Capítulo 11

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Sara


Acomode mi cabello detrás de mis orejas y me di un último vistazo en el espejo, ya estoy lista para ir al bufete, hace 5 minutos Robert vino a avisarme que debo bajar a desayunar, en Berlín hace un frío para morirse, así que aparte del blazer de mi traje me agarré una gabardina blanca para que armonice con mi atuendo, salí de la habitación hasta el comedor, ahí está Athan desayunado, este se quedó mirándome como si estuviera supervisándome.

—Buenos días –le digo sentándome y tomando mi desayuno de inmediata.

—Buenos días –me responde bebiendo de su café –¿sabes que hace frío, cierto?

—Claro, igual que dos más dos son cuatro –comí un poco de fruta, riendo.

—Te vas a congelar.

—Amo el frío.

No volvió a decir nada, en verdad lo entiendo, mi atuendo consiste en un traje femenino color beige, con una camisa de tirantes de seda color blanca, mis pies van acompañados por un par de tacones de aguja delicados color beige. Desayunamos en silencio, después de terminar ambos salimos directo al bufete, en verdad estoy nerviosa, nunca me he encargado de alguno y el conocimiento que tengo sobre lo que debo hacer es poco a comparación a lo que hacen mis padres.

En el camino tampoco hablamos, supongo que ninguno animaría alguna conversación esta mañana, llegamos a un edificio moderno, entramos a recepción y la recepcionista sonrió al ver a Athan, nos acercamos a ella e inmediatamente habló.

—¿Cuánto tiempo tenías sin venir? –al parecer el niño no es de negocios.

—Hola, Emma –"¿acaso todos en Alemania tienen nombres bonitos?"

—¿Quién es tu acompañante? –pregunta Emma tecleando en la computadora.

—Sara, Sara Cole –la recepcionista dejó de teclear y levantó su mirada hacia mí.

—Es un placer señorita, se nos avisó sobre su llegada, su oficina está lista en el tercer piso.

—Gracias –digo algo confundida.

Athan se despidió y me condujo hasta el elevador, la estética del edificio hasta ahora me tiene impresionada, amo que las cosas se vean modernas y a la vanguardia, "suenas a fresa, ya cállate", mi subconsciente siempre debe de aparecer. Llegamos al tercer piso, al percatarme de él fruncí el ceño, "¿qué diablos es esto? ¿un spa?", concuerdo con mi subconsciente en esto, me llamó la atención que sea tan diferente a las oficinas en Mánchester, había mucho tono lila en las paredes, tanto que opacaba el blanco, la calefacción es perfecta para un sauna y en el aire podía oler esencia a vainilla, mire a Athan en busca de una explicación.

—Este piso completo era de mi madre, tiene su esencia, lo que le gusta –me dice al comprender mi rostro.

—Sin ofender a tu madre, odio lo que veo y lo que huelo –le digo poniendo mala cara.

—Descuida, aunque tendrás que pelear para cambiar cualquier cosa, todos los que están aquí lo aman.

Cuando le iba a responder una señora apareció, parecía alegre, castaña, ojos verdes, no más de 1,57 y piel blanca.

—El señor Athan Fischer –dice abrazándolo

—Tía Margaret –mi cara empeoró –tía ella es Sara, estará un tiempo con nosotros.

—Hola –iba directo a abrazarme y se lo impedí dándole mi mano.

—Margaret, un gusto –le digo seguido de quitarle mi mano.

Un Crimen Perfecto (libro 1)Where stories live. Discover now