Te pedí que asustaras a Gao Yi, no a mí.
La noche era fría, la niebla gruesa y las gotas de la neblina permanecían mientras el muerto lloraba.
Al estar medio dormidas y medio soñando, todas las personas en este hotel podían escuchar prácticamente que esa voz venía desde lejos, montando sobre el viento gélido mientras se desviaba en la cercanía y flotaba dentro de las casas y las habitaciones, dentro de sus oídos, manteniéndolos despiertos y alejados de sus sueños.
Todo esto permanecía hasta que Feng Xiao comenzó a gritar. Sin mencionar a los humanos normales, aún si hubiesen sido fantasmas, hubieran sido asustados hasta un estado de mudez.
Cui Buqu no era un fantasma, de hecho, estaba hospedándose en el mismo lugar que Feng Xiao, así que también estaba siendo forzado a despertarse ampliamente.
Su salud no estaba en su mejor estado, así que su corazón naturalmente latía muy rápido una vez que se despertaba. Esta vez tampoco era una excepción.
Pero Feng Xiao incluso giró su cabeza y dijo inocentemente:
—¿Te despertaste? Lo siento, estaba gritando hacia afuera, puedes seguir durmiendo.
Él pensó que Cui Buqu le lanzaría su temperamento, pero después de un largo tiempo, el otro aún estaba sentado sobre la cama y mirando a la distancia de manera ausente. Su rostro estaba vacío y el sueño todavía estaba denso en sus ojos.
Feng Xiao pensó en su corazón: ¿podría ser que se entumeció del susto por el grito de hace un momento? Caminó y sostuvo la barbilla de Cui Buqu, girando la cabeza del otro para que lo mirara.
Él sabía que cada vez que Cui Buqu se levantaba de su cama, sería una vista familiar y recurrente. El tiempo que pasaría luciendo ausente dependería en si había tenido suficiente descanso o no. Los círculos oscuros bajo sus ojos eran la indicación de que no había descansado lo suficiente.
En ese momento, Cui Buqu estaba en su estado más débil y vulnerable, y también el que le era más fácil molestar a Feng Xiao.
El corazón juguetón de Feng Xiao estaba conmovido, así que tocó la cabeza del otro y dijo con una voz amable:
—Mi buen hijo, es tiempo de despertarse y ver un fantasma.
Finalmente, Cui Buqu se despertó y alejó su mano de un golpe, entonces suspiró.
—No vamos a ver un fantasma, vamos a convertirnos en uno.
Otras personas no podrían saber de lo que estaba hablando, pero Feng Xiao lo sabía. Sentía que esto era muy interesante.
—¿Podría ser que alguien pensó en un plan similar al de nosotros?
Cui Buqu no le respondió, sino que preguntó en su lugar:
—¿Recuerdas que cuando nos hospedamos en este hotel por primera vez, ese guía de turismo llamado Cheng Cheng dijo que cuando este hotel se proclamó embrujado, alguien encontró un cadáver en ese pozo una vez?
—Más tarde, también lo investigué —Feng Xiao dijo—. De acuerdo con lo que dicen, el pozo tenía algunos huesos marchitos. Se desconocía a quién le pertenecían o cuando habían llegado ahí. Tampoco se conocía si ya estaba muerto antes de lanzarlo dentro, o murió solo después de haber sido lanzado. Debido a que han sido años, nadie vino a verificarlos y fueron enterrados apresuradamente después de eso.
Cui Buqu frotó sus ojos gentilmente, como si quisiera frotar la fatiga.
—Incluso recordé que cuando Cheng Cheng mencionó el pozo vacío esa vez, su rostro estaba lleno de miedo e impresión.
—Y, sin embargo, cuando otros hablaban de eso, estaban llenos de curiosidad y miedo —Feng Xiao continuó.
—El pozo, Cheng Cheng, Li Fei, el tercero a cargo, Duan Qigu, ¿son las conexiones entre estas pocas personas? —Cui Buqu preguntó.
—Li Fei y el tercero a cargo son personas que pertenecían al grupo de Xing Mao, así que lógicamente no están relacionados con Duan Qigu.
—Pero el tercero a cargo y Yu Xiu tramaron en la oscuridad y complotaron para matar a Duan Qigu, esto definitivamente no está bajo el control de Xing Mao. Así que si otras personas tienen relaciones que desconocemos, no sería extraño.
Cui Buqu no solo era el único que había sido despertado con los gritos de Feng Xiao, otras pocas personas estaban quejándose también.
¿Quién era esa persona que no tenía sentido de la cortesía, convirtiendo esta noche en una bulliciosa y concurrida?
También había personas que eran valientes e intrépidas, tomando sus abrigos para ir al pozo a echar un vistazo. Y algunas que estaban sentándose al lado de la mesa, bebiendo el té que se había enfriado y luciendo completamente imperturbables.
Feng Xiao después le preguntó a Cui Buqu:
—Mira cómo estoy vestido ahora, ¿me veré aún más convincente que ese verdadero fantasma?
Mostró el disfraz que Qiao Xian le había puesto. Su cabello estaba desatado, las largas hebras se derramaban sobre sus hombros y en su cuerpo solo había una tela delgada, como si no pudiera sentir el frío en absoluto.
Bajo la luz de la vela, un rostro atractivo concedía una luz gentil, con una apariencia absolutamente perfecta.
Cui Buqu lo miró por algún tiempo más.
—Ponte otra capa de polvo blanco y entonces lucirás aún más convincente.
Feng Xiao se rio.
—Tienes razón. Entonces, déjame conseguir más polvo de Qiao Xian.
Después de que habló, se levantó y se dirigió hacia el exterior, una vez que alcanzó la puerta, fue como si hubiera pensado sobre algo y regresó.
—Cierto, cuando regresé en la noche, vi en cuál habitación se estaba hospedando Yu Xiu, pero ya no está ahí. Siento que lo más probable es que se fuera.
Las cejas de Cui Buqu se fruncieron.
Yu Xiu era como un fantasma, entrando y saliendo inesperadamente, sus rastros eran como un misterio.
Si este mundo tenía personas que eran astutas para que no permitieran que Cui Buqu viera a través de ellas, Yu Xiu era una.
Desde que el caso del Jade Tianchi había terminado, Yu Xiu no tenía la necesidad de permanecer en la Ciudad Liugong, así que lógicamente debía regresar a la capital y al lado del Príncipe Jin. Sin embargo, no lo hizo. En cambio, se giró hacia el Oeste e incluso instruyó al tercero a cargo para asesinar a Duan Qigu.
Sin embargo, Duan Qigu no sabía quién era Yu Xiu.
¿Qué relación compartían Yu Xiu y Duan Qigu?
¿Cuál era su objetivo?
El hecho de que se dijera que este hotel estaba embrujado, ¿tenía algo que ver con él?
Si no fuera obra de Yu Xiu, ¿quién estaba detrás de esto?
Una pequeña ciudad como Qiemo tenía escondidos tantos secretos y estos habían sido enterrados por tantos años, todos erupcionando a la vez.
Con la participación de Feng Xiao y la suya misma, sería aún más abarrotado que antes.
Cui Buqu pensaba mientras volteaba sus cobertores lentamente para abrirlos y se agachaba para ponerse sus zapatos.
Una repentina ráfaga de viento bramó, la ventana chilló y fue empujada abriéndose a la vez, las velas parpadearon y se apagaron, la luna fuera de la ventana le daba una expresión solemne y lamentable de la mitad de su rostro.
—Qu... Qu...
Cui Buqu:
—...
Él estaba inexpresivo en la superficie.
—Quiero que asustes a Gao Yi, no a mí.
• ✦ •
Había una botella de vino frente a Duan Qigu.
Inicialmente, era un cuatrero. Para ponerlo claro, inicialmente era un ladrón.
Los hombres del mundo pugilista disfrutaban decir que el odio y la amabilidad podrían resolverse simplemente zambulléndose en vino.
Pero Duan Qigu odiaba beber.
Sentía que el vino manipulaba la mente, al punto que incluso si una persona moría, ni siquiera serían conscientes de eso.
Cuando era joven, Duan Qigu había tenido algunos cómplices que perdieron su vida de esa manera.
De ahí en adelante, nunca había tocado el vino.
Pero desde hoy, se sentía cada vez más preocupado que antes, ya había alcanzado un punto en donde estaba zambulléndose en jarras tras jarras de vino para curar las mil preocupaciones que se arremolinaban en su cabeza.
Desde el momento en que no tenía nada, hasta ahora que tenía todo, había perdido mucho, pero también había ganado otro tanto. Tenía muchos amigos, pero también varios enemigos.
Había bastantes enemigos que amarían verlo muerto e, incluso si Duan Qigu nunca los tomara en serio, todavía les ofrecería una ligera risa burlona.
Porque aquellos enemigos no eran ni siquiera merecedores de una mención, de acuerdo con Duan Qigu.
Sin embargo, hoy era diferente.
Su querida concubina estaba sosteniendo una olla de Azúcar de Hielo y sopa de piña, y entró cuando vio a Duan Qigu sentado en la mesa luciendo preocupado y pensativo, como si tuviera algo que no pudiera soltar.
—Mi Señor... —arrastró sus palabras a propósito y las llevó con un poco de seducción.
Usualmente, cuando Duan Qigu escuchaba su voz, le daría una sonrisa y se pondría de pie.
Pero en ese momento, no la escuchó, ni tampoco se movió.
La concubina estaba un poco insatisfecha, así que se movió hacia adelante para bajar la olla de sopa.
Con una palmadita, la arcilla y la superficie de madera repiquetearon. No fue un sonido fuerte, pero Duan Qigu se agitó un poco, como si estuviera asustado por el sonido.
A una distancia cercana, mirando el rostro de su querida concubina, Duan Qigu se reclinó más atrás. La carne en su rostro apretándose.
Su concubina nunca lo había visto de esa manera, así que también fue tomada por sorpresa.
En el momento siguiente, solo sintió un dolor en su estómago. Algo destelló frente a sus ojos y fue Duan Qigu quien la había pateado con su pie antes de que saliera volando por la puerta.
La puerta se rompió y la concubina estaba gravemente herida mientras caía al suelo. Escupió una bocanada de sangre, el miedo aún no había dejado su rostro y simplemente se desmayó del dolor.
Todos los guardias en la puerta estaban rígidamente impactados y estaban preguntándose qué había sucedido en la habitación. Una vez que se apresuraron a entrar, Duan Qigu estaba sentado ahí perfectamente bien, solo que su rostro estaba de color verde y su pecho estaba subiendo y bajando, respirando frenéticamente.
—¿Maestro?
—¡Váyanse! No hay nada aquí —Duan Qigu agitó su mano—. Aléjenla.
Su esposa se apresuró hacia aquí y no pudo evitar asumir que la concubina había hecho algo para enfurecer a Duan Qigu.
Esta concubina, usualmente era muy querida. La otra nunca la había tomado en serio, así que la esposa de Duan Qigu la había detestado por mucho tiempo. Aunque en ese momento estaba un poco preocupada, su corazón también sentía una punzada de felicidad.
Duan Qigu no estaba interesado en los celos de las mujeres. Dijo algunas oraciones para alejar a su esposa y no pidió que su otra concubina lo atendiera. Simplemente se puso de pie y fue a los jardines para aligerar su estrés.
La noche era larga y las personas estaban calladas.
Pero el jardín seguía llenándose con linternas para iluminar el lugar entero.
Esto podría demostrar la riqueza de la familia Duan.
Después de que Duan Qigu caminara por algún tiempo, sintió que se tranquilizaba lentamente, pero su humor aún no estaba en un buen estado.
Justo ahora, cuando su concubina había levantado su cabeza, lo que vio fue enteramente otro rostro. Pero no se lo contó a nadie.
Quizás sencillamente estaba demasiado cansado.
Quizás estaba bastante afectado por la fiesta de esa mañana.
Una vez que Duan Qigu pensó sobre el tercero a cargo que había muerto y el Yan Xuexing mencionado por el Discípulo Qiyue, sus cejas se fruncieron lentamente.
—Duan... Qigu...
En ese momento, una voz llegó a sus oídos.
Como si la garganta de una mujer fuera sostenida y forzada a dejar salir su voz.
Como si estuviera muerta, pero se forzara a abrir sus ojos para mirarlo, con la sangre filtrándose desde la comisura de sus labios, manchando todos sus dientes y maldiciendo desde las profundidades del Infierno.
—¿¡Quién!? ¡Sal y mírame! ¡Ahórrate la pretensión de ser un fantasma! —Duan Qigu gritó furiosamente.
Tras él estaban dos sirvientes mirándose entre sí, mas estaban inseguros de qué hacer.
No habían escuchado nada en absoluto.