Emily Brown creía que tenía todo bajo control en su vida, hasta que llegó el momento de irse a la universidad.
Era una buena estudiante, buena hija, buena hermana y buena amiga, cumplía cada meta que se proponía y era feliz con su novio Nathan, inc...
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Emily.
Una semana había pasado desde la sorpresiva solicitud de mi maestro a la conocida red social que utilizábamos todos los adolescentes para enviarnos fotografías y mantener conversaciones, sin embargo, no volvió a repetirse el tener una notificación de él, lo cual me decepcionó y no podía negarlo.
Hoy comenzaban mis clases de manera normal, se habían acabado las regalías de la primera semana en donde nos permitían salir unas horas antes de la finalización de la clase, hoy comenzaba la realidad de la vida universitaria y me mantenía un poco emocionada al respecto.
Respiré hondo en el momento en que llegué a la facultad luego de mi larga caminata desde el edificio, había decidido que era el momento de ejercitar mi cuerpo, no podía continuar comiendo como loca todas las delicias de Taty's, comer pizza casi cada noche y no ejercitarme de ninguna manera, no era algo normal en mí, era momento de realizar un cambio en mi vida y volver a mi cotidianidad con el deporte como era durante mi adolescencia, por lo que mantendría mi coche bien guardado durante la semana, así aseguraba una caminata de ida y vuelta al apartamento que descontaría algunas de mis calorías bien consumidas en los restaurantes que estaba descubriendo.
Di un paso cerca del auditorio y levanté la mirada de mi móvil luego de desconectar los auriculares, justo en el momento en que Nathan se recargaba contra la pared fuera del auditorio con una chica desconocida a su lado, de tez morena y bastante guapa, quien además tenía un café entre sus manos y una gran sonrisa en sus labios, como si la conversación que mantenían fuera lo más divertido del planeta.
¿Nathan, cariño? –Pregunté con una falsa sonrisa en mis labios, deslizando el móvil en mi bolsillo trasero para luego caminar hasta el lado de mi novio. - pensé que esperabas por mí en el auditorio.
¿Cariño? –Preguntó la chica desconocida frente a mí con una ceja alzada, completamente confundida por mi repentino acercamiento. - lo siento, ¿te conozco? –Musitó, observando mi rostro detenidamente. -
Emily Brown. –Dije con una sonrisa de medio lado. - novia de Nathan. –Confesé y ella abrió sus ojos un poco más de lo normal, de manera sorprendida. -
¿Novia? –Preguntó y dirigió sus ojos hacia Nathan, quien se encontraba nerviosamente de pie a mi lado. - no sabía que tenía novia, no lo mencionó en ningún momento.
Qué raro. –Respondí con una fingida mueca de sorpresa y acomodé mi bolso sobre mi hombro. - porque siempre le gusta alardear sobre Emily Brown siendo su novia. –Dije, dando un paso lejos de ellos para irme de allí y abriendo la puerta del auditorio a los pocos segundos. -
Busqué con la mirada de Adeline y caminé rápidamente hacia ella en el momento en que la distinguí entre todas las cabezas, ella miró en mi dirección y besé su mejilla a modo de saludo, sintiendo como mi corazón se mantenía bastante agitado aún por el repentino encuentro fuera del aula.
