Capítulo 5

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Asesino


El otoño es mi segunda época favorita del año, se siente la suave brisa fría que indica que el invierno se encuentra cerca, como también lo indican las lluvias y las hojas caídas de los árboles, que pena es desperdiciar una noche tan perfecta en ir a una estúpida fiesta, pero debo mantener un bajo perfil.

Camino por el pasillo de mi casa, soy el único que queda en ella, llegué al minibar de la cocina para tomar un vaso y me servirme un poco de whisky, esta noche va a ser larga y lo necesito, bebo del líquido seco que quema mi garganta al pasar. Ayer estuve todo el día encerrado y hoy apenas salí, me gustaría disfrutar esta noche con buen sexo y unos cuantos tragos, pero una parte de mí me está gritando por sangre pide que seda a derramar al menos un poco de ese líquido rojo carmesí.

Dejé el vaso vacío en la barra del minibar, tomé las llaves del auto y me dirijo al lugar donde debo presentarme, las calles no estaban tan pobladas desde que los homicidios fueron anunciados como hechos de un asesino en serie, cada noche se sumaban más cuerpos al caso, ahora las calles se despejan por las noches y las personas se encierran en sus casas, muchos lugares de diversión nocturna dejaron de laboral por el terror ocasionado por una persona insensata.

Supongo que fue mala idea solo matar de noche, debo hacer tandas diurnas para mostrar mi poder, antes de debería de analizarlo.

No tarde en llegar al lugar donde se realizaría la fiesta, después de un inconveniente en la entrada pude integrarme a la fiesta, todo estaba de blanco y dorado, música de fondo y meseros sirviendo bebidas, la noche empezó bastante tranquila para mi gusto, muchas personas se presentaban y creaban conversaciones rápidas que no duraban más de 10 minutos. En toda la velada me llamó la atención una chica de pelo negro y ojos cafés, es raro que me llamé la atención pues no es de mi tipo, después de un largo rato conviviendo me despedí con una estúpida excusa.

El plan es que las cámaras capten el momento justo cuando entro y salgo de la fiesta, produciendo una buena cuartada para el homicidio, debo cambiar mi ropa y regresar a dejar un relajo a las personas que se encuentran aquí, esta noche no sería la excepción de mis travesuras, a una cuadra dejé estacionado mi auto dentro de él me haré el cambio de ropa, cuando estuve cambiado me dirigí a la casa una vez más, entre por detrás y evité algunas de las cámaras de seguridad, la planta baja se encuentra repleta de personas, subí a la segunda planta y ésta estaba desolada, pero una rubia salió de uno de los baños, se notaba lo ebria que estaba.

—Hola, preciosa –le digo con voz ronca.

Ella se sujetaba de la pared, me observó y rio, "¿qué acaso tengo la cara pintada?", me acerqué y la sujeté para ayudarla.

—¿Te conozco? –suelta mirando con minuciosidad mi rostro.

—No lo creo, apenas llegué a la ciudad esta semana –le digo y ella sigue riendo, algo que me irritó –¿qué, tengo algo en la cara? –las palabras me salen con enojo.

—Para nada, solo llevas belleza –dice colocando su dedo índice en mi nariz –beauté d'un dieu grec –palabras como francesas.

"Belleza de un dios griego" -traducción.

—¿Cuál es tu nombre, linda?

—Allegra Simon –me responde y sonríe.

—Allegra –digo para mí –bien Allegra, ¿no te gustaría ir a una habitación para que descanses?, porque creo que esta no es tu noche de buena suerte.

—No, mis amigas me esperan, les pedí más vino -me dice separándose de mí –que atuendo tan desalineado traes –me miró de arriba hacia abajo.

—Tranquila, te acostaré para que mejores los tragos y me dices cómo son tus amigas para avisarles que estás aquí y vengan a cuidarte –insisto.

Después de suplicarle como un idiota hasta que accedió, es una chica agradable realmente creo que sería la única que me arrepentiré de matar, pero mi lado salvaje pide derramar sangre y lo peor es que es mi parte más desesperada, la ayudé a entrar a la habitación, ella traía un vestido blanco y cabello recogido, se ve de alta clase, quizás inalcanzable.

—¿Conoces el juego operando?, me encanta jugarlo, ¿jugamos? –le digo mientras me daba la espalda.

Ella da la vuelta mirándome confundida, lástima que ya tenía el bisturí en las manos, me acerque a ella y con mucha fuerza lo pase por su cuello, cayó al suelo retorciéndose del dolor, sus intentos de hablar y gritar son miserables, una sonrisa quizás siniestra apareció en mi rostro, cuánto disfruto degollar a mis víctimas, me acerqué a su cuerpo en el piso, su cara está libre de imperfecciones, "maldición es de mi tipo, una chica perfecta", tomé sus manos y corte cada uno desde el ante brazo hasta la muñeca (es mi típica marca de homicida), después rasgue su vestido justo en la parte del abdomen para rasgarlo y hacer que resalten sus hermosos intestinos.

—Disculpa por no explicarte, tú eres el tablero y yo el jugador –quizás suene infantil, pero para mí es gracioso.

Cuando terminé con ella busqué entre sus manos algo que ya había visto antes de entrar a la habitación, le quite un anillo de un hermoso zafiro, nunca hago este tipo de cosas, o sea llevarme algo de mis víctimas, pero esta es especial y ese anillo será un gran recuerdo de ella para mí, estoy cubierto de sangre, salí de la habitación cerrando la puerta asegurándome de que nadie estuviera por ahí, para salir sería algo más difícil, busqué una ventana y salí por ella tratando de no hacer ningún ruido, lo más complicado fue el reto de estar en la segunda planta, debo saltar y tratar de no romperme ningún hueso.

Cuando estuve abajo totalmente intacto caminé a buen ritmo hasta mi auto, entré a él y arranque a toda velocidad, ¿cómo rayos es que la policía no ha dado conmigo?, es fácil, siempre estoy un paso delante de ellos, no dejar evidencia en las escenas es sencillo, yo mundialmente no existo, en ninguna base de datos hay algo mío, cuando tuve oportunidad simplemente me eliminé como si nunca hubiera existido.

Llegué a mi casa y subí directo a mi habitación, me introduje a mi habitación y revise la computadora que se encuentra sobre la cama, revise todo y todo rastro de mí con la rubia está eliminada, nunca regrese a ese lugar, tomé el anillo una vez más en mis manos, tan hermosa eras y tuviste que morir para complacerme, quizás después de todo sí iré al infierno, tanto que me lo seguía cuestionando.

Un Crimen Perfecto (libro 1)Where stories live. Discover now