• C A P Í T U L O 1 •

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Tres años atrás:

Narra Dave.

- Amor, recuérdale a Cameron que traiga una botella de vino- exclamé mientras movía las brasas del asador.

- Seguramente ya deben estar en camino... Ayer se lo he dicho a Sophie, así que la deben traer- respondió mientras se acercaba junto a mí- Que bien se ve esto-observó la parrillada.

- No mejor que tú- la traje hacía mí con firmeza para unir sus labios a los míos.

Hacía quince años que estábamos casados. Mía era lo mejor que había pasado en mi vida. Una rubia despampanante para la edad que tenía, que había conocido hace diecisiete años atrás en un caso. Soy detective, y ella había sido sospechosa de un pequeño altercado que estaba a mi cargo. Creo que fue amor a primera vista.
Luego de un largo camino transitado juntos, nos casamos y tuvimos una hermosa hija: Julie de quince años.
Nuestra vida no era perfecta, pero nos amábamos.

- Papá, los tíos han llegado- exclamó Julie irrumpiendo la escena. Se refería a Sophie y Cameron, nuestros mejores amigos.

Éramos como familia, habíamos pasado muchas situaciones difíciles juntos.

-¿Enserio has pensado que iba a olvidarme de traer el vino?- preguntó Cameron luego de que Mía los reciba- Hace más de diez años que nos reunimos todos los domingos y crees que voy a olvidar nuestro ritual?- dijo atónito.

- Como te conozco se perfectamente que eres capaz de olvidarte hasta a Sophie en tu casa- dije y ambos reímos.

- Por eso te quiero amigo- exclamó y me abrazó.

- Hola Dave -se acercó Sophie a saludarme.

Ella era mejor amiga de Mía desde los quince años. Llevaban toda una vida de amistad y gracias a ella conocí a Cameron.
Los cuatro éramos conocidos por estar todo el tiempo juntos.
Julie junto a Emma y Noah (los dos hijos de la pareja), iban al mismo colegio. Y la mayoría de las actividades que realizábamos a diario también las organizábamos juntos.

-¿Puedes dejar de molestarme, Noah?- se escuchaba de fondo los gritos de Julie.

- El día que tú hijo deje en paz a mi pequeña, creo que significaría el fin del mundo- dije.

- Vamos Dave, los cuatro sabemos que ellos se atraen y por eso discuten- exclamó Sophie sirviendo una copa de vino.

- En eso estoy de acuerdo, cariño- sugirió Mía, mientras me tomaba por las espalda- A los quince tenía un noviecito que hacía lo mismo conmigo.

- Si tú hijo lastima a mi pequeña, estaremos en graves problemas- observé a Cameron.

- Es buen chico- lo defendió Sophie- Y hace una increíble pareja con Julie.

-¿Se imaginan que además de amigos seamos consuegros? Juro que moriría por ver eso- río Mía.

- Creo que sería perfecto, aunque temería por la vida de mi hijo... Con el suegro que le espera- bromeó Cameron.

- La carne está en su punto, es hora de comer- evadí el tema y todos rieron. Sabían que no era casualidad.

- Creo que los cuatro deberíamos tomarnos un fin de semana en la cabaña de la playa- exclamó Sophie. Ya habíamos terminado de cenar y nos encontrábamos tomando un trago en la sala de estar mientras jugábamos poker.

• El otro lado de la Verdad •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora