¡Eres tan lindo incluso cuando eres tan malo!
Qiao Xian había preparado algunos platillos para que Cui Buqu comiera cuando se despertara.
Habían sido demasiados años desde que cuidaba de Cui Buqu, así que sus habilidades culinarias solo mejoraron mientras más practicaba. Si dejaban la capital por desafíos o misiones, no le confiaría a Cui Buqu a otra persona e insistiría en cocinarle ella misma.
Una vez que el estofado caía por su garganta, Cui Buqu podría reconocer de inmediato que el platillo había sido cocinado por la misma Qiao Xian.
—Antes de escuchar las buenas y las malas noticias, primero necesito hacerle una pregunta al Comandante Feng —Cui Buqu terminó el estofado y bajó el tazón.
Feng Xiao se puso de pie.
—Es muy tarde. Hace un momento, me lo prohibiste cuando quise hablar y ahora quieres que lo haga. Me niego. Adiós.
—Quiero preguntarte por qué cuando me desperté sentía que mi cuerpo dolía por todas partes, especialmente mi hombro derecho, como si solamente me hubiera caído.
—Si me lo preguntas, ¿a quién debo preguntarle? —Feng Xiao inquirió con inocencia—. Te arrastraste en la bóveda subterránea por tanto tiempo, ¿cómo podrías no estar herido?
Cui Buqu apoyó su barbilla en su palma, con su expresión inmutable.
—¿Por qué hay un golpe en mi cabeza?
Feng Xiao tosió dos veces.
—Después de que te desmayaste, una gran mala persona salió corriendo y quiso secuestrarte. Yo gasté mucha energía en ahuyentarla y, después de eso, incluso utilicé mucha fuerza para cargarte de regreso. Antes, estuviste registrando el cadáver de Duan Qigu, te manchaste de sangre por todas partes y ni siquiera me preocupé por eso. No solo no me lo agradeciste, sino que ¿quieres interrogarme a cambio?
Cui Buqu preguntó con curiosidad:
—¿Qué gran mala persona?
Habían aniquilado prácticamente tanto a Duan Qigu como a Xing Mao durante ese momento.
—Bing Xuan —Feng Xiao respondió.
Cui Buqu:
—...
Feng Xiao sonrió.
—¿Por qué? ¿Podría ser que el Maestro Taoísta Cui finalmente fue seducido por ella?
—Así es —Cui Buqu dijo fríamente—. ¿Puedo pedirle al Comandante Feng que la traiga de regreso para mí?
Feng Xiao se ventiló a sí mismo con su abanico.
—Eso es realmente difícil. Las artes marciales de Yan Xuexing son insuperables, él mismo no es un hombre tan malo. No eres rival para él. ¿Por qué no bajas tus estándares un poco? Podría ser capaz de presentarte a esa pequeña criada regordeta que le sirve a Gao Yi.
—Deja de hablar tonterías. ¿Cuál fue el resultado de la interrogación de Yu Heng? —Cui Buqu sobó el golpe en su cabeza gentilmente y, en su corazón, se dijo que este necesitaría al menos dos o tres días para que la hinchazón sanara y si Feng Xiao era el causante de este incidente o no, esta deuda estaba sobre él. Definitivamente, Cui Buqu sabía que esta era la opción correcta por tomar sin importar qué.
Feng Xiao levantó un dedo.
—Primero la mala noticia: Yu Heng está muerto.
Cui Buqu:
—...
Se sintió como si un trueno cayera para golpearlo en el momento en que se despertaba.
La esquina de sus ojos se crispó mientras se forzaba a reprimir su temperamento ardiente.
—¿Esta es la primera vez que el Comandante Feng está trabajando en un caso? Para nosotros, no es fácil arrestar a alguien así, podría haber sido incluso nuestro progreso con los Trece Pabellones de Yunhai porque podía proveernos información relacionada con la organización. ¿¡No sabes cómo mantener un ojo sobre él!?
Feng Xiao extendió sus manos sobre la mesa.
