No olvides mi voz

By allierngll

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Destiny Felton, una chica cegada por los errores del pasado que encontró luz en la música. Mitchel Gleeson, u... More

🎸
🎸Capítulo Uno
🎸Capítulo Dos
🎸Capítulo Tres
🎸Capítulo Cuatro
🎸Capítulo Cinco
🎸Capítulo Seis
🎸Capítulo Siete
🎸Capítulo Ocho
🎸Capítulo Nueve
🎸Capítulo Diez
🎸Capítulo Once
🎸Capítulo Doce
🎸Capítulo Trece
🎸Capítulo Catorce
🎸Capítulo Quince
🎸Capítulo Dieciséis
🎸Capítulo Diecisiete
🎸Capítulo Dieciocho
🎸Capítulo Diecinueve
🎸Capítulo Veinte
🎸Capítulo Veintiuno
🎸Capítulo Ventitrés
🎸Capítulo Veinticuatro
🎸Capítulo Veinticinco
🎸Capítulo Ventiséis
🎸Capítulo Veintisiete
🎸Capítulo Veintiocho
🎸Capítulo Veintinueve
🎸Capítulo Treinta
🎸Capítulo Treinta y Uno
🎸Capítulo Treinta y Dos
🎸Capítulo Treinta y Tres
🎸Capítulo Treinta y Cuatro
🎸Capítulo Treinta y Cinco
🎸 Capítulo Treinta y Seis
🎸 Capítulo Treinta y Siete
🎸Capítulo Treinta y Ocho
🎸 Capítulo Treinta y Nueve
🎸 Capítulo Cuarenta
🎸 Capítulo Cuarenta y Uno
🎸 Capítulo Cuarenta y Dos
🎸 Capítulo Cuarenta y Tres
🎸 Capítulo Cuarenta y Cuatro
🎸Capítulo Cuarenta y Cinco

🎸Capítulo Veintidós

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By allierngll


Between the bars - Elliott Smith

MITCHEL

Mi pierna derecha se balanceaba mientras estaba recostado en la orilla del techo. Dejé ir el humo que tenía retenido con lentitud, y nuevamente llevé el cigarrillo a mis labios. Le di una profunda calada, durante ese tiempo, me quedé contemplando la forma en que se agrupaban las nubes y el tono grisáceo a mí alrededor que se intensificaba cada vez más. No tardaba en empezar a llover, pero eso no me preocupaba, y es que la verdad no tenía alguna intención de volver adentro.

Las llamadas de Susan nunca faltaban y, al no responder a ninguna de ellas, recurría a llenar mi bandeja de mensajes. Al principio me fastidiaba que fuese tan intensa con el tema de la comunicación. Sin embargo, empecé a matar el tiempo leyendo lo que decían e imaginaba los gestos que podría estar haciendo al escribirlos. ¿Por qué era tan fácil hacerla enojar sin esforzarme tanto? Joder, eso debía ser un don natural. A veces solía preguntarme cuándo se daría por vencida y entendería que no pensaba responder a ninguno de ellos.

Era la única en quien confiaba, antes de Destiny, así que no olvidaría tan fácil cuáles fueron sus verdaderas intenciones de enviarme allí. Escuchar aquella conversación me abrió los ojos y, si no lo hubiese hecho, seguirían mintiéndome por más tiempo. Sabía que no podía seguir fingiendo que no había escuchado nada, en algún momento la bomba explotaría y sería mucho peor. El problema era que no tenía ánimos para discutir con todos ellos.

Un trueno a lo lejos provocó que mi atención viajara perezosamente hacia su casa. Intenté convencerme de que era normal aprenderme sus horarios de trabajo. Así que sí empezaba a llover, tendría que ir por ella, aunque en el fondo supiese que siempre cargaba una sombrilla. ¿En serio estaba tratando de engañarme? Solo buscaba una excusa infantil para verla y pasar tiempo juntos.

Todo ese tiempo pensé que la había encontrado, sin embargo, ella me encontró a mí. Era esa compañía que no sabía que necesitaba y, cada que la miraba a los ojos, no podía hacer nada más que confirmarlo. Aunque en ocasiones tenía miedo de que el desastre que era la afectará de alguna forma. Destiny no sabía muchas cosas de mí, al menos, no las que influirían en su decisión de seguir pasando tiempo conmigo. Sin embargo, me importaba lo suficiente para querer darle la mejor versión de mí.

Me enderecé para aplastar el cigarrillo contra una de las tejas y percibí un movimiento a lo lejos. El cuerpo entero se me tensó al reconocer de quien se trataba. ¿No se suponía que tenía que seguir trabajando a esta hora? Observe cómo se apresuraba a abrir la puerta y desaparecer por ella unos segundos después. Me quedé inmóvil esperando a que subiese a su habitación y encendiera la lámpara como todos los días, pero eso no sucedió.

Sus cortinas oscuras me impedían ver lo que estaba pasando del otro lado y eso comenzaba a inquietarme. ¿Qué se supone que debía hacer en esos casos? No podía simplemente entrar por la ventana y exigirle que me contase cuál era el problema. Aunque en el fondo me estuviese muriendo por querer saberlo y el deseo de ayudarla en el caso de que su respuesta fuese que positiva.

No me quedo de otra que esperar, tal vez aún no subía a su habitación, pero esa espera se convirtió en horas. Llegó un momento en el que se me empezaron a congelar los dedos de las manos y salía vaho de mi boca. Fue en ese instante en que comprendí que estaba en su habitación, pero no era momento para invadir su espacio con mis tonterías. Solo esperaba que se encontrase bien.

Esa noche no pude dormir, ni las que le siguieron.

Debí saber que algo fuerte tuvo que suceder para que ella cambiara de actitud tan drásticamente. Intenté ser paciente, respetar su espacio y comprender que eran batallas que debía luchar sola. En cambio, eso no disminuía mi preocupación y el hecho de que se alejase de mí. ¿Acaso había hecho algo mal? ¿Fue mi comentario en la biblioteca que la alejó? ¿La ofendí sin darme cuenta? Los nervios de haberme equivocado me estaban carcomiendo vivo.

Tanto tiempo siendo cuidadoso con mis palabras, dándole el respeto que se merecía y por un maldito desliz la había perdido por completo. Solo que había algo que no cuadraba en toda esa ecuación de suposiciones. Si ella se había enojado, ¿no me lo habría dicho al momento? Destiny no era de las que se quedará callada, al menos, no conmigo. ¿No siempre fue directa acerca de lo que pensaba de mí?

Unas profundas ganas de estrellarme contra esos malditos casilleros cada que la miraba evitarme crecían dentro de mí. ¿Tan horrible persona era que no podía verme ni siquiera a los ojos? Nunca me había preocupado tanto por agradarle a alguien y lo que esta pensará de mí. No sabía qué hacer, temía acercarme y terminar de arruinarlo. Pensé que las cosas estaban fluyendo bien entre nosotros.

Sin ella, los siguientes días se volvieron un infierno.

Una tarde estaba saliendo del salón de música cuando la miré a lo lejos discutir con su exnovio. Traté de ocultarme detrás de un grupo de chicas, las cuales no dejaban de intercambiar miradas y risas, esperaba que no me delataran haciendo un escándalo. Mi cuerpo se tensó por completo al ver cómo ese chico la agarró del brazo y se fueron en dirección contraria. ¿Ese idiota quién se creía que era para tomarla de esa forma? No podía escuchar nada debido a la distancia, pero sentía que algo no andaba bien. Estaba a punto de seguirlos, pero algo me freno, algo que no había pensado hasta ese momento y que lo cambió todo. Me di la vuelta para salir de allí.

***

O.O.C – The True Blue

Esa escuela nunca me había agradado, pero seguía yendo con la esperanza de que ella me diese alguna explicación. Necesitaba saber cuál fue mi error y, si existía alguna posibilidad, enmendarlo y prometerle ser un mejor amigo. Después de verla aquel día con ese chico, entendí que tal vez decidió darle otra oportunidad y por eso no podía seguir viéndose conmigo. Aunque no tenía mucho sentido, pero ¿cómo carajo iba a saberlo si se alejó sin decirme absolutamente nada? Llevaba dos semanas torturándome con las infinitas posibilidades. Fue en ese momento cuando giré en el siguiente pasillo y la cabeza de alguien se impactó contra mi pecho.

Bajé la mirada con lentitud.

Sus ojos verdes me dejaron inmóvil.

Me hubiese gustado apreciarla de la forma en que me había privado de hacerlo en todo ese tiempo. Sin embargo, mi atención se fue a algo en específico y apreté la mandíbula hasta sentir dolor. Destiny intentó cubrirse con un mechón de su cabello y apartó la mirada avergonzada. Me percaté de cómo su pequeño cuerpo estaba temblando y todo lo que hice fue ver rojo. Unas profundas ganas de matar a alguien crecieron dentro de mí.

—¿Quién demonios te hizo esto? —pregunté, extendiendo mi mano para intentar tocarla y apartó el rostro con ligereza. La bajé con lentitud mientras la llevaba nuevamente a mi costado formando un puño.

—No es de tu incumbencia.

Chasqueé la lengua.

—¿Entonces así serán las cosas? —solté molestó.

Se quedó callada, y podía ver cómo reprimía las ganas de seguir llorando. No necesitaba preguntárselo, esa nariz roja la delataba, al igual que los ojos, se notaba que llevaba un buen rato haciéndolo. A ese punto me volvería loco por seguir manteniéndome en el limbo.

—Contéstame —exigí.

Silencio de nuevo.

—Si no lo haces, tendré que buscar la maldita respuesta en cada alumno de esta escuela. ¿Estás escuchando, Destiny? Me importa una mierda meterme en problemas, pero no me iré de aquí hasta escuchar lo qué pasó.

Ella observó a su alrededor.

¿Acaso estaba buscando a alguien?

—Baja la voz —pidió simplemente.

Tenía suficiente con esa situación.

Me atreví a tomar su mano con delicadeza sin importar que alguien nos estuviese viendo. El corazón no dejó de latirme como loco en todo el trayecto hacia la enfermería. No había nadie cuando llegamos y, dado que la paciencia no era mi fuerte, la dirigí hacia la camilla. Mientras se sentaba busqué lo que iba a necesitar para curar la herida y lavarme las manos. Todo ese tiempo se mantuvo callada, lo cual no era buena señal y era consiente de que existía la posibilidad de que después de eso me odiara más.

Nunca le negaría ayuda.

Situé un banco alto frente a ella para sentarme.

Con una mano llevé el algodón a la parte superior de su ceja y con la otra retuve su rostro. Se removió al sentir el antiséptico y soltó una pequeña maldición por lo bajo. Me dediqué a soplarle mientras seguía aplicándoselo despacio. Intenté buscar su mirada, pero no despegaba la suya del suelo. Moría por decirle cuánta falta me había hecho, pero no quería parecer un intenso y llenarla con todas las preguntas que me estuvieron rondando en la cabeza esos días.

Me fue inevitable perderme en sus delicados rasgos y, cuando fije la mirada en sus labios, los latidos de mi corazón incrementaron. Cada vez que la miraba era como si fuese la primera vez. Me humedecí los labios mientras intentaba controlar mis manos temblorosas, hasta podía sentir las gotas de sudor resbalándose desde mi sien. ¿Era el único que sentía que el lugar se hacía cada vez más pequeño?

Destiny estaba tan sumergida en sus pensamientos que no se percataba de lo que provocaba en mí. ¿Cuánto tiempo soportaría aguantando la respiración? No tuve que devanarme la cabeza, porque en ese instante su mirada conectó con la mía y solté el aire lentamente. El olor de su perfume invadió mis fosas nasales nublándome los sentidos y el calor subió hasta mis mejillas.

