Entonces puedo empezar a llamarte como mi papá.
Algunos días pasaron en un abrir y cerrar de ojos.
Si Cui Buqu y Feng Xiao no eran familiares con los dos poderes que apoyaban a Qiemo antes, a partir del día de la fiesta de cumpleaños sería cuando verían completamente por sí mismos la influencia de Xing Mao en la ciudad.
Desde el día en que recibieron la invitación, la ciudad había comenzado a decorarse con linternas y decoraciones. En unos pocos días, la ciudad entera se llenó con grandes linternas y listones rojos. Aunque Qiemo no era enorme, estos gastos solo podían ofrecerse para una familia rica y adinerada.
No era suficiente describir a Xing Mao como un negocio exitoso porque como el descendiente del Rey de Shanshan, cuando el Reino de Shanshan fue aniquilado, el Rey tomó a cuatro mil sobrevivientes y huyó a Qiemo. También reubicó el tesoro nacional del Reino de Shanshan en este lugar y después de tres generaciones, el negocio de Xing Mao no solo se extendió a lo largo de Qiemo, sino que también a la Ciudad Liugong, incluso alcanzando el interior de la capital del Imperio Sui y la Dinastía del Sur, en donde algunas de sus ramas operaban.
Cuando una persona tenía dinero, naturalmente necesitarían una mano de obra aún más grande para cuidar su tesoro. Decían que desde que Xing Mao tenía cinco años, un artista marcial hábil había sido invitado para enseñarle a todos aquellos en su familia. Era una lástima que los talentos de Xing Mao solo eran promedio y solo era un artista marcial de tercer nivel hasta ahora, pero a su lado no faltaban guardaespaldas y cada uno lo seguía a donde fuera. Era una vista increíble.
Una vez que Feng Xiao y Cui Buqu llegaron a las puertas de la mansión Xing, esta ya estaba concurrida más allá de la imaginación. Los guardaespaldas de la mansión Xing se alineaban en las puertas en una fila recta, resguardando pesadamente la mansión Xing entera y convirtiéndola en una fortaleza casi impenetrable. El tercero a cargo, que habían visto la última vez, se paraba fuera de las puertas para recibir a los invitados, tras él también había dos guardaespaldas de pie.
Una vez que Cui Buqu vio esto, sonrió.
—Esta clase de escenario no es muy diferente al momento en que el Príncipe Heredero o el Príncipe Jin dejan la capital. Se espera de un rey de alguna tierra lejana. Aunque Xing Mao ya no tiene al Reino Shanshan, aún se comporta como un rey.
Feng Xiao tocó su mentón.
—De hecho, dijeron que sus subordinados lo llaman "Su Majestad" frente a él.
Por todo su alrededor, algunos carruajes se detuvieron y entre estos no había ninguno que no fuera hermoso o elegante. Eran los únicos invitados que venían de un hotel y que no llevaban un guardaespaldas consigo. Aquellos que venían a dar sus buenos deseos a la madre de Xing Mao por su día de nacimiento eran, en su mayoría, personas famosas y prestigiosas de la ciudad. Incluso se decía que las personas que Xing Mao conocía del jianghu también estaban entre ellos. En esta situación, tanto Cui Buqu como Feng Xiao se consideraban bastante antiestéticos para que incluso tuvieran que sostener el regalo que habían traído con sus propias manos.
El invitado de Xing Mao era el sobrino del Rey de Kucha, si Jin Lian venía junto a ellos, no sería apropiado que se enmascarara como una criada y no pudieron pensar en alguna identidad que fuera conveniente para ella. Así que, para evitar darle a Fo Er la oportunidad de asesinarla, Cui Buqu dejó atrás a Qiao Xian para protegerla. Pero debido a esto, solo con él mismo y Feng Xiao, lucían aún más pobres y desagradables comparados con el resto de los invitados, que tenían criadas por todo su alrededor.
Mientras ignoraban las miradas de todas las personas en su entorno, sus pieles gruesas surtieron efecto. Actuaron de manera muy natural mientras se formaban detrás de los demás sin ninguna vergüenza en absoluto, en cambio, estaban interesados en utilizar la oportunidad para observar al resto.
Todos traían regalos que eran grandes y pequeños, algunos incluso querían regalar algo que era obvio a la vista, cargando un árbol tan alto como un hombre adulto del que colgaba oro y plata. Esto atrajo jadeos impresionados y sorprendidos de diversión. Sin embargo, Cui Buqu solo tenía una caja que era tan grande como la longitud de su mano a su codo.
Quizás estos tres a cargo eran utilizados para ver los regalos gloriosos e invaluables. Una vez que vieron cómo lucía este regalo, como si hubiera sido comprado de un puesto pequeño y desconocido de las calles, parecieron aturdidos por un momento.
Una vez que vieron la invitación, supieron quién era este invitado. El Reino de Kucha producía metal, sus bases eran gruesas y llenas de riquezas, y no eran un país pequeño que fuera pobre. Pero los atuendos de Cui Buqu y Feng Xiao, aunque no lucían muy pobres, todavía estaban lejos de los lujos y la seda que el tercero a cargo había imaginado.
Supieron cómo esconder su sorpresa un poco, sin embargo, los sirvientes a su lado no lograron evitar sus miradas.
—¡Alto! —Cui Buqu dijo con disgusto—. ¿Quién te permitió solo tomarlo así?
El sirviente que tomó el regalo se dio la vuelta para mirarlo.
Cui Buqu habló orgullosamente:
—A-Feng, abre la caja y muéstrales qué regalo hemos traído.
Bajo los ojos de todos, era raro que Feng Xiao fuera obediente. Tomó la caja del sirviente y deshizo el listón exterior, sacando una daga corta muy ordinaria.
—Miren cuidadosamente —Feng Xiao dijo.
Él desenvainó la daga y toda la audiencia solo pudo ver el blanco destello de la daga, como si el hielo y la nieve la rodearan. Simplemente vieron que Feng Xiao elevaba su mano ligeramente y, con un barrido, convirtió las ropas del sirviente en polvo.
El sirviente ni siquiera había logrado responder aún. Solo fue una vez que escuchó los gritos de las mujeres, que su conciencia regresó. Su rostro rebosó de rojo con timidez mientras huía rápidamente.
Cui Buqu sonrió y dijo:
—El Maestro Xing ha visto suficientes perlas y oro. ¿Quién piensan que somos y cómo le daríamos solamente un regalo simple? Si lo hiciéramos, ¿cómo seríamos diferentes de esos granjeros, o gatos y perros callejeros?
Todos vieron el poder de la daga y murmuraron entre sí que la invitación del sobrino Kucha definitivamente no era un rumor y no se atrevieron a menospreciar a Cui Buqu y Feng Xiao.
El tercero a cargo volvió en sí, rápidamente recibiendo la daga con ambas manos y dándosela de forma cuidadosa a un sirviente a su lado, sonriendo.
—Me disculpo por mi rudeza y por retrasar a su Señoría, ruego por su misericordia y generosidad para no ser calculador con nosotros viendo que es el día del nacimiento de la madre de mi Maestro. He preparado un lugar para ambos, los guiaré ahí ahora. ¡Por favor, vengan!
Todos eran guiados por los sirvientes y solo Cui Buqu y Feng Xiao fueron especiales, siendo guiados por el mismo tercero a cargo.
No había necesidad de describir cuán espaciosa era la mansión Xing. Debido a que los invitados que venían hoy eran más que de costumbre, no podrían arreglar que todos estos se situaran en el mismo salón. No tenían más opción que separar la mansión Xing en un salón exterior y uno interior. Aquellos que se sentaban dentro no eran muchos y lucía más espacioso y menos concurrido porque todos los que se situaban ahí eran invitados importantes de Xing Mao. En el exterior, estaba mucho más concurrido comparado con los que se sentaban en el interior, su importancia era obviamente un poco menor.
Aunque Cui Buqu había sido guiado por el mismo tercero a cargo, aún no podrían entrar al salón interior. Solo podían permanecer en un lugar cercano al salón que se dirigía al salón interior.
Quizás este ya era un buen lugar, Cui Buqu lo sabía desde el inicio, sus asientos deberían estar bastante alejados en el fondo, pero solo debido a lo que acababan de hacer, hizo que el tercero a cargo los moviera hacia el frente.
Entonces, miró al salón interior. Además de los asientos de ambos anfitriones, había cuatro asientos a su izquierda y derecha, ocho invitados muy importantes en total y uno de ellos debía ser Duan Qigu.