—Yo también conozco su valor y su importancia en nuestro caso, pero no olvides que esta es la ciudad de Qiemo, no la Oficina Jiejian y definitivamente tampoco tu Oficina Zuoyue. Nosotros solo somos cuatro personas, además de mantenerlo en los calabozos, ¿me sería posible permanecer a su lado las veinticuatro horas del día sin dejarlo por un solo segundo?
Cui Buqu sabía que lo que el otro hombre decía era la verdad. Incluso en la Oficina Zuoyue, había reglas que ya conocían hace mucho tiempo para poder mantener a una persona en custodia. Aunque no pudieran, similar al Ministerio de Justicia, mantener a los criminales bajo custodia tanto tiempo como quisieran, unos cuantos días les serían suficientes para conseguir toda la información concerniente al caso que necesitaran. Incluso había más que unas pocas maneras de que pudieran hacerlos desaparecer de la faz de la tierra, de dejarlos morir en secreto sin que el mundo exterior ni siquiera lo supiera.
Después de un momento de silencio, dijo:
—Ya que no se suicidó cuando fue arrestado, no lo habría hecho en absoluto, por lo tanto, es imposible que se suicidara.
—Es correcto. Pero una vez que estuvo en el calabozo, hubo muchas oportunidades para que las personas se escabulleran al interior y cometieran el asesinato. Pudimos prevenirlo las primeras veces, pero era imposible hacerlo por siempre. Esto es Qiemo, un lugar donde todos los dragones y las serpientes vagan en un punto central. Desde el inicio, no estaba fuertemente vigilado en primer lugar. Aunque Gao Yi dobló las patrullas, hubo una persona que dijo ser el amigo de Yu Heng y que quería visitarlo. Después de que los carceleros recibieron una gran compensación, realmente lo dejaron entrar. Al final, luego de que la persona se fue, descubrimos que Yu Heng ya estaba muerto.
—Apuesto que sería imposible averiguar algo sobre este visitante —Cui Buqu dijo.
—Sí, se fue hace mucho tiempo. Gao Yi estaba asustado de que te enojaras, así que ya le había ordenado a su gente que dibujaran una ilustración de su rostro y la pegaran por toda la ciudad. Pero siendo franco, no creo que funcione.
Cui Buqu sintió un dolor de cabeza llegando, así que sobó sus sienes.
—Me acabo de despertar, ¿no puedes traerme alguna buena noticia?
Feng Xiao se rio.
—Jaja, ¿no te dije justo ahora que aún tenía una noticia buena a la mano?
—Oh —Cui Buqu respondió, pero mantuvo su boca cerrada y se negó a preguntar más.
—Ah, ¿por qué dejaste de preguntar?
—Si te lo pregunto en este momento, siento que el Comandante Feng no me lo dirá tan rápido, incluso podrías pedirme otra información a cambio.
Debido a que el caso de Qiemo había terminado y a pesar de que los Trece Pabellones de Yunhai respaldando a Yu Heng parecían ser increíblemente ambiciosos, no estaban relacionados directamente con este caso. Si querían perseguirlos, sería un asunto completamente diferente. Así que una vez que Yu Heng había muerto, de acuerdo con los métodos usuales de Feng Xiao, no le diría a Cui Buqu las buenas noticias por nada.
Feng Xiao sonrió.
—Jaja. Maestro Taoísta Cui, realmente eres listo. Entonces, ¿has pensado sobre qué me darás a cambio?
Cui Buqu no vaciló y le dijo:
—Escuché que el Comandante Feng ha estado buscando una buena cítara por mucho tiempo. Puedo notar que cada cítara que has usado hasta ahora no es de tu agrado, de otra manera, la habrías traído en este viaje a Qiemo.
Había muy pocos luchadores en el jianghu que utilizaran una cítara como arma. Feng Xiao era uno de ellos, pero la cítara que él quería no solo era para tocar música, sino que también podría querer utilizarla para golpear a alguien en el momento justo. En su último encuentro, cuando Cui Buqu lo vio utilizando su cítara para golpear a sus enemigos, la energía que le infundió había sido tanta que esta se rompió de inmediato.
Las cítaras normales no serían capaces de soportar un trato de tal manera y solo las que estaban hechas con materiales especiales podrían utilizarse como armas.
De repente, Feng Xiao dijo:
—Incluso sin una cítara, todavía puedo hacer que mis enemigos se arrodillen.
—Conozco el paradero de Rao Liang —Cui Buqu dijo.
—¿Estás hablando sobre Rao Liang del Periodo de Primavera y Otoño?
—Es correcto.
Rao Liang era una cítara de las leyendas. De acuerdo con las historias del periodo de Primavera y Otoño, una vez, alguien se la obsequió al Rey Zhuang de Chu. El Rey entonces había sido fascinado por la canción que se tocó con esta y no apareció en la corte por los siete días subsecuentes. Solo después de la persuasión de la Reina, utilizó un Tie Ruyi para romperla en pedazos.
De ahí en adelante, Rao Liang se perdió para el mundo. Cuando las generaciones futuras hablaban de esta, solo podían imaginarse en sus mentes su hermosa melodía.
—En la posteridad de Rao Liang, ya no existe en este mundo —Feng Xiao dijo.
—Existe. La cítara tiene una gemela, una con el nombre de Yu Yin y la otra con el de Rao Liang. Después de que Hua Yuan presentó a Rao Liang como un regalo ante el Rey Zhuang de Chu, esta se perdió del mundo, pero Yu Yin permaneció y ha sido mantenida como un tesoro hasta este día. Sé dónde está. Si Rao Liang es capaz de seducir al Rey Zhuang con su melodía, definitivamente es destacable entre sus compañeras. Si un practicante de artes marciales pudiera tenerla en sus manos, sus habilidades se ampliarían. Por lo que sé, Rao Liang y Yu Yin fueron hechas con piedras celestiales de otro cielo. Incluso si quieres utilizarla para golpear a alguien, no es necesario preocuparse por que se destroce.
—¿Dónde está? —Feng Xiao preguntó.
—Trabajemos juntos.
Feng Xiao frunció sus labios.
—Hecho.
Cui Buqu hizo un ademán con su mano, refiriéndose a que Feng Xiao debía hablar primero.
—Antes de que Yu Heng muriera, ya nos había contado todo lo que sabía. Es bastante similar a lo que habíamos escuchado de Duan Qigu, no hay mucha diferencia. Solo conocía al Lord del Pabellón anterior y posterior a él y no sabía quiénes eran los demás. Feng Xiaolian es la número trece, Duan Qigu el número doce, Yu Heng el número once y el que está antes de Yu Heng está vacío.
Cui Buqu frunció sus cejas.
—¿Nadie?
Feng Xiao asintió su cabeza.
—De acuerdo con Yu Heng, los Trece Pabellones de Yunhai están reuniendo secretamente a todos los jóvenes talentos bajo los Cielos para obtenerlos en una organización y ordenarlos de acuerdo con la fuerza de sus habilidades. Duan Qigu estaba insatisfecho de que solo fuera el Maestro Doce, pero una vez que supo quién estaba clasificado en el número seis, abandonó inmediatamente su idea de intentar escalar en los pedestales más altos.
—¿Quién?
—Alejado en el Reino de Goguryeo, el líder de la Secta Fuyu, Gao Yun.
Era este Gao Yun el que había enviado a Su Xing y Qin Miaoyu a las Llanuras Centrales para que sirvieran como espías por las décadas venideras, pasándole mensajes codificados e investigando información interna, causando malestar en las Llanuras Centrales cuando fuera posible. De hecho, Su Xing una vez había dicho que el que los había contactado en las Llanuras Centrales, era un hombre llamado Maestro Uno.
Ahora, todas estas pistas se sumaban en conjunto.
—Incluso Gao Yun solo pudo clasificarse en el número seis, así que aquellos antes de él solo pueden ser aún más imbatibles —Cui Buqu dijo.
Feng Xiao mordió sus labios y asintió su cabeza.
—Ya que los Trece Pabellones de Yunhai son una organización tan secreta, ¿cómo se comunican y contactan entre ellos? —Cui Buqu volvió a preguntar.
—Tienen mensajeros entre sí, pero Yu Heng no conocía la identidad de los otros. Cada vez que un mensajero lo visitaba, todos sus géneros, rostros y voces eran diferentes a los pasados.
Cui Buqu frunció sus cejas.
—Eso no puede ser cierto. Los Trece Pabellones de Yunhai solo anhelan a los dragones y los fénix entre la gente. Aunque las artes marciales de Yu Heng no son malas, no podía haber supuesto una amenaza y no era lo suficientemente calculador ni astuto. ¿Cómo podía clasificarse antes de Duan Qigu?
—Porque dijo que solo era un pequeño delincuente de la ciudad Jiankang al principio —Feng Xiao dijo—. Una persona se interesó en él, por lo que le enseñó los medios de las artes marciales y reorganizaron sus manierismos. Incluso lo envió al Templo Rong Hua de la Dinastía Chen del Sur para convertirse en un monje. Paso a paso, se convirtió en el lord y, el hecho de que fuera reclutado en los Trece Pabellones de Yunhai, también era la intención de este hombre.
La atención de Cui Buqu fue atraída rápidamente mientras una persona venía a su mente.
—¿Yu Xiu?
Feng Xiao negó con su cabeza.
—No pude obtener la respuesta de eso, pero si realmente era Yu Xiu, este hombre en verdad es meticuloso y cauteloso, Yu Heng no descubriría quién era.
Este hombre, Yu Xiu, venía de unos antecedentes y orígenes desconocidos, pero tenía la profunda confianza del Príncipe Jin. Si realmente fuera una persona de los Trece Pabellones de Yunhai, podrían imaginarse cuantas tormentas y olas causaría en el futuro.
Cui Buqu permaneció en silencio, con sus cejas atándose en un nudo sobre sus ojos.
Por otro lado, Feng Xiao lucía absolutamente relajado y despreocupado, mientras se reclinaba con sus brazos cruzados tras su espalda y sacudía su pierna.
—A-Cui, ah, tengo una pregunta.
Cui Buqu no levantó su cabeza, estaba pensando profundamente.
—Habla.
—Tu cuerpo no está bien, pero todos los días rompes los límites y piensas demasiado. Cada día, cuando cepillas tu cabello, ¿no has notado que tu línea capilar está yéndose hacia atrás gradualmente?
El tren de pensamientos de Cui Buqu fue interrumpido por esto de inmediato. Sintió la impaciencia llenando su pecho y no pudo evitar decir:
—No. No lo noté. Después de todo, no soy el Comandante Feng egocéntrico y narcisista. Me temo que, si tú descubrieras que una hebra de cabello se cayó de tu cabeza, pasarías la mitad del día llorando por eso y después irías a buscar un árbol para enterrar ese pobre cabello debajo de la tierra, ¿no es cierto?
Feng Xiao sostuvo su estómago y se rio sonoramente:
—¡Eres tan lindo incluso cuando eres tan malo!
Cui Buqu lo observó fríamente.
Después de que Feng Xiao terminó de reírse, dijo:
—Entonces, ahora puedes decirme dónde está la cítara Yu Yin.
—An Ping, en la mansión Cui.
An Ping solía llamarse Bo Ling, así que no era necesario averiguar quién poseía una cítara legendaria tal como lo era Yu Yin.
Una vez que escuchó el nombre, las cejas de Feng Xiao se elevaron con preguntas.
—¿La Secta Boling Cui?
—Es correcto.
Feng Xiao era inteligente para empezar, así que azotó su abanico de inmediato, encadenando junta el resto de la información.
—Tú también eres un Cui. ¿Podrías ser una persona que pertenece a la Secta Boling Cui?
Cui Buqu sonrió llanamente.
—No tengo madre ni señorío, ni título o sobrenombre y definitivamente no tengo hermanos ni hermanas de una secta tan prominente. ¿Parezco como si tuviera alguno?
Feng Xiao asintió con su cabeza y estuvo de acuerdo.
—Tiene sentido. —Antes de que Cui Buqu pudiera decir algo, cambió el curso de la conversación de inmediato—: Desde mi perspectiva, gente como esa de Boling Cui no tendría la habilidad de criar a una persona tan talentosa y dotada como tú.
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Notas de traducción:
Tie Ruyi: (la cosa con la que el rey loco de Chu destrozó la cítara).