Emily Brown creía que tenía todo bajo control en su vida, hasta que llegó el momento de irse a la universidad.
Era una buena estudiante, buena hija, buena hermana y buena amiga, cumplía cada meta que se proponía y era feliz con su novio Nathan, inc...
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Emily.
Hoy era un nuevo día en la universidad.
Hice todo el proceso de ducharme, acomodar todo en mi habitación y opté por un vestido blanco con diminutas flores celestes en él, complementado el atuendo con unas lindas vans blancas, las mismas que había utilizado ayer. Me apliqué el maquillaje necesario como para que en mi rostro no se reflejara el cansancio por haber dormido muchas menos horas de lo habitual y sonreí con solo recordar el momento vivido.
La noche junto a Noah y Lysa había sido increíble, luego de la presentación de mi mejor amiga y la aceptación por parte de la producción del bar nos quedamos celebrando hasta las dos de la madrugada, hora en la que el bar cierra sus puertas. Habíamos reído y charlado tanto la noche anterior que a pesar de haber logrado obtener solo seis horas de sueño una sonrisa permanente se encontraba en mi rostro.
¿Iremos a desayunar hoy? –Preguntó Lysa en el borde de mi puerta con su pijama aún puesto y un rostro que expresaba todo el sueño que aún tenía. -
Claro, podemos ir a Taty's. –Dije con emoción y apliqué una última capa de rímel en mis pestañas, para luego tomar mi móvil e ir a la sala de estar para esperar por Lysa. -
Bien, muero por comer algo delicioso esta mañana. –Respondió mi mejor amiga y escuché como sus pasos se dirigían al baño para darse una relajante ducha y prepararse para salir a desayunar. -
Observé como mi laptop se encontraba en la mesa de centro de la sala e inmediatamente la guardé en el bolso que aún se encontraba allí, ya que Taty's se encontraba lo bastante cerca como para ir caminando luego a la universidad y no tener la necesidad de utilizar mi coche hoy, así podía ejercitar mi cuerpo. Me senté en el cómodo sofá de la sala de estar, encendí la televisión para ver un poco de televisión y me sorprendí al ver la imagen de mis padres en ella.
Los famosos abogados Brown tomarían el caso de la pequeña Luisa, una noticia que estaba revolucionado al país en estos días, ya que se sospechaba que había sido asesinada por su padrastro y había estado desaparecida durante tres meses, hasta que hace una semana encontraron su cuerpo en un desierto bosque.
Rápidamente busqué en mi móvil el contacto de mi hermano y pulsé para comenzar la llamada, esperando que él no tardara en contestar.
¿Emmy? –Preguntó él con su voz un poco más ronca de lo normal y supe de inmediato que lo había despertado. -
Hola, hermanito. –Respondí, apoyando mis pies en la mesa de centro para encontrar un poco de comodidad. - ¿cómo estás? Lamento no haberte llamado ayer, estuve en el bar en donde cantará Lysa. –Confesé, observando aún la televisión. -
Lo sé, algo mencionaste en el mensaje. –Dijo Jacob y escuché un bostezo escapando de su boca. - estoy en perfectas condiciones, aunque estaría mucho mejor si mi hermana me dejara dormir hasta pasadas las ocho de la mañana. –Bufó y solté una suave risa. - ¿Cómo estás tú, como fue el primer día?
