S T O R M | ❝Deja de buscar los monstruos debajo de la cama. Ellos están en el espejo.❞
¿Qué pensarías si te digo que el fin del mundo será en diez días?
¿Tratarías de evitarlo?
Seguramente habrías hecho todo lo contrario a lo que yo hice.
Y es qu...
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17 Noviembre 1963, Dallas - Texas. 2:39 a.m.
—¿Podrías dejar de mirarme de esa manera? Es perturbador —murmuró Jude adormilada sin abrir los ojos y se removió incómoda en la cama, haciendo un pequeño gesto cuando la sabana rozó su herida.
Cinco, que la observaba fijamente desde una silla al otro lado de la habitación, apartó la mano de su mentón y contestó: —Creí que estabas dormida.
—Es complicado conciliar el sueño cuando me ves como si fueras un psicópata —bufó y se sentó sobre la cama flexionando sus rodillas contra su pecho.
Ambos se miraron a los ojos, la tenue luz de la luna llena iluminaba levemente la habitación. Provocando que los ojos esmeraldas de Cinco resaltaran en la oscuridad. Él se levantó y con las manos en los bolsillos comenzó a dar vueltas por la habitación absorto en sus pensamientos, con la mirada de Jude posada sobre sus hombros.
—Es sólo... que sigues siendo una incógnita que aún no logro comprender —le explicó él.
Jude soltó un suspiro y con pesar se levantó de la cama y se encaminó hacia la ventana por donde entraba la luz, y se podía apreciar con claridad la luna, la observó dándole la espalda a Cinco y mordió el interior de su mejilla. Sabía que no podía evadir el tema para siempre pero, ¿Cómo le dices a alguien que toda tu existencia se basa en un experimento? Su cabeza daba vueltas y vueltas tratando de encontrarle un principio por donde iniciar.
—La luna es linda —pronunció embelesada por el brillo de ésta, Cinco que la miraba desde el otro lado de la habitación frunció el ceño y se acercó a la castaña hasta quedar justo detrás de ella.
Contempló la luna unos segundos, pero a su parecer no tenía nada que la hiciera especial o interesante, solamente era la misma luna de siempre. Lo que si le mantenía intrigado y hasta podría decirse que interesado, era cierta castaña que miraba el cielo como si de una obra de arte se tratara.
—Sólo es la luna —contestó.
—Siempre quise verla —dijo ella en un susurro sin apartar la mirada.
La confusión en la cara del uniformado aumento, pues no le era posible encontrar la lógica dentro de las palabras de Jude, pero ella parecía tan vulnerable en aquel momento, que casi le hacía olvidar lo extraña que le parecía y aquel poder extraño que poseía. Por un momento sólo vio a una persona normal que claramente, nunca estaría ni siquiera cerca de serlo. Pero observar como sus grandes ojos cafés miraban con admiración la oscuridad de la noche le hicieron desear poder detener el tiempo y capturarlo para siempre.
Deseando la simpleza de una vida normal.
—¿Es impresionante no crees? —ella lo miró con un brillo singular en sus ojos que número Cinco no supo cómo explicar, por lo que sólo la miró sin decir nada. Ella volvió la vista al cielo y suspiró —Está rodeada de una oscuridad abrumadora, pero... ella brilla —murmuró con sutileza —La oscuridad es mucho más grande que ella, pero aún así su luz no se pierde en el vacío...
