• El otro lado de la Verdad •

• C A P Í T U L O 8 •

Tres años atrás:

Narra Sophie

En los últimos días mi vida estaba completamente dada vuelta.

Mi marido estaba cada día más distante y misterioso conmigo. Aunque una tarde de locura decidí seguirlo y pude conocer el final de su mentira: Estaba viendo a su hijo mayor. No entendía por qué no podía confesarme la verdad, y realmente me dolía su traición. Porque así lo consideraba yo.

Mi hija Emma estaba muy extraña luego de aquella tarde en la que casi nos descubre con Dave. Pudimos vestirnos muy rápido, pero le resultó raro que aquel hombre y yo estemos solos en la sala de casa.

Noah, mi hijo perfecto, estaba cumpliendo a raja tabla con los castigos de la escuela. Sumados a aquellos que Cameron le había impuesto en casa. Pobrecito ni siquiera podía verla a Julie luego de aquel acontecimiento en el baño del colegio.

Y Dave era un tema aparte. Me volvía loca pensar en la forma que nos habíamos besado la última vez. Solo recordar la manera en que nuestras pieles se prendían fuego, me hacía desear tenerlo cerca. Pero con esa misma intensidad, la culpa se apoderaba de mi razón.

Mía. ¿Qué podía decir de ella?. No podía mirarla a los ojos. Era demasiado evidente que la estaba evitando, y ella notaba que algo le estaba ocultando. Increíblemente ya estábamos en abril, y venía su cumpleaños.
El cual no iba a pasar desapercibido, porque era su cumpleaños número 40. Y se notaba que algo traía entre manos.

- Aquí nos tienes reunidos- exclamé del otro lado del teléfono- ¿Qué nos quieres contar, Mía?

Nos encontramos reunidos en una videollamada por nuestros teléfonos moviles. Cameron y yo en la sala de casa, y Dave junto a Mía en la suya.

- Bueno, los quería reunidos a todos porque faltan muy pocos días para mí cumpleaños, y tengo una sorpresa -comencé a decir con una sonrisa.

-¿No se supone que nosostros te tenemos que sorprender?- bromeó Cameron.

- Pero los conozco muy bien, no se iban a encargar... Y no cumple cuarenta años todos los días.

-¿Qué tramas amiga? -dudé.

- Deberán preparar sus valijas -sonrió emocionada- Porque he comprado cuatro boletos para viajar en un crucero de cuatro días.

- ¡Wow! Que grandioso -respondimos los tres.

Realmente era una noticia sorprendente. ¿Qué me esperaba?

- Siempre has querido que viajemos en uno de esos -exclamé.

- Realmente me has sorprendido -dijo Dave, se notaba en su rostro.

- Por eso los he elegido a ustedes, son con los únicos que quiero compartir este día -explicó y luego le dijo a Dave- Sobre todo contigo amor... Gracias por estar todos estos años junto a mí -selló sus palabras con un corto beso.

Lentamente sentí como un leve sentimiento de enojo brotó por mi cuerpo.
¿Qué diablos sientes Sophie? Es su mujer, deberías ponerte feliz por ella.

- Bueno creo que es mejor que cortemos la llamada, así pueden continuar su velada con mucho amor- interrumpí la escena. Los ojos de Dave se tensaron.

-¿Qué dices Sophie?- rió Mía- ¡Nos vamos de viaje! -gritó con entusiasmo.

Era lo que le faltaba a mi vida en este momento. Un viaje los cuatro juntos. Y encima si continuaba siendo tan evidente con mis celos, todo iba a terminar de pésima manera.