Emily Brown creía que tenía todo bajo control en su vida, hasta que llegó el momento de irse a la universidad.
Era una buena estudiante, buena hija, buena hermana y buena amiga, cumplía cada meta que se proponía y era feliz con su novio Nathan, inc...
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Emily, dos años más tarde.
Observé todo a mí alrededor y una gran sonrisa se apoderó de mi rostro, no podía creer que luego de dos años había logrado estar aquí nuevamente.
Estacioné mi coche, el cual había sido mi primer regalo luego de haber cumplido dieciocho años hace tan solo una semana y saqué las llaves de mi Jeep, encantada por el sonido que éste producía al conducir. Me recliné contra mi asiento y mis ojos nuevamente se dirigieron al enorme edificio de cristales frente a mí, el cual tenía a un señor en las puertas que se encargaba de la seguridad del lugar, vigilando quien ingresaba al recinto y quién no.
Nuevamente me encontraba en Cambridge, Massachusetts.
A solo dos días de ingresar a la universidad de mis sueños, estudiando la carrera de mis sueños. Me encontraba viajando en mis pensamientos, imaginando como sucedería todo durante este magnífico año hasta que escuché como alguien tocaba la ventanilla de mi coche y rápidamente volteé mi cabeza, encontrándome con el rostro de Nathan.
Mi novio hace un año.
Sonreí levemente en su dirección y abrí la puerta del coche, observando como él la sostenía para mí, rápidamente bajé y sentí como una de sus manos se posaba en mi cintura mientras la otra cerraba la puerta de mi Jeep, por lo que posé mis manos en sus antebrazos.
Es grandioso. –Susurró Nathan en mi oído y asentí brevemente, mirando una vez más el enorme y precioso edificio frente a nosotros. - tus padres se han pasado con este nuevo regalo.
Lo han hecho. –Dije mordiendo mi labio inferior durante algunos segundos, luego negué con mi cabeza para alejar cualquier pensamiento y busqué las llaves de mi nuevo apartamento dentro del pequeño bolso que se encontraba colgando de mi hombro. - es similar al de Jacob, me gusta eso.
¿Qué ha sucedido con ese apartamento? –Preguntó mi novio con una ceja alzada y caminó hacia el maletero de mi coche para sacar de allí mis maletas. -
Es de él. –Respondí con un encogimiento de hombros. - lo mantiene vacío para cuando deba volver por algún caso o simplemente venir de visita, a descansar. –Murmuré, caminando hacia el maletero para ayudar a Nathan con las maletas y bolsos para mi estadía de cuatro meses aquí. -
Será genial que tengas un lugar en donde poder estar tranquila. –Susurró codeando mi brazo suavemente, solté una carcajada y bajé la última maleta, para luego cerrar el maletero y bloquear las puertas de mi coche. -
Lo sé, será genial. –Respondí emocionada y comencé a caminar hacia la puerta principal del edificio. - además podrás venir siempre que quieras, recuerda eso. –Aseguré con una gran sonrisa hacia mi novio. -
Siempre que no este Lysa. –Bufó Nathan con un encogimiento de hombros y una molesta mueca en sus labios, lo que me hizo sentir un poco incomoda, sin embargo, simplemente ignoré su gesto y solté un suspiro. -
