❝ Need someone to numb the pain ❞

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Ship: Wigetta
Advertencia: Smut

// —The Chainsmokers vs Tove Lo- Habits //

Narrador omnisciente

La música sonaba tan fuerte que hacía que las ventanas de la casa de Luzu retumbaran. Era la fiesta de año nuevo y cientos de personas que el anfitrión ni siquiera conocía bailaban animadamente en la sala, la cual no tenía nada más que los grandes amplificadores de donde la música. 
Uno de los invitados era Guillermo, mejor conocido como Willy; éste se encontraba en la barra de bebidas ahogando sus penas con alcohol. Nunca le había gustado tomar, pero en esos momentos lo único que quería era dejar de pensar en su ex, la cual lo había engañado con su mejor amigo, Frank. 
Vació otra botella de cerveza y pidió otra, el barman algo inseguro le entregó otra.
—Chaval, ya has bebido demasiado, ¿no crees? —le preguntó el chico de ojos azules. Le parecía algo joven para que fuera la persona encargada de proporcionar las bebidas a la gente, pero en ese momento su mente estaba tan ida por el efecto del alcohol que eso poco le importaba.
—¿Eso importa? —le contestó algo grosero, pero, ¿Quién era él para decirle que hacer?
Después de varios tragos más por fin decidió ir a bailar, rápidamente se mezcló entre las cientos de personas que bailaban desenfrenadamente; había algunos que parecían haber olvidado que estaban en un lugar público y estaban prácticamente teniendo sexo en el piso de madera de la sala de estar, mientras otros estaban demasiado drogados para siquiera saber su nombre.

En verdad necesitaba estar tomado o drogado para no pensar en esa persona que tanto le había hecho daño, para olvidar que la extrañaba. Pero, a pesar de las miles de cosas que había ingerido, los recuerdos de su amada Cassie besándose con Frank lo atormentaban.
Necesitaba olvidarla con otra persona. A Guillermo siempre le había parecido estúpida la expresión de "un clavo saca a otro clavo", pero en esos momentos quería tirar todo por la borda y estar con la primera persona que se le cruzase. 

Comenzó a mover provocativamente su cuerpo al compás de la música y no pasó mucho tiempo cuando sintió unas manos enrollarse en su cintura. No le importó en lo absoluto el hecho de que alguien se restregase contra él al ritmo de la música, pero sí que esos brazos que lo rodeaban eran demasiado grandes para ser de una chica.
Rápidamente se giró para ver a la persona con la que bailaba y su rostro se quedó en blanco al ver a nada más ni nada menos que Samuel de Luque, o mejor dicho, Vegetta.
Él siempre había sido de sus más grandes amigos, pero ahora, sin saber por qué, le parecía malditamente atractivo.
Nunca le habían atraído los hombres, pero Samuel era otra cosa; era alguien que le hacía perder todos los estribos. 
Muy poco le importó que fuese su mejor amigo y un hombre, estrelló sus labios contra los suyos, uniéndolos en un beso apasionado.
—Es para dejar de pensar en ti —se dijo a sí mismo, como si su ex lo pudiese escuchar a través de sus pensamientos.

Ninguno de los dos estaba en sus cinco sentidos; muy apenas recordaban quiénes eran y dónde vivían, pero eso no era impedimento para que restregaran su cuerpo uno con el otro.
Guillermo no pudo reprimir un gemido cuando la lengua del mayor se deslizó en su boca, recorriendo cada parte de ésta.
Ambos chicos sabían que su encuentro no bastaría solo de besos en medio de la sala de estar; estaban más que dispuestos de llegar mucho más allá de eso.
Samuel llevó al menor a una de las habitaciones de la planta alta que afortunadamente se encontraba desocupada.

No desaprovecharon ningún momento tratando de encontrar explicaciones a la enorme atracción sexual que sentían.
Guillermo se encontraba concentrado en desabrochar los botones de la camisa del mayor mientras que éste quitaba el pantalón del contrario. En cuestión de segundos ambos se encontraban en ropa interior.
El roce de sus pieles desnudas les sacaban más de un suspiro a ambos y sus crecientes erecciones rozaban, sacándolos de quicio.
Samuel se dedicó a besar cada centímetro del cuerpo de Guillermo, mordiendo y lamiendo desde su cuello hasta sus muslos. Dejó varias marcas que difícilmente desaparecerían y cuando llegó al pene del menor, lo acarició lentamente, depositando pequeños besos húmedos en él antes de meterlo de lleno en su boca.
La sensación de tener su miembro palpitante en la boca caliente y húmeda de Samuel le hacía sentir cosas que nunca antes había llegado a sentir.
—Agh, Sa-Samu —gimió enredando sus dedos en la cabellera del contrario.
Éste dejo de chupar cuando sintió el líquido pre-seminal en su boca; no quería que se corriese tan pronto.
El mayor se colocó entre las piernas de Guillermo, dirigió dos dedos a la boca del contrario y éste los chupo, asegurándose de dejarlos bien ensalivados.

One Shots (boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora