Capítulo 22

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Sara


Camino por los pasillos de la facultad, ya salí de las clases del día de hoy, junto a mí iban Klaus y Adeline, nos encontraríamos en el estacionamiento con Mauro y Nadia. Ayer después de lo que sucedió, Athan con el orgullo por el suelo me ayudó a aprender lo que no sabía del francés y a terminar mis tareas de historia, no pasó nada más que eso.

Klaus dijo que obtuvo toda la información sobre el homicidio de ayer, nos juntaremos porque cada vez se restan días y tiempo para salvar nuestras vidas de ese maniaco o mejor dicho maniacos. Salimos a los estacionamientos y encontramos a los dos restantes recargados en el auto de Mauro, nos acercamos y Klaus fue directo a su auto por los papeles que quería mostrarnos.

Estos últimos días él también se ha esforzado en investigar a Giles, yo también lo ayudé porque sí él tenía una corazonada debíamos seguirla no iba a dejarlo solo, aunque fuera a mi hermano quien investigábamos. Klaus regresó con nosotros bastante rápido, a nuestro alrededor no había tantas personas, pero aun así el saco las hojas sin identificación de confidencialidad.

-Después de investigarlo, Giles Cole queda fuera de la lista de sospechosos, todas sus coartadas para los homicidios son contundentes -dice apretando sus labios al terminar de decirlo, aún no se le quita la idea de que él tiene algo que ver y no encontrar nada le da un sabor amargo en la boca.

—Es decir que estamos en cero otra vez –dice Nadia poniendo mala cara y Klaus asiente.

—¿Te ha escrito la cabra? –pregunta Adeline dirigiéndose a mí.

—Ayer, me informó que se divertiría no le preste mucha atención –les digo.

—Debes prestarle atención e importancia a todo lo que te escribe, se supone que debemos detenerlo cuando quiere hacer ese tipo de cosas –dice Mauro algo enojado y yo asiento dándole la razón, no pienso pelear cuando está en lo correcto.

Klaus repartió las hojas, el homicidio de ayer no tenía nada de diferente que los demás, mas que ocurrió en un lugar lleno de personas y a la luz del día, lo cual tiempo atrás no había pasado, está mejorando, está buscando la manera de doblegarnos a la idea de que no podremos atraparlo.

—Esto es una situación jodida –dice Nadia mirando la hoja que tiene en las manos, mi teléfono sonó y lo tomé, un nuevo mensaje.

Desconocido
¿Hoy quieres jugar?, creo que tus amigos y tú ya están listos para empezar a buscar, al juego le llamaremos "las escondidas", ¿empezamos?

Miro el mensaje y después empiezo a ver por todos lados, ¿cómo mierda sabe que estamos juntos?, le paso el teléfono a Klaus y él actúa igual que yo, los demás también lo leen, me miran como esperando que teclee alguna respuesta, miro a Klaus en busca de alguna aprobación y el asiente.

Yo
Adelante, supongo que tú te escondes y nosotros te buscamos.

Le doy a enviar y los chicos leen la respuesta, me siento en un chisme social de algún chico atraído por mí, pero en este caso es un maniaco con falta de atención enviando mensajes que juegan con los sentimientos de viveza de nosotros, la respuesta no se dio a esperar.

Desconocido
Las primeras 10 rondas me buscarán a mí, cuando llegue la décima primera seré yo quien los busqué para matarlos.

Yo
¿Quieres decir que en el tiempo que queda jugaremos esto?

Desconocido
Eres inteligente, sabes que sí. Cada fin de semana lo jugaremos hasta que llegue el momento para matarlos.

Ese mensaje me hizo sentir tristeza, para empezar, yo metí a los demás en esto, no creo que sea justo que sí no lo logramos atrapar ellos mueran, sé quién es uno de los dos, aun así, no creo ser capaz de descubrir quién es la otra persona, no quiero hacer nada sin antes saber quiénes son los responsables y con evidencias contundentes.

Un Crimen Perfecto (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora