S T O R M | ❝Deja de buscar los monstruos debajo de la cama. Ellos están en el espejo.❞
¿Qué pensarías si te digo que el fin del mundo será en diez días?
¿Tratarías de evitarlo?
Seguramente habrías hecho todo lo contrario a lo que yo hice.
Y es qu...
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01 Diciembre 1989, Laboratorios Subterráneos- La comisión.
—Es completamente increíble, el producto 00 parece estar aceptando la radiación en su sistema. —habló con sorpresa el hombre de la bata blanca, registrando el avance en una libreta para después mirar a la mujer de cabello rubio que se encontraba junto a él.
Ella sonrió satisfecha y se llevó el cigarrillo a la boca mientras observaba fijamente la capsula frente a ella, exhaló el humo y habló: —Prosigue con la fase dos.
El científico la miró con sorpresa, casi con terror al escuchar como las palabras salían con gracia de su boca, sin un deje de compasión o de duda en ellas.
—Pero el suero aún no ha sido probado, podríamos dañar al producto —contestó aquel hombre.
La encargada bajo el cigarrillo con lentitud y lo miró con sus grandes ojos azules, con una extraña sonrisa amable que lo hizo estremecerse en su lugar teniendo que desviar la mirada y apretar la libreta entre sus manos.
—¿Es que no fui lo suficientemente clara? Dije que inicies la fase dos del experimento cero. Lo probaremos ahora —sentenció ella y volvió su vista hacia el interior del laboratorio.
Él hombre asintió con pesadez y dejó escapar el aire que habían contenido sus pulmones, rendido prosiguió a aplicarle al producto 00 aquel suero azul brillante en la placenta que se encontraba dentro de la máquina.
Volvió su vista a su superior que tenía un brillo se ilusión y fascinación en sus ojos y movió levemente con la cabeza en afirmación indicando que estaba hecho, ahora sólo quedaba esperar y observar si el producto aceptaba el suero y lo volvía parte de si, o moría como todos los productos anteriores.
Al cabo de unos minutos algo realmente interesante sucedió: Los latidos del embrión se volvieron más rápidos y fuertes, y todos los fluidos de su alrededor se tornaron extrañamente de color negro dejando al científico estupefacto.
—Funcionó —susurró para si mismo aún sin poder apartar la vista de la incubadora -El feto lo aceptó —le dijo ahora a la encargada con gran emoción.
Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en el rostro de la mujer. Dejando a la vista sus blancos dientes, todo estaba saliendo de acuerdo al plan, y su arma estaba cada vez más cerca de ser perfecta.
01 Febrero 1990, Laboratorios subterráneos - La Comisión.
2 meses después, el embrión había duplicado su tamaño, siendo ahora un producto de 3 meses, alterado genéticamente para desarrollar habilidades extraordinarias que lo harían un ser superior a cualquier humano promedio, convirtiéndose así en un arma que la encargada estaba desarrollando en secreto para que éste la protegiera de cualquier amenaza.