Aparté mis manos de su rostro con rapidez para dejar el algodón a un lado y tomar la pomada entre mis manos. Después de abrirla, se la apliqué bajo su atenta mirada, ¿ahora cómo le explicaba que me gustaba que me viese? Pero en ese momento me estaba poniendo nervioso y terminando con mi cordura. Corte unos pedazos de cinta para sujetar la gasa que dejaría sobre la herida. Una vez que termine dejé mis manos sobre mis rodillas y no le quité la mirada de encima. Ahora que la sangre en su rostro no me estaba volviendo loco, necesitaba respuestas.

—¿Cuánto tiempo más? —pregunté.

Estrechó sus cejas.

—¿De qué hablas?

—¿Cuánto tiempo más seguirás evitándome? —repetí, y no pude evitar sonar cortante.

—No lo estoy haciendo.

Cerré los ojos un instante.

—No me mientas.

—¿Y qué pasa si lo he estado haciendo todo este tiempo?

—No eres como los demás —aseguré.

Ella soltó una risa amarga.

—Oh, créeme. Soy peor que todos ellos, estoy cansada. No sé qué estás esperando de mí, pero debes saber que terminaré decepcionándote.

Destiny intentó levantarse, pero se mareó y la sostuve rodeando mi brazo en su cintura.

—¿Cuándo fue la última vez que ingeriste algún alimento? —indagué preocupado. Sabía que existía la posibilidad de que fuese por el golpe, a pesar de ello, la palidez en su piel y que la mirase más delgada me decía lo contrario. Ella apartó de un manotazo mi brazo y se sostuvo de la camilla—. ¿Por qué eres tan orgullosa? Solo déjame ayudarte.

Al parecer dije las palabras incorrectas, porque se volvió hacia mí hecha una furia y con lágrimas en sus ojos.

—¡Nadie pidió tu maldita ayuda! Solo quiero que por primera vez lo entiendas y me dejes en paz.

Me acerqué a ella dando pasos pequeños, arrinconándola contra la pared para que no tuviese escapatoria.

—No lo haré —respondí con tranquilidad.

—¿Acaso eres imbécil?

Me encogí de hombros.

—Eso es algo que ya sabias.

—¿Crees que eso me hará sentir agradecida? —vociferó. Sin embargo, cada palabra que salía de su boca perdía firmeza y le temblaba la voz—. No querré volver a verte en mi vida.

Sonreí de lado.

—Correré el riesgo.

Destiny hincho las mejillas perdiendo la paciencia.

—¿Por qué siento que me quieres alejar de ti? —añadí.

—Me alegra que lo vayas entendiendo.

Negué con la cabeza.

—Me refiero a que te estás esforzando mucho, como si en el fondo no lo quisieras... —murmuré pensativo.

Se quedó callada, y hasta aquí podía escuchar los engranajes de su cabeza acomodándose. ¿Creía que la dejaría ir tan fácil? Ya le había dado suficiente tiempo.

—Te lo diré —soltó de repente.

Entrecerré mis ojos.

—¿Qué cosa?

—Fue en el baño de chicas. Ellas creyeron que sería divertido un regalo de cumpleaños adelantado.

Me congelé al escuchar sus palabras.

—¿Qué mierda tienen en la cabeza? —escupí con molestia—. ¿No le dijiste a algún profesor?

—No puedo hacerlo.

—Tienes boca, claro que puedes —repliqué.

Lágrimas empezaron a correr por sus mejillas, y el dolor que miré en sus ojos me estaba destruyendo.

—No soy quien crees... —musitó.

Sonreí con amargura.

—Sin importar lo que me digas, nada me hará cambiar de opinión sobre ti. Nada justifica que se comporten de este modo y, si tienen que recurrir a este tipo de actos, me hacen cuestionar quién es el verdadero culpable en esta situación y créeme que no eres tú.

Destiny cerró sus ojos.

—Si de verdad te intereso, solo deja que me vaya —susurró.

Nunca había experimentado algo así, pero estaba sintiendo su dolor como si fuese mío. Mi corazón dolía por ella. Dejé mi frente en la pared y cerré mis ojos por un instante. Mi cuerpo la cubría por completo mientras el suyo temblaba mientras lloraba. Tomé una bocanada de aire para controlar las palpitaciones de mi corazón. Solté una maldición antes de hacerme a un lado y darle lo que tanto quería.

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