Cui Buqu le dio una mirada de disgusto y preguntó:
—¿Por qué? Aún con mi identidad, ¿no puedo tener un asiento en el salón interior?
La sonrisa del tercero a cargo no titubeó, inclinó su espalda y dijo:
—Me disculpo, mi Señor, esos ocho asientos pertenecen a personas que mi Maestro ha conocido por años, no están preparados de acuerdo con el rango de una persona. Entre quienes están en el salón exterior, está el Líder de la Secta Qionghai, los discípulos de la Secta Guanzhong Wei y el Líder de Secta Xianling, ¡todos sus asientos están muy atrás comparados con los de ustedes dos!
Cui Buqu pretendió ser impaciente y agitó su mano.
—Bien, bien. La anciana está celebrando su cumpleaños sesenta, ¡así que debo frenarme de ser calculador contigo!
El tercero a cargo sonrió.
—¡Su Señoría realmente es generosa!
Aún necesitaba atender a otros invitados, así que se despidió de ellos inmediatamente. Feng Xiao sostuvo a Cui Buqu mientras lo guiaba a su asiento, luego tomó dos uvas de la mesa y las lanzó a su boca, antes de comenzar a observar sus alrededores.
Todos los invitados venían y se sentaban en sus asientos. Cuatro personas ya ocupaban los ocho asientos que estaban en el salón interior. Feng Xiao no reconocía ni siquiera a uno de ellos, así que escuchó a Cui Buqu que decía:
—En el salón interior hay una persona que, por la manera en que luce, podría ser Wei Huofang de la Secta Guanzhong Wei. En cuanto a los demás, tampoco los conozco, podrían no ser del jianghu.
—Xing Mao definitivamente arreglaría que el asiento de Duan Qigu esté justo bajo él mismo para implicar que es serio sobre tener una tregua —Feng Xiao dijo—. Ahora, todavía estamos un poco lejos de él, nada sería conveniente para nosotros aún si quisiéramos hacer algo.
—Cuando la fiesta comience, nos involucraremos. Pero hablando de eso, ¿dónde encontraste una daga tan afilada?
Feng Xiao había terminado un racimo de uvas y después usó un tenedor de plata para hurgar un pedazo de melón verde y ponerlo dentro de su boca. Sonrió al escuchar esto.
—Le infundí algo de mi fuerza interna a la hoja. Así que, si mencionar que una daga podría convertir el metal en arena, puede hacerse incluso si la utilizas para dividir montañas.
—Pero cuando sacaste la daga, ¿no tenía un destello blanco? —Cui Buqu preguntó con sospecha.
Feng Xiao se rio.
—Jaja. Esta daga fue colocada en la nieve de tres a cuatro meses, sumada con un poco de fuerza interna, ¿no tendría un brillo blanco? Compré esta cosa en mi último viaje, en un puesto del oeste de la ciudad. Con solo trescientas monedas, compramos un gran festín como este, ¡valió increíblemente la pena!
Después de un momento de silencio, Cui Buqu dijo:
—¿La Oficina Jiejian es tan pobre ahora que ni siquiera puede traer un regalo apropiado?
Feng Xiao echó humo.
—¿No necesitamos dinero para viajar unas mil millas hacia aquí para investigar un caso? Las afueras tienen tormentas de arena y vientos fuertes, ¿no necesito utilizar dinero para comprar flores y aceite para mi cabello? De otra manera, ¿cómo podría mantener la gracia y elegancia de mi rostro y mi cabello? Tu Qiao Xian es muy tramposa. Pedirle que me compre algo de aceite para cabello es como pedirle que arriesgue su vida por mí, así que, por supuesto que tengo que gastar mi propio dinero.
Cui Buqu:
—...
Si Feng Xiao pretendía actuar como una mujer, aún podría burlarse de él con sarcasmo, pero cuando el otro no estaba actuando de manera extraña, lucía realmente serio y determinado. Cuando Cui Buqu imaginaba un escenario en el que Feng Xiao estaba extendiendo sus rodillas en una forma de "L", sentándose en la habitación, afeitando su bigote con una mano y, con la otra, esparciendo aceite sobre su cabello, no pudo evitar sentir que su rostro estaba teniendo un calambre.
—No te atrevas a pensar que los hombres no necesitan importarse sobre su apariencia —Feng Xiao lo reprendió con un tono serio—. Como yo, que poseo tal belleza y elegancia sin igual, ¿no estaría traicionando la bendición de los Cielos sobre mí si no me preocupo por mi apariencia? Aunque tú no seas como yo, todavía te consideras agradable para la vista, pero tu cuerpo es débil y sucumbes a la enfermedad a menudo, esto significa que envejecerás más rápido que otros hombres naturalmente. Si aún te niegas a mantener tu apariencia, me temo que después de dos años...
Él se rio suavemente.
Cui Buqu sabía que no estaba pensando nada bueno, pero aún le preguntó con un tono profundo:
—¿Qué?
—Para entonces, realmente podré llamarte "papá".
Cui Buqu miró al plato de fruta frente a él por un momento. En realidad, temía que no pudiera soportarlo más tiempo y realmente estampara el rostro de Feng Xiao sobre el plato de fruta y lo frotara por todo este.
En ese momento, un sonido interrumpió su pensamiento peligroso.
—Soy Chen Ji, ¿puedo inquirir el nombre de esta doncella y del caballero?
Cui Buqu levantó su cabeza.
El joven hombre llamado Chen Ji estaba sentado junto a Feng Xiao. Sus palabras estaban dirigidas obviamente para Feng Xiao y Cui Buqu simplemente era una conveniencia para mencionar.
—Ji, ¿cuál carácter "Ji"? —Feng Xiao había perdido la sonrisa traviesa que tenía cuando estaba peleando con Cui Buqu hacía un momento. En cambio, sonrió con apariencia tímida, echándole un vistazo sin entusiasmo a Chen Ji. Los párpados de Feng Xiao revolotearon, como si acabara de darle un guiño.
Esta expresión era inútil hacia Cui Buqu, pero hacia los hombres que no conocían su verdadera identidad, era bastante efectiva.
Como mínimo, Chen Ji estaba obviamente interesado. Su mirada sobre Feng Xiao se volvió más apasionada.
—El "Ji" que significa "después de la lluvia, cuando el cielo se aclara una vez más".
Chen Ji.
Cui Buqu grabó este nombre en su memoria y, muy rápido, encontró en su mar de memorias quién era esta persona.
El hijo del Líder de la Secta Xianlin de Guanzhong.
La Secta Xianlin no era una secta única como la Secta Tiantai, pero era bastante popular en el jianghu. Las artes marciales de Chen Ji solo eran promedio y era un hombre de espíritu libre similar a Lin Wei de la Secta Yandang. Quizás había sido mimado y malcriado desde que era joven y nunca experimentó ninguna forma de esfuerzo.
Aunque sus artes marciales no eran destacables, aún tenía un padre que era líder de secta, así que la mansión Xing le concedió un asiento justo al lado de Cui Buqu y Feng Xiao.
Miraron a las personas del salón interior, parecía que el anfitrión y todos los invitados habían llegado.
Duan Qigu y Gao Yi, sentados a la derecha e izquierda de Xing Mao y, al lado de este, también había una mujer anciana. Supusieron que ella era a quien se dirigía esta fiesta de cumpleaños.
Cui Buqu aún estaba pensando en las maneras de acercarse a Duan Qigu y, ahora que Chen Ji estaba aquí, un plan brilló en su cabeza.
Fue como si Feng Xiao supiera lo que estaba pensando, sonrió y le dio un guiño. Entonces, empujó el plato de frutas en la mesa hacia la dirección de Cui Buqu.
Cui Buqu sintió la excitación e impaciencia del otro hombre por ver un espectáculo interesante desarrollándose frente a sus ojos, así que no pudo evitar rodar sus ojos en su corazón, antes de girar el plato de frutas en el aire de inmediato.
¡Tras, tras, tras!
No solo el plato se rompió en mil pedazos, sino que las frutas también cayeron por todo el suelo.
No fue difícil que esta escena reuniera la atención de todos los invitados. El salón entero se hundió en silencio, incluso Xing Mao y su gente miró en la dirección de Cui Buqu.
• ────── ✾ ────── •
Notas de Ada:
Olvídate de la apariencia, Feng-er, ¡tú harás que Ququ tenga canas verdes!