• C A P I T U L O 2 3 •

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Presente: Dos meses y medio luego del accidente.

Narra Mía

Nuevamente Cameron se encontraba a centímetros de mí. Las ganas de besarnos nos inundaba a ambos, pero un sonido nos asustó.

-¿Mamá? -la voz de Julie interrumpió la escena. En ese momento nos separamos como dos resortes.

- Si hija, estoy en la cocina -respondí al notar que me hablaba desde la sala de estar. En ese momento me relajé un poco.

- Hola, ¿Cómo están?- saludó y detrás de ella ingresó Noah.

- Buenas tardes -dijo Noah- Pa, no sabía que estabas aquí.

- He acompañado a Mía a hacerse un estudio y ahora estamos tomando un café-señaló su taza.

-¿Están listos para conocer al pequeño?-pregunté con la imagen de la ecografía en mi mano.

-¿Te haz hecho la primera ecografía? A verlo -respondió Julie muy emocionada, y tendí la pequeña fotografía sobre su mano- Oh, no puedo creerlo... Es muy hermoso.

- Y está muy grande, ya tiene forma de bebé -exclamó Noah sorprendido y provocando la risa de todos- Felicitaciones.

-¿Quieren que cenemos juntos?-propuse.

- Es una buena idea, debemos celebrar que este pequeño se encuentre tan bien. Puedo cocinar unas pizzas -dijo Cameron, se notaba que le encantaba cocinar.

- De acuerdo, ¿Vamos a comprar helado?-le preguntó Julie a Noah.

- Si, voy a buscar mis llaves del automóvil -le respondió y ambos salieron de aquella cocina- En un rato regresamos -se escuchó el grito de Noah desde lejos.

- ¡Uff! -exhalé y me senté en una de las banquetas de la barra- Casi nos descubren, Cameron -dije preocupada luego de escuchar que cerraran la puerta de entrada.

- ¿Descubren? No estábamos haciendo nada malo -exclamó levantando sus manos en el aire- Solo te estaba abrazando.

- Si no hubiera sido porque Julie me llamó casi nos besamos nuevamente -recordé.

-¿Sabes qué sucede? -tomó mi rostro y me observó directo a los ojos- No podemos continuar negando lo que sentimos, Mía.

- Esto está mal, Cam -pensé mientras acariciaba mi mejilla.

- Te quiero, Mía -evitó mi comentario y me dió un fuerte abrazo- Y por eso creo que lo mejor es dejarnos llevar.

- Yo también te quiero mucho.

- Así que es momento de concentrarnos en la cena de hoy. ¿Me ayudas a cocinar?-desvió el tema con una sonrisa.

- Si tú me guías en todo lo que debo hacer, por supuesto que podré ayudarte-respondí sonriendo y provocando su risa- Soy muy mala cocinera.

- Bueno, ven que te ayudo a ponerte un delantal -exclamó y me acorraló contra la barra para poder atar aquella pieza de tela en mi cintura- ¿Dónde tienes la harina?

- Por aquí -busqué en la alacena y le tendí un frasco lleno de aquel polvo blanco.

- Bueno, coloca cuatro tazas en este recipiente -dirigió mientras buscaba un sobre de levadura en la heladera.

• El otro lado de la Verdad •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora