46 | El hombre de ojos grises.

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Un baile.

Echo un vistazo a Alex, puedo bailar con este tipo. He estado bailando con otros hombres antes. No será un gran problema.

Tomo la mano que me ofrece este extraño chico. La palabra hombre le queda algo grande y es demasiado joven para ser uno. Debe llevarme unos tres años como mucho.

Con cuidado, me arrastra hasta la zona de baile en el centro del salón. La música es tranquila, un vals suave que no tiene nada en especial. El chico alza una de sus manos y la entrelazo mientras sostiene mi cintura con su otra mano, me dedico a apoyar la mía sobre su antebrazo, cerca de su hombro.

— ¿Porqué cambiaste tus planes? Creí que ibas a empezar después de tu cumpleaños, cuando tuvieras acceso libre y directo a los sistemas de Debraux.

Debraux es el nombre que tiene el conjunto de todas las empresas de mi padre. Existen diferentes ramas dentro del grupo Debraux, pero al final acaban llamándoles la rama textil de Debraux o el conjunto de nuevas tecnologías Debraux, al final del día, el nombre Debraux es lo más importante.

— Surgieron algunos asuntos, no lo cambié, tampoco — murmuro.

Cualesquiera que fueran los planes, no parece estar refiriéndose a Alex, hay algo más. Y eso es lo que más me molesta, siempre hay algo más.

— Todo son preguntas que respondes con palabras para nada claras. No significan sí, pero tampoco significan no — se queja.

Suspiro.

Él me hace dar una vuelta. Mi vestido se eleva con la fuerza de mi giro y lo único que nos une por unos segundos es el agarre de nuestras manos. Mis ojos se cruzan con los de Alex antes de estar frente a frente con este chico de nuevo.

— Volveré cuando estés preparada, Zaphir — susurra en mi oreja.

El baile acaba. Los músicos dejan de tocar esa canción. Más gente se acerca a la pista de baile que había sido despegada para dejarme disfrutar casi en su totalidad con mi acompañante. Alex es quien está ahora detrás de mí. Y el chico con el que estaba ha desaparecido de mi visión, tampoco me molesté en seguirlo. no sé si es un enemigo o un aliado, o puede que esté en el límite de ambos bandos.

¿Su nombre?

Sebastián.

Eso es todo lo que logro rescatar del cúmulo de recuerdos que giran con descontrol dentro de mi cabeza antes de que Alex me tome por la cintura y me pegue a su espalda para poder susurrarme al oído: — ¿Quién era ese cabrón?

No es normal que los celos descontrolados de Alex me hagan sentir bien.

— Un posible socio — contesto.

— Esa mierda es cosa mía, Angel, no tienes porqué coño hablar con nadie.

Pero me ha estado dejando hablar con los socios hasta hace un momento.

— Está bien, lo siento.

— No quiero tener que volver a repetirlo, ¿queda claro?

— Ahá — canto, como hago de costumbre.

🥀🥀🥀

La fiesta es agotadora, casi tanto como mi dolor de cabeza.

Cuando el último invitado ha abandonado nuestra casa subo a mi habitación y me acuesto en la cama con el vestido puesto, lo único que alejo de mí son los tacones de aguja.

Alex tarda un poco más en subir.

— ¿Ha sido divertido?

Esa voz que no sé si indica que se encuentra calmado o furioso logra ponerme alerta.

— Un poco — murmuro, levantándome de la cama.

Alex rodea la cama y se acerca a mí.

— ¿No lo ha sido?

Sus ojos se oscurecen a medida que acorta la distancia que nos separa.

— Bueno, yo...

— Seguro que te has divertido al bailar con otro — murmura.

— No, él... era un posible socio.

— ¿Y qué harás por un socio? ¿Follartelo?

Trago el nudo en mi garganta. Alex toma mis hombros, luego baja con fuerza las mangas de mi vestido y las hace jirones. La tela cede, mis pechos se descubren porque tuve que sacarle el sujetador para que el vestido me sentara bien. Alex destripa también el corsé y finalmente la falda. Todo cae al suelo mientras el me tumba en la cama mientras me besa.

Sus labios son húmedos y suaves pero enseguida me doy cuenta de que ha bebido más de la cuenta.

— Alex, no hagas algo de lo que te puedas arrepentir.

— Oh, créeme, no haré nada de lo que me vaya a arrepentir.

****
Pues no sé si lo expliqué bien. Pero uno de los efectos secundarios del elixir para recuperar la memoria, es perderla. Hahaha.
Lo hice porque tenía que crear un evento donde Ángel estuviera perdida para poder crear el siguiente capítulo.
Ella no debía ser ella todavía.
Ya lo entenderéis.
Att:Nicky

Sumisa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora