❝ Tell me there is hope for me ❞

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Ship: Kellic
Advertencia: Muerte

// —Sia -I'm in here //

Narra Kellin

—¡Eres un idiota! —le grité a Vic con todas mis fuerzas.
Las lágrimas empapaban mis mejillas, pero poco me importaba, estaba tan enojado que eso ero lo menos importante en este momento.
Lo más importante era mi novio, tratando de vestirse lo más rápido posible al igual que la pelirroja a su lado. 

Hoy era nuestro aniversario; cumplíamos dos años de novios, dos años en los que le había entregado todo de mí.
Dos años que había echado por la borda en cuestión de segundos.

Había decidido pasar todo el día con él, pero cuando llegué a su casa, lo con Danielle, su exnovia, teniendo sexo.
No puedo describir lo que sentí en ese momento... Fue como si el mundo entero se detuviese, como si mi mundo se hubiese derrumbado al pestañear.

Corrí lo más rápido que mis piernas me permitían, tratando de alejarme lo más posible.
Así es como acostumbraba resolver mis problemas; huyendo de ellos. No era la forma más madura, pero era la única que sabía.
No pude evitar chillar cuando sentí sus fuertes brazos tomarme por la cadera, deteniéndome de repente.
—¡Suéltame! —grité, llamando la atención de todas las personas que se encontraban caminando tranquilamente por la calle en la mañana soleada.
El día en sí era perfecto, las aves cantaban, el sol estaba en su mayor resplandor, había cientos de niños jugando, parejas felices por donde quiera que miraras y después, después estaba yo, hecho un completo desastre, con la voz ronca por gritar y los ojos inyectados de sangre por tanto llorar.
—Kellin, para —ordenó Vic.
Traté de controlar mi respiración y cuando estuve lo suficientemente calmado, me giré, viéndolo directamente a los ojos.
Antes, cuando veía sus hermosos ojos cafés, me veía a mí mismo, nos veía en un futuro, tomados de la mano; pero ahora no logro ver absolutamente nada más que un café opaco.
—¿Por qué? —Fue lo único que salió de mi boca.
No respondió, sólo beso mis labios. No pude evitar sentir asco, asco de besar a la persona que amaba.
Lo empujé, alejándolo lo más que pude de mí. Su tacto me hacía sentir sucio, asqueado. 

Traté de correr de nuevo, pero unas luces me cegaron antes de sentir algo duro chocar contra mi cabeza.
Sentí como si volara antes de estamparme fuertemente con el suelo.
Gemí de dolor, sintiendo una oleada de dolor recorrer todo mi cuerpo. No podía moverme y mis parpados pesaban como piedras.
Lo último que vi hasta que todo se tornara oscuro fue a Vic, corriendo hasta mí y gritando mi nombre.

Recuerdo una completa oscuridad y no sentir nada, y después una luz que me despertó.
Estaba en una camilla de hospital, lo supe por el olor a medicamentos y la habitación completamente blanca.
Vic se encontraba dormido con la cabeza recargada en mis piernas.
Fue tan extraño levantarme, yo pensé que no podría y terminaría completamente adolorido, pero nada de eso pasó.
Era como si al levantarme sólo lo hubiese hecho mi alma y mi cuerpo se hubiese quedado en la camilla.

Todo era tan extraño, no entendía absolutamente nada y comenzaba a asustarme.
Traté de despertar a Vic, pero era como si no lo tocara, si no fuera porque veía como mi mano daba pequeños golpes en su hombro, no sabría que en realidad si lo estaba tocando ya que no lo sentía, era como sentir una fría pared.

Después de intentarlo varias veces más, me rendí y caminé por la habitación.
Traté de abrir la puerta, pero fue inútil.
Después de dar varias vueltas por la habitación, entró un doctor en ella.
Corrí hasta él, pero era como si fuera invisible.
Él despertó a Vic y comenzó a hablarle.
—No creo que sobreviva la noche —dijo.
Vi cómo él se tiraba en el suelo mientras las lágrimas encharcaban sus mejillas rosadas.
—El accidente lo dejo completamente destrozado —continuó—. Tiene cuatro costillas rotas, una hemorragia interna y sus pulmones se aplastaron casi completamente, lo que daño su corazón.
Traté de llamar la atención de ambos, pero no sirvió de nada.
—¿¡Alguien puede verme!? —grité, sintiendo como las lágrimas comenzaban a salir a causa de impotencia.
Todo era tan desesperante, no entendía nada, o mejor dicho, sí lo hacía, pero era el hecho de que no quería aceptar que probablemente estuviera muerto o algo por el estilo.
—¿Y sus padres? —masculló Vic, levantándose.
—Están del otro lado del país, y de tomas formas, ya les dije sus probabilidades de vivir —sonaba tan frío y seco que no entendía como podía ser así, por dios, estaba prácticamente muriéndome y el no mostraba ni aunque fuera una señal de lástima. 
El doctor salió y lo único que se escuchaba eran los sollozos de Vic y el pitido de la máquina que aún me indicaba que vivía. 

Pasó mucho tiempo, llegaron algunos familiares y los chicos de la banda.
Todos consolaron a Vic, pero nada funcionaba, él seguía igual de destrozado.
Las personas pronto se fueron y por el gran ventanal pude ver que ya había oscurecido.
Vic notó lo mismo, y su llanto aumentó.

—Espero que puedas oírme... No me dejes, por favor, eres todo mi mundo, Kellin, sin ti no soy nada. Lamento haber sido un completo estúpido mientras te tenía, lamento haberte hecho eso, lo lamento tanto... No me dejes —dijo, y con cada palabra su voz se quebraba más.
—No sé qué estaba pensando cuando... cuando estaba con Danielle, pero te aseguro que ha sido el más grande error de mi vida y ahora lo estoy pagando con lo que más quiero; tú. Te amo, y en estos dos años que hemos estado juntos, han sido los más felices de mi vida, no quiero que te vayas, quiero que estés junto a mí por el resto de mis días, pero es imposible... Te amo, te amo más que a nada.
Sus palabras eran hermosas, pero las había dicho en el momento equivocado. Comencé a acariciar su cabello, a pesar de saber que él no me podía ver ni sentir.
—Yo también te amo Vic, pero es demasiado tarde, si tan solo no me hubieses lastimado tanto y hubieses dicho las palabras correctas en el momento correcto... todo hubiese sido tan diferente.
Era irónico pensar que en nuestro último momento juntos lo habíamos desperdiciado peleando.
Sí, yo estaba más que enojado con él en ese momento, pero si hubiese sabido que esto pasaría, nunca hubiera corrido, nunca hubiera negado su beso, nunca hubiera desperdiciado el momento más importante de mi vida.
—Nunca creí decir esto, pero, Kellin... Está bien si te vas... Yo estaré bien al saber que tú lo estas, sólo quiero que sepas que lo siento y que nunca dejaré de amarte —susurró antes de besar, prácticamente, mis labios. 
Era como si, al decir esas palabras, me hubiese quitado un gran peso de encima.
—Yo tampoco dejaré de amarte, Vic.
El agudo pitido de la máquina indicó que mi corazón había dejado de latir.
Vic soltó un grito desgarrador y varios doctores entraron.
Eso fue lo último que vi antes de que una luz me atrapara y todo despareciera.

One Shots (boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora