S T O R M | ❝Deja de buscar los monstruos debajo de la cama. Ellos están en el espejo.❞
¿Qué pensarías si te digo que el fin del mundo será en diez días?
¿Tratarías de evitarlo?
Seguramente habrías hecho todo lo contrario a lo que yo hice.
Y es qu...
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C A P Í T U L O D E D I C A D O A: tracherita
22 Noviembre 1963, Dallas - Texas. 22:03 p.m.
Los cabellos castaños de Jude revolotearon en todas direcciones cuando una brisa fresca recorrió las calles de la ciudad por la que vagaba tranquilamente sin un punto fijo al cual se dirigiera, sin rumbo, solamente caminaba con calma por la vereda siendo seguida de cerca por un fantasma igual de perdido que ella, que trataba de convencerla de regresar al lugar del que había salido huyendo.
—No puedes sólo abandonarlos a todos —la reprendió Ben caminando detrás de ella con la capucha puesta y las manos en los bolsillos de su chaqueta.
—Mírame hacerlo —contestó Jude con simpleza con los brazos cruzados por detrás de su cabeza.
Ben suspiró rendido sabiendo que no la haría cambiar de parecer tan fácilmente —¿Y qué hay de Cinco? ¿Sólo te irás así sin más? —le cuestionó de nuevo el asiático con un tono acusador.
Entonces Jude paró en seco y se giró a mirarlo con los ojos entrecerrados examinando su rostro buscando alguna señal de que lo que había dicho se trataba de una broma cruel, pero Ben no estaba bromeando así que ella solo bufó en respuesta y siguió caminando.
—Tú lo escuchaste Ben, él no me quiere cerca —se limitó a contestar con cierto dolor en su voz, que fue disfrazado por un tono malhumorado que Ben supo diferenciar con facilidad.
—Bien, ¿Entonces qué sigue? ¿solo andaremos por ahí sin rumbo? —le cuestionó frustrado poniéndose frente a ella, pero Jude no dejó de caminar pasando literalmente a través de él.
—No, si nos apresuramos y robamos un auto llegaremos mañana por la noche a las vegas —se encogió de hombros.
Ben la miró con incredulidad.
—¿Las vegas? ¿El mundo está por terminar y tú quieres ir a las vegas? —preguntó irritado con el ceño fruncido.
—Justo porque el mundo se acaba es por lo que voy a las vegas, si voy a morir desintegrada al menos será en un casino con un Martini en mi mano y un millón de dólares ganados. —respondió con seguridad mientras sus labios se curvaban en una sonrisa sarcástica propia de ella.
El fantasma no pudo evitar quedarse parado ante sus palabras, ¿Realmente estaba hablando en serio? es decir, parecía que realmente estaba decidida a dejar todo atrás sin el menor remordimiento o preocupación por lo que pasara con su familia o con el mundo.
Había tirado todo por la borda, y quería entenderla. Entendía que su corazón estuviera lastimado y que disfrazara su miedo a ser lastimada nuevamente con desinterés hacia todo y todos pero lo que no entendía era el porque simplemente había decidido rendirse ante cualquier oportunidad de vivir.
