S T O R M | ❝Deja de buscar los monstruos debajo de la cama. Ellos están en el espejo.❞
¿Qué pensarías si te digo que el fin del mundo será en diez días?
¿Tratarías de evitarlo?
Seguramente habrías hecho todo lo contrario a lo que yo hice.
Y es qu...
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C A P Í T U L O D E D I C A D O A: la_chica_pelotuda:)
23 Noviembre 1963, Dallas - Texas. 16:15 p.m.
Mientras Diego, Klaus y Allison recuperaban poco a poco la conciencia, Jude yacía sobre sus rodillas completamente inmóvil, con pequeñas lagrimas silenciosas cayendo dolorosamente de sus ojos.
Estaba en shock, quería gritar pero es como si su voz se hubiera desvanecido después de gritar de forma incansable, quería correr pero ninguno de sus músculos respondía. Solamente podía quedarse ahí en el suelo, sintiendo como su corazón volvía a desmoronarse nuevamente.
El mundo de Jude había sido destrozado justo frente a sus ojos una vez más, sin que ella pudiese hacer algo para evitarlo o poder juntar siquiera los pedazos de su corazón roto.
Una vez más se siente vacía, quiere culparlos, a Cinco por hundirla nuevamente en un mar de autodesprecio, a Ben por llenar su conciencia con culpa y luego desaparecer dejando nada en su lugar, solamente un profundo vacío que parece que no solo se ha llevado su voz con él, sino que también la ha arrojado a un lugar frio y oscuro que la hace temblar y odiar profundamente cada parte de si misma.
La calidez que alguna vez sintió se ha ido junto con ellos, pero aunque quiera culparlos, aunque quisiera maldecirlos desde el fondo de su ser por dejarla como una flor marchita, no lo hace, no lo hace porque una voz en su cabeza no la deja olvidar lo único de lo que Jude ha estado verdaderamente segura en toda su vida.
Y hace que su pecho duela y sus labios tiemblen. A pesar de que lo intente, no puede odiarlos, ni siquiera puede estar mínimamente molesta con ellos porque, en realidad todo ha sido culpa suya.
—¡Chicos! ¿Están bien? —pregunta Vanya una vez que ha llegado junto a ellos.
Jude no la mira, y tampoco dice nada, lo único que hace es tragar saliva y girarse de forma temerosa hacia la única persona que sabe que notaría que algo no está bien, por un momento cree que sería mejor ocultar su rostro entre sus manos y no volver a mirarlos a los ojos nunca más, quiere ser egoísta y encerrarse en su propio sufrimiento.
Sin embargo, aún así se arma de valor y busca a Klaus con la mirada, nota como hace un gesto de extrañeza y toca su cabeza intentando concentrarse, como si repentinamente algo hubiera cambiado, como si faltara algo, como si buscara a alguien.
Klaus se da cuenta entonces de que Ben no está, pero esta no es como todas esas veces que simplemente desaparecía o él no lo invocaba, esta vez es diferente, porque aunque lo intenta con todas sus fuerzas, el fantasma no aparece.
Klaus no puede sentirlo, no encuentra su presencia... no encuentra nada de él.
Por un momento cree que por alguna razón sus poderes no funcionan, pero descarta esa idea en el instante en el que siente las cientos de presencias de otros fantasmas, sus voces y deseos, pero de entre todos esos no encuentra la particular voz de su hermano.
