❝ All of my memories keep you near ❞

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Ship: Kellic
Advertencia: Muerte

//  —Memories -Within Temptation //

Narra Kellin

Puedo recordar cuando era joven, cuando mi vida giraba alrededor de la música y mis amigos, sobre todo de mi novio, Vi. Claro que ahora ya nada es como lo recuerdo.
Las fiestas, la emoción de subir a un escenario, de ver a los fans gritando mi nombre... ya nada de eso era parte de mi presente.

Aún puedo recordar con tanta claridad sus abrazos, sus besos, sus caricias, esa manera tan especial que tenía de hacerme sentir único y amado. Lo recuerdo todo tan perfectamente que me parece real; me parece real que él aún está aquí, conmigo. Pero no, tuvo que irse hace ya mucho tiempo, dejándome solo con el corazón hecho pedazos.

Recuerdo que toda su vida intentó no dejarme atrás, en la soledad. No hay otro camino, recé a los dioses para que lo dejaran quedarse, pero aun así, me dejó; rompió su promesa.

Te prometo que nunca te dejaré, Kellin. Te amo más que a nada y estaré siempre ahí, para ti

Ahora sus promesas sonaban tan lejanas y vacías, pero en su momento fueron las que me ayudaron a seguir.

Todos los "para siempre", "te amo", "siempre estaré a tu lado"; desaparecieron tan rápido como aparecieron.
Siendo sincero, lo extraño, más que a nada, pero es inútil hacerlo; no puedo hacer que regrese, por más que quiera, no puedo.

Me armé de valor y entré de una vez por todas a la vieja y abandonada casa que tenía frente a mí.
Al estar en el lugar donde todo empezó hizo que sintiera una sensación de nostalgia y tristeza. Sé que no debería de estar triste porque acabó, sino feliz porque pasó; porque junto a él pasé los mejores diez años de mi vida.

Por un momento todo volvió a ser como hace treinta años atrás. La madera de la pared estaba como nueva, al igual que el azulejo blanco del piso y los cándeles.
La casa estaba como si nunca la hubiese dejado después de su muerte.
Caminé a través de los largos pasillos e inmediatamente los recuerdos vinieron a mí.
El día en que nos casamos, cuando decidimos adoptar a esa tierna bebé, que ahora era toda una adulta, nuestro primer aniversario como casados, su cumpleaños; los recuerdos alivian el dolor de mi interior, ahora sé por qué. Todos mis recuerdos me mantienen cerca de él, de lo que una vez solíamos ser.

Subí las largas escaleras hasta llegar a la segunda planta, todo era tal y como lo recordaba. El cuarto que solía ser de nuestra pequeña, nuestra habitación, donde tantas noches pasamos juntos y no precisamente durmiendo, nuestro estudio donde solíamos pasar tardes componer canciones juntas...
Todo cambió aquel veinticuatro de abril, cuando volvíamos de la celebración de mi cumpleaños; estábamos tan concentrados en nosotros, que ninguno de los dos vio el auto que se dirigía a toda velocidad, desgraciadamente para Vic fue demasiado tarde cuando llegamos al hospital.  
Aún me atormento por las noches, ¿qué hubiera pasado si tan sólo esa noche no hubiésemos salido? ¿Seguiría aquí conmigo? ¿Hubiera podido ver creer a nuestra hija?... Todo era mi culpa.

Primero paré en la habitación de Cope, y por un momento, sólo por un segundo en el pleno silencio, me imaginé que estaba allí; sosteniendo a nuestra pequeña en sus brazos, susurrándole las buenas noches como siempre solía hacerlo.
Parpadeé y él ya no estaba, todo había sido obra de mi mente, aunque desearía que no fuera así.

Me pasé a la que solía ser nuestra habitación, no pude evitar sonreír.
Cuantas cosas no pasamos aquí —suspiré. Todos esos días simplemente acostados uno junto al otro disfrutando de la compañía, todas esas noches que me entregaba en cuerpo y alma a él, todas esas madrugadas en que venía Cope corriendo porque había tenido una pesadilla... quedaron en el pasado, y no quería que pasaran al olvido. 

Por último, quedaba nuestro estudio, la cual fue la peor parte para mí. Era el lugar donde me había propuesta matrimonio, y sobre todo, donde me hizo prometer la cosa más difícil.

Me hiciste prometer que intentaría buscar de nuevo mi camino en la vida si algún día te ibas, pero para mí ha sido imposible cumplirlo —comencé. Sí, probablemente me veía estúpido hablándole a la nada, pero para mí, era como su estuviera hablando con todos esos recuerdos que pasamos juntos—. Espero que haya alguna manera, para que me hagas saber que estas bien, sólo así recordaré que todo esto valió la pena y podré salir adelante.

En ese momento, las lágrimas ya salían por mis cansados ojos. No podía soportar estar un segundo más dentro del lugar que tantos recuerdos me traía.
Justo cuando me disponía a salir del estudio, apareció la imagen de Vic frente a mí, tapándome la salida.
¿A dónde vas, cariño? —preguntó. Dios, su voz era tan hermosa y suave como la recordaba.
Todo es parte de tu imaginación, sólo lo ves porque lo extrañas, sólo por eso—me recordé. 

Cerré fuertemente los ojos y salí de la habitación. Detrás de mí seguía Vic, con su radiante sonrisa, como si nunca hubiese ocurrido aquel accidente.
¿V-Vic? —pregunté con voz temblorosa. ¿Esto en verdad era mi imaginación?
¿Pasa algo amor? —respondió con preocupación en su voz, o bueno, lo que recordaba cómo su voz. Cada vez se iba acercando más a mí, al tiempo que yo retrocedía. Mi espalda topó con el viejo espejo juntó a la puerta del baño, haciéndome parar.
Por instinto me giré para dejar de verlo, olvidando que cuando hiciera eso quedaría frente al espejo.
Me alegra que hayas vuelto —susurró. En la imagen que reflejaba el espejo podía ver como sus brazos rodeaban mi cintura.
Esto no podía ser real... Esto debía ser obra de mi desesperada mente por volver a verlo.
No había notado que en mi reflejo me veía mucho más joven; exactamente como cuando aún Vic vivía. ¿Cómo podía ser esto real?

Si no fuera porque por el espejo veía como sus brazos me rodeaban, ni siquiera lo sabría, porque no podía sentir algún rastro de su toque.
En tu cumpleaños, cuando llegáramos a casa, te iba a dar esto... pero nunca pude —dijo, extendiendo un collar dorado frente a mí.
Lo puso alrededor de mi cuello y lo abrochó. La curiosidad pudo conmigo y bajé mi vista hasta el collar.
Era un corazón hecho de oro y cuando oprimí un pequeño botón se abrió en tres compartimientos, los cuales tenían tres pequeñas fotos; una de Cope, otra de Vic y finalmente una los tres juntos.
Nunca te olvides de mí, ni de todos los recuerdos —pidió con voz temblorosa.
No es real —traté de convencerme, pero era demasiado tarde, ahora ya creía que la imagen frente a mí era completamente cierta. 
Estamos juntos en todos estos recuerdos, no podría olvidarlos nunca y te prometo que mantendré siempre todos estos recuerdos. Porque te voy a amar hasta el final de los tiempos —Cada una de mis palabras eran sinceras. Si no pude cumplir mi antigua promesa, al menos cumpliría esta. 
Kellin... te amo, tampoco olvides esto. Me tengo que ir de nuevo, dale un beso a nuestra Cope de mi parte. Creo que tú también te tienes que ir ahora.

Después de eso, desapareció.
Todo a mí alrededor comenzó a hacerse viejo y desgastado, como debía de ser. Uno de los cándeles cayó a menos de un metro de distancia de mí, cosa que me sobresaltó, haciendo que comenzara a correr hacia la salida de la casa por instinto.

Cuando estuve a fuera, recuperé el aire y dirigí mí vista a la ventana de la segunda planta; allí seguía él, con su gran y hermosa sonrisa, viéndome partir. No pude evitar sonreírle de vuelta.
Todo era real; lo supe porque el collar aun colgaba de mi cuello.

Te amo, Víctor, tú tampoco lo olvides— dije, antes de comenzar mi camino de vuelta.

Una historia de amor como la nuestra ni siquiera la podía terminar la muerte, porque, aunque hayan pasado los años, siempre lo amaré, tal y como lo había hecho en estos últimos treinta y cinco años.


One Shots (boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora