Capítulo 15

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Busan, febrero de 1821

Querido J:
He sabido de Bang, esa bestia de hombre y de lo que te ha hecho. Es atroz, por supuesto. Nadie creería que él pudiera ser tan odioso, nadie excepto Ho Seok y yo. En cuanto a Seok ha estado buscándote. Rezo para que él te encuentre rápidamente.

Siempre: T

(Carta no enviada)

1831

El gancho de izquierda de Yu Gyeom era malvado y bienvenido. Pero sobre todo merecido.

Conectó con la mandíbula de Jungkook, haciéndole tirar hacia atrás la cabeza y enviándole dando bandazos contra un poste de madera del borde del ring de boxeo en el sótano de The Angel.

Jeon se agarró antes de caer al suelo cubierto de serrín, sus ojos encontraron los de Park sobre las cuerdas del ring, antes de levantarse y volverse para enfrentar a su contrincante.

Yu Gyeom bailoteaba de un pie al otro mientras Jungkook avanzaba.

—Eres un tonto.

Jeon ignoró las palabras y la verdad en ellas, tirando un puñetazo que habría talado un roble.

Yu Gyeom se agachó rápidamente e hizo una finta para apartarse antes de que una brillante sonrisa estallara.

—Eres un tonto y estás perdiendo tu toque. ¿Tal vez con los donceles también?

Jungkook asestó un golpe rápido en la mejilla de Kim, disfrutando el sonido del puño sobre la carne.

—¿Qué tienes que decir ahora sobre mi toque?

—Un puñetazo medio decente —ofreció el contrario con una sonrisa, desplazándose hacia la izquierda, fuera del camino de la segunda trompada de Jungkook —. Sin embargo, tu esposo se fue a casa con Nam, así que no puedo hablar de eso.

Jungkook maldijo y fue tras su amigo, varios centímetros más alto y ancho, pero Jeon más que compensaba la diferencia con velocidad y agilidad, y esta noche, a fuerza de pura voluntad.

Atacó sin dudarlo, los puños, envueltos en un trozo de lino, ansiosos por conectar con el torso desnudo del hombre más grande.

—No te burles de él, Kim —dijo Jimin del otro lado del ring, rebuscando en una pila de papeles y solo medio atento al combate—. Está teniendo una noche bastante difícil.

El Señor sabía que era verdad.

Había dejado que Taehyung se fuera a casa. Había sido la cosa más difícil que jamás había hecho.

Porque lo que realmente quería hacer era el amor con él en el suelo de las habitaciones de los propietarios, con la luz del otro lado del cristal policromado bañándolo en una miríada de colores. Hubiera querido probar que nunca había tenido la intención de deshonrarlo.

Por cierto, la idea de que lo hubiera deshonrado lo hacía sentirse como una docena de distintos tipos de culo.

El puño de Yu Gyeom conectó con su mandíbula en un derechazo perfecto y Jeon se balanceó sobre los talones.

—¿Por qué no vas tras él? —preguntó el pelinegro, esquivando los puños de Jungkook y regresando para asestarle un golpe rápido en el pecho—. Llévalo a la cama. Eso, por lo general les hace sentirse mejor, ¿no?

Jeon no podía decirle a su amigo que en principio, tomar a su esposo en la cama lo había llevado a esta situación.

—Cuando encuentres un esposo o esposa, podrás brindar todo el consejo que gustes.

𝐄𝐯𝐞𝐧 𝐢𝐟 𝐢 𝐝𝐢𝐞, 𝐈𝐭'𝐬 𝐲𝐨𝐮¹ °ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora