• C A P Í T U L O 5 •

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Presente:

Narra Cameron

- Hola Julie, ¿Qué ha sucedido? He venido lo más rápido que pude -exclamé ingresando a la casa de los Parker.

- Hola tío, estoy realmente preocupada... Perdón que te he llamado con tanta urgencia -explicó con su voz un poco temblorosa- Estábamos por ir al hospital, cuando tocaron el timbre, era el cartero.

-¿Dónde está Mía? -dije sin entender.

- Se ha encerrado en su habitación. Déjame explicarte -chilló al igual que su madre cuando estaba nerviosa- Ha llegado un extraño sobre, que debe decir algo importante de papá. Porque ha entrado en una crisis de llanto y nervios.

- ¿Has visto lo que traía la carta?- pregunté.

- No, en tan solo segundos ha corrido las escaleras y se ha encerrado en su cuarto, con llave. La he visto demasiado nerviosa, me preocupa lo que pueda hacer -dijo con sus ojos brillosos.

- Tranquila, debe estar intentando calmarse- la abracé- Subiré a tratar de hablar con ella, mejor quédate aquí.

- De acuerdo, lo llamaré a Noah.

- Está en el automóvil, dile que te haga compañía -exclamé mientras subía aquellas escaleras.

¿Qué habrá recibido? Me preocupaba que en este momento Mía se debilitará de esta forma, debíamos estar fuertes junto a Dave, para que pueda recuperarse.

- Hola Mía, soy Cameron... Julie me ha llamado porque está preocupada por tí -elevé mi voz del otro lado de la puerta-¿Qué ha sucedido?- un silencio inundó el pasillo, algunos segundos después volví a intentar - ¿Podemos hablar? Te sentirás mejor...- un nuevo silencio se formó, estaba comenzando a preocuparme yo también- Vamos Mía, sabes que somos amigos hace muchos años. Mi mujer también está desaparecida, nadie más que yo te entiende lo que estás viviendo, déjame entrar -intenté convencerla.

Parecía inconsciente, no se sentía ningún sonido ni respuesta. Era muy raro de su parte.

En el momento en que ya estaba muy preocupado y preparado para tirar abajo aquella puerta con todo el peso de mi cuerpo, un leve "click" se escuchó proveniente del interior. Había quitado la traba.
Aquella puerta cedió hacia atrás, permitiendo dejar salir el sonido de un suave llanto y dejándome ingresar a la habitación.

Todo estaba desacomodado, súper extraño para la forma de ser habitual en Mía.
Rápidamente pude observar ropa de Dave en el suelo, algunas camisas rotas y varias fotografías de ellos juntos abolladas o partidas a la mitad.
Mía estaba tendida en su cama en forma de bollito llorando desconsoladamente.

-Mía... ¿Qué ha sucedido?- exclamé atónito. No pude evitar acercarme y darle un fuerte abrazo. Más lágrimas corrieron por sus mejillas, mis dedos ayudaron a quitarlas- No llores, tranquila que Dave se encuentra estable, va a salir del hospital.

- Juro que no me importa. Ese miserable... Merece el estado en el que está -masculló con odio cada una de las palabras.

-¿Por qué hablas así de Dave?¿Entonces qué te tiene mal?

- No comprendo cómo pude ser tan idiota-elevó la voz con angustia- Ambos lo fuimos, Cameron. Se han reído en nuestra cara.

-¿De qué hablas Mía? Juro que no te comprendo.

- De esto hablo Cameron -tendió su mano con dos fotos- Dave y Sophia son dos traidores.

Realmente mis ojos no podían creer lo que estaban viendo. Sentí como el enojo y la impotencia comenzaban a tomar mi pecho, no sabía cómo reaccionar.
Mi gran amor, por quién estaba dispuesto a dejar todo en la vida, ¿Me estaba engañando con mi mejor amigo? No pude contener mi angustia, mis ojos se cristalizaron. Aunque no quería debilitarme frente a Mía, ella estaba con una crisis nerviosa.

• El otro lado de la Verdad •On viuen les histories. Descobreix ara