09| Unhinged and liar.

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17 Noviembre 1963, Dallas - Texas. 10:25 p.m.

A las diez noche con veinticinco minutos del diecisiete de Noviembre, Lila salió a escondidas del departamento de Elliot dejando a Diego, caminó con tranquilidad a través de las oscuras calles de Dallas, con una sonrisa impasible mientras tarareaba una canción que su madre solía cantarle antes de dormir.

A las diez con treinta y siete minutos entró a una tienda de mascotas.  ¿A qué irías a una tienda de mascotas a esas horas de la noche? Se preguntarán, bueno, ciertamente no estaba ahí para ver a los lindos peces dorados... Mucho menos para adoptar un dulce cachorrito.
Lila entro en busca de la llave que ella le había dejado oculta en un pequeño cofre de plástico en el interior de una pecera.

Y finalmente, a las diez con cuarenta y nueve minutos, Lila llegó a la lujosa habitación 217 del hotel en donde su madre —la encargada de la comisión— la había estado esperando.

—Llegué tarde lo sé —se disculpó al abrir la puerta.

Dejó la llave en una pequeña mesita del cuarto y tomó el menú del hotel entre sus manos. Se encaminó directo hacia la cama y como una niña pequeña se dejó caer de espaldas sobre ésta. 

—¿Puedo pedir servicio a la habitación? Tengo hambre —preguntó.

—Por su puesto, lo mereces —le contestó su madre, que apareció cepillando su ahora cabello castaño a través de la puerta. Con su característico porte elegante y sofisticado.

Lila se sentó sobre la cama y le agradeció, se levantó de su lugar y fue hasta ella para besar calidamente su mejilla en un gesto de cariño, a lo que la encargada sólo le sonrió de forma amable.

Pasados unos minutos de que el servicio a la habitación llegara y madre hija se sentaran juntas a comer lo que los empleados habían preparado para ellas, la encargada había empezado con su clásico discurso, encomendadole una tarea sumamente importante a su hija: la de proteger a número Cinco, algo que descolocó bastante a Lila que confundida por la petición de su madre preguntó:

—¿Quieres que proteja a número Cinco?

—No es tan complicado cariño —contestó la mayor obvia y se llevó otro pedazo de sus panqueques a la boca.

—Si alguien merece morir es él —se quejó Lila.

—Es cierto pero...

—Dijiste que era el hombre más buscado por la comisión —le interrumpió la morena.

—Eso es cierto —la encargada le dio la razón y la apuntó con el cubierto.

—Y ahora quieres que lo proteja —volvió a decir Lila aún sin creer las palabras dichas por su madre, y aún peor que eso, ni siquiera comprendía o podía encontrar una buena razón para hacerlo.

𝐒 𝐓 𝐎 𝐑 𝐌 | The Umbrella AcademyWhere stories live. Discover now