❝ Tell me if I'm wrong❞

887 42 7
                                    

Ship: Rubelangel
Advertencia: Ninguna

// —Cold coffee -Ed Sheeran //

Narra Rubius

Lo primero que vi al despertar fue el rostro de Mangel.
Una sonrisa se formó en mi cara al recordar lo que había pasado ayer. Por fin, después de tanto tiempo de ocultarlo, le había dicho sobre mi pequeño —gran— enamoramiento hacia él. Recuerdo haber sentido ese gran miedo de perder una amistad de ocho años por algo que ni siquiera sabía si era lo correcto; para mi suerte, él se sentía de la misma manera, y bueno, el dolor en mi espalda baja me aseguraba que lo de anoche no había sido sólo un sueño. 

Me levanté de su cama, tratando de no despertarlo, pero él no aflojaba su agarre de mi cintura. Después de mucho intentarlo, lo logré. Tomé mi bóxer del suelo junto con una camisa de mi, ahora, novio, y me los puse.
Entré en la cocina de nuestro departamento con algo de dificultad por el dolor en mi trasero.
Y pensar que me iba a mudar —pensé. Ahora no podía entender cómo esa estúpida idea estuvo en mi cabeza cuando comencé a sentir algo más que amistad por Mangel.

Dejé a un lado mis pensamientos para empezar a preparar el desayuno.
—Joder hermano, parezco la "parte femenina" en nuestra relación —me dije a mí mismo. Si alguien me hubiese dicho hace varios meses atrás que algún día me encontraría en esta situación, lo habría tomado como una broma.
En cuestión de minutos logré preparar una comida "decente", esperando que no se notara mucho mi falta de conocimientos en la cocina.
Puse algo de agua a hervir para prepararme un té, iba a poner otro poco para Mangel, cuando recordé su gusto especial por el café frío.
Como conozco a éste hijo de puta —pensé.

Estaba a punto de terminar de preparar todo el desayuno, cuando unos brazos rodearon mi cintura, sobresaltándome.
—No sabeh lo bien que te veh con mi ropa —susurró en mi oído, provocando un escalofrío por toda mi columna vertebral.
No pude hacer otra cosa más que sonrojarme estúpidamente; digamos que aún no me acostumbraba a tener una relación con mi mejor amigo.
Nos sentamos a comer entre pláticas sin sentido y pequeñas caricias inocentes.
—Mangel, tenemos que ir a hacer las compras para lo de la fiesta de Cheeto —le recordé una vez que habíamos terminado de comer.
—¿No lo podemoh haceh mañana?
—Pero...
—Anda Rubiuh, ahora lo único que quiero haceh eh ehtar contigo en la cama.
No pude evitar avergonzarme al darle el doble sentido a sus palabras.
—N-No me refería a eso... —aclaró con las mejillas sonrojadas.

Al final terminé por seguir su sugerencia de volver a la cama.
—Ereh hermoso —murmuró a mi lado, mientras acariciaba mi cabello. Me limité a besarlo. Sin dudas, no cambiaría este momento por nada.
—Mangel, te quiero tanto que me asusta; me asusta saber que dependo de tu sonrisa, de tu acento, del brillo de tus ojos, de tu actitud positiva aunque todo este jodido, de la forma en que me tratas, de tu personalidad tan infantil pero seria cuando se requiere, de tus corajes cuando Raspberry araña tus cosas, de la forma en que me consuelas diciéndome que todo estará bien, de la forma en que me besas como si fuera tan frágil, de tus apodos. Me asusta saber que dependo de ti —No tengo idea de dónde había salido tanta cursilería, pero no me arrepentía de decir todo lo que sentía. 
—Rubiuh... —susurró con los ojos llorosos—. ¿Por qué tardaste tanto tiempo en decirme todo esto?
—Yo... tenía miedo de que fueras a rechazarme —admití, bajando la mirada.
—Creí que con todah esah indirectah entenderíah que yo también te quiero.
—¿Indirectas?
—Bueno, veráh, no todoh loh amigoh duermen juntoh, no todoh loh amigoh se abrazan y viven juntoh, no todo loh amigoh se hacen bromah sexualeh cada cinco segundos, no todoh loh amigoh se besan "sólo porque sí".
Hasta ahora me daba cuenta de lo estúpido que fui; todas esas veces que Mangel decía que me quería y era mío, no eran simples juegos, él en verdad era mío.
—¿Y por qué nunca me dijiste que todo eso no era un juego?
—No sé si recuerdeh, pero tú teníah a Jen y hahta hace poco rompiste con ella.
Jen, mi exnovia. Yo nunca pensé en ella de esa forma; sólo la veía como a una amiga, y la invité a salir para tratar de quitar mis sentimientos por mi mejor amigo, pero eso sólo nos lastimó a los tres.
Nunca antes me había puesto en el lugar de Mangel; ver a la persona que quería con otra, sin dudas me destrozaría. Él en cambio, siempre se mostró feliz por mi relación con Jen, aunque sus sonrisas eran falsas, nunca me reprochó nada ni se mostró molesto, cuando por dentro de seguro estaba cayéndose a pedazos.
—Si me lo hubieras pedido, yo la habría dejado por ti.
—No, nunca te habría obligaho a haceh algo como eso.
—¿Obligarme? —reí—. Si serás gilipollas. Yo estuve con Jen para olvidarme de ti, no porque en verdad la quisiera.
Él no contestó, se limitó a besarme para dar por terminado el tema.

Sus labios se movían lentamente contra los míos, su lengua pidió acceso a mi boca, el cual se lo di.
Su lengua se encontró con la mía, desatando una batalla entre estas por ver quién tendría el control; al final él terminó por ser quien lo tendría.
Poco a poco fue subiéndose encima de mí, entrelazando nuestras manos. —Te quiero —dijo, antes de empezar a besar mi cuello. Comenzó a molerse contra mí, haciéndome desear más.

Sabía perfectamente que lo de anoche se repetiría, tal vez eso me costaría el no poder sentarme durante algunos días, pero no me importaba mucho, porque eso es sólo una prueba más de que él era mío y yo suyo, cómo siempre ha sido y será.



One Shots (boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora