Capítulo 19

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Sara


Llevo rato sola en mi habitación, mis padres no quieren que Ares suba y no me dirigen la palabra, pues están decepcionados por lo que sucedió, desde que los chicos se fueron me levante de la cama y me arregle, Esmeralda trajo mi desayuno el cual sigue intacto sobre mi mesa de estudio, estar en mi habitación estaba matándome por primera vez.

La puerta se abrió dándole paso a Athan, no lo habita visto desde que me arrestaron, él se veía cansado con su cabello revuelto y unas ojeras muy pronunciadas, yo diría que se ve perfecto aún cansado, me miro en busca de aprobación para entrar a mi habitación y yo le hice una seña para que lo hiciera.

—¿Cómplice de la persona que asesino a tus amigos? –su pregunta salió y me sorprendió –no lo creo, eres de todo menos eso –dice sentándose a mi lado en la cama.

—Cometí un error tratando de buscar esa cabra y heme aquí –le digo señalando mi habitación –tú te ves cansado, ¿qué has hecho? –le pregunto curiosa.

—Hice todo un turno, me tocó una hora de descanso, tengo que volver cuando termine –me explica.

—La estás desperdiciando, viniendo aquí –le digo en reproche.

—Claro que no –se defiende y me dio gracia la cara que puso –por cierto, estoy al tanto de tu situación, ¿quieres un consejo? –me miró directamente a los ojos esperando una respuesta a su pregunta, yo asentí –una vez Albert Einstein dijo: "tienes que aprender las reglas del juego y después jugar mejor que nadie", creo que eso te ayudará, acóplate y busca ser la mejor –sus palabras se plasmaron en mi mente como una canción.

—Ser la mejor cuando ni mis padres creen en mí –digo un poquito más para mí.

—Pues habla con ellos y convéncelos –no le dije nada con respecto a eso –¿no comerás? –me pregunta al percatarse de la bandeja de comida.

—No tengo apetito en este momento –le digo mirando el piso.

Su consejo es bueno y pienso utilizarlo, él se quedó en silencio un rato al igual que yo, mi cabeza generaba un sin fin de cosas que en algún momento tendrán sentido y podré utilizarlas, sentí uno de sus brazos rodear mi cintura y reaccioné.

—¿Qué haces? –le digo alejando su mano.

—Quizás podamos divertirnos un rato, y así no tengas tan mal ánimo –sonreí de lado empujándolo, haciendo que cayera acostado en la cama.

—Escúchame cavernícola, ¿tuvimos sexo en Berlín?, sí y me lo disfruté como no tienes idea, pero ahí quedó todo, nunca me quedo con el mismo juguete –su expresión cambio radicalmente, parecía enojado –agradezco tu visita y el increíble consejo, ahora lárgate a trabajar –le digo permitiéndole levantarse.

—Sara, mi terca –ese apodo hirvió mi sangre –estás jugando con fuego y créeme que eso no te gustará –dice tomando mi barbilla en su mano.

—Creo que te equivocas y el que está jugando eres tú –le digo apartando su mano.

Él soltó una carcajada mientras se marchaba no dijo nada cuando desapareció de la habitación, creo que herí quizás un poco su ego masculino, minutos después llegaron nuevamente Klaus y Mauro con archivos policiales, según me dijeron fue difícil entrarlos a la casa por los policías, les dije que vayan sacándolos mientras les buscaba algo de comer.

Llegué a la cocina en la cual estaban mis padres y Esmeralda, dejé la bandeja con el desayuno intacto, mis padres detuvieron su tema de conversación al ver que había entrado, eso me irritó, antes de hablar vi que Esmeralda iba a protestar por no haber comido nada.

Un Crimen Perfecto (libro 1)On viuen les histories. Descobreix ara