Just One Belief [Kookjin]

Here you are

"Las carcajadas que resonaban en mi pecho nunca fueron mías, eran el eco de quien me observaba desde afuera."

Una razón, tal vez solo necesitaba una razón, un motivo.

Pues su amor no lo era, ¿este siquiera tuvo un principio? Si lo tuvo no albergó miras a ser longevo, no poseyó oportunidad de pensar en un futuro por más que ella se esforzó por dárselo, por más que se dejó la vida en construirlo y sin embargo este nunca volvió como recompensa a sus manos.

¿Qué tipo de semilla había alimentado entonces?

Porque llegó a querer a ese hombre más de lo que llegó a ambicionar cualquier cosa en el mundo, tanto así que llegó a aferrarse a su propia decisión porque los modos no importaban si al final lograba obtenerlo para ella misma, si podía presumirlo ante la multitud que los coreaba y miraba con envidia y admiración, si era ella quien le tomaba la mano mientras oía con satisfacción los suspiros de quienes ansiaban obtener lo mismo que ella, deseando apoderarse de lo que había alcanzado, deseando pisar las mismas huellas que había recorrido, pero estaban equivocados en su expectativa si creían que lo entregaría, puesto que ella desde un inicio había "sentido" el poder y valor en él, en esos distantes ojos oscuros que en ocasiones albergaban profunda pureza, y fue cuando notó esa debilidad que supo que lo obtendría... y que sería de ella para siempre, hasta que ella lo decidiera, porque en esa mirada no solo había fuerza, también había soledad e incluso una pizca de ingenuidad...

Y sin embargo ese mismo hombre que creyó inocente, iluso y sencillo de pensamiento... en realidad no era lo que creyó.

Porque la traicionó, la idiotizó y usó, porque ese desalmado ser desde el inicio... Nunca... Nunca estuvo entre sus manos como ella lo creyó.

Nunca estuvo enjaulado como ella lo deseó para sí misma, para que le perteneciera tan profundamente que no viera algo más que a la hermosa omega frente a él, para que le adorara tan lealmente que le observara como se le observa a un dios, pero contrario a lo que ella pensó, aunque se miraban entre sí a través de una fría "silueta de barrotes", tuvo que pasar tiempo para que se diera cuenta de que ese hombre que la miraba en silencio, con esa figura indiferente e "inocente" en sus facciones... en realidad la observaba desde afuera, le miraba con la condescendencia que promueve la estupidez ajena, y casi lo "escuchó" romper a carcajadas cuando ella finalmente se dio cuenta, porque ella era la única que estaba dentro de la jaula, era la única que cayó en su propia trampa, sosteniendo y cuidando prodigiosamente la llave de su propia prisión.

Y ahora lo entendía.

Porque antes de volver, entretanto estaba atendiendo sus asuntos, no le extrañó, no le preocupó, porque el peso y sonido que su jaula le proveía siempre la acompañó, tampoco pensó más allá de su propia existencia ya que la seguridad que sentía dentro de su prisión era suficiente y no obstante cuando los rumores y finalmente las noticias de que alguien estaba allí para él llegaron a sus oídos, lo "escuchó"... el tintineo de esos "barrotes" fue evidente, tan evidente que de repente estos se cerraron aún más a su alrededor, y sintió que algo retrocedía en ella, asfixiándole, pagándole con su propia obsesión, burlándose de la devoción que pensó que recibía... cuando en realidad era ella quien la entregaba, y se sintió... tremendamente furiosa, lloró amargamente y derribó todo lo que estuvo a su alcance, porque la jugadora en realidad había sido el juego, porque era verdad que en una contienda solo había un ganador y contrario a lo que pensó... no había sido ella, nunca fue ella.