellos, sin mencionar al Lord de Pabellón que todavía no se había mostrado. Ya era muy difícil que el mismo Feng Xiao encontrara una oportunidad de escapar completamente ileso, pero con un Cui Buqu también, incluso si este tuviera cientos de trucos bajo sus mangas, en esta clase de situación, sin importar cuántas ideas tuviera, no podría evitar convertirse en una carga.
Este hombre enfermizo era muy delgado, su cuello también era largo y esbelto. Un poco de fuerza en una sola mano sería suficiente para romperlo.
Entonces, el otro ya no respiraría, tampoco podría burlarse de Feng Xiao, o hablar con el filo de los cuchillos y lanzar a un hoyo a la Oficina Jiejian cuando pudiera.
A partir de entonces, Feng Xiao estaría tan libre como las altas montañas y los amplios ríos, como los cielos y tierras proyectados, sin tener una debilidad más.
Había mil beneficios y ni un solo daño.
Pero no podía hacerlo.
Para el final del día, solo eran cuatro palabras:
No podía dejarlo ir.
No podía dejar ir sus burlas frecuentes.
No podía dejar ir el movimiento de sus cejas cuando se burlaba.
Ni siquiera podía dejar ir esa mirada calculadora y burlona que daba cuando lo llamaba "Segundo Comandante Feng".
Entonces, ¿¡qué era tan bueno sobre este hombre enfermizo!?
Feng Xiao lo soltó y suspiró.
Bajó su cabeza y presionó sus labios sobre la calidez gentil del otro por un momento, ¡antes de morder sus labios con crueldad!
Si lo hubiera sabido antes, durante ese momento en el que habían estado en los desiertos, tan solo lo habría apuñalado y asesinado. De otra manera, ¿por qué conduciría a tantos problemas en el día de hoy?
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Notas de Ada:
¿Realizaciones b*rgas sobre el enamoramiento?
Feng-er: ¡matarlo! ¡Tengo que matarlo antes de que me enamore!