Capítulo 9

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Busan, mayo de 1816

Querido J:
Solo una fugaz nota hoy para decirte que todos pensamos en ti, yo más que nadie. Le pregunté a mi padre si podíamos ir a Seúl para una visita, y por supuesto él me respondió que no sería apropiado, ya que no somos familia. Algo que en verdad es tonto. Siempre te he considerado mucha más familia que a algunos de mis hermanos. Definitivamente mucho más familia que a mi tía.
Ho Seok estará en casa para sus vacaciones de verano. Estoy cruzando los dedos para que tú también puedas acompañarnos.

Siempre tuyo: T

(Sin respuesta)

1831

Durante la noche de su boda Jeon salió de su residencia en la ciudad, casi inmediatamente después de depositar a su nuevo esposo en el interior y se dirigió a The Fallen Angel.

Mentiría si dijera que no se sentía un poco zopenco por dejarlo con tanta prisa, en una nueva casa, con un nuevo personal y nada que le resultase familiar, pero él tenía un único e inamovible objetivo, y mientras más rápido lo alcanzara, sería lo mejor para todos.

Enviaría el anuncio de su matrimonio al Times, conseguiría casar a los hermanos de Taehyung y tendría su venganza.

No tenía tiempo para su nuevo esposo.

Ciertamente no tenía tiempo para sus sonrisas tranquilas, su lengua rápida y el modo en que le recordada todo lo que había perdido. Sobre todo aquellas cosas a las que él les había dado la espalda.

No había ningún espacio en su vida para que hablaran. Ningún espacio para estar interesado en lo que el rubio tenía que decirle. Ningún espacio para encontrarlo divertido o preocuparse un poco por la forma en que el doncel se sentía con respecto a sus hermanos o el modo en que se había enfrentado a su compromiso roto algunos años atrás.

Y definitivamente, no había ningún espacio para que Jungkook deseara asesinar al hombre que había roto aquel compromiso y lo había hecho dudar de sí mismo y de su valía.

No tenía importancia que Taehyung pusiera flores sobre las tumbas de sus padres en Navidad.

Mantenerse a distancia de él era esencial; era la distancia lo que establecería los parámetros de su matrimonio, concretamente, Jungkook mantendría su estilo de vida y Taehyung se construiría una propia, y aunque se encargarían juntos de casar a sus hermanos, sería por sus propias y particulares razones.

Así que lo dejó con los ojos soñolientos, arropado aún en su capa de viaje y se dirigió a The Angel, haciendo todo lo posible para ignorar el hecho de que Taehyung estaba solo durante su noche de bodas, y que él mismo sufriría un tormento extra en el infierno por abandonarlo de esa forma.

Cuatro horas en un coche, y ya era demasiado blando con el doncel.

Respiró hondo, disfrutando de la humedad glacial del aire nocturno, de la densa y amarillenta niebla de enero mientras conducía hacia The Angel, mientras un puñado de vendedores ambulantes permanecía bajo la luz menguante, surgiendo de entre la niebla cuando solo estaban a un brazo de distancia. No intentaron hablarle, sus instintos bien afilados les decían que él no estaba en el mercado para lo que ellos vendían. En cambio, se esfumaron tan rápidamente como habían aparecido, y Jungkook avanzó sin más obstáculos hacia el gran edificio de piedra.

El club no estaba abierto aún, y cuando atravesó la entrada de los propietarios hacia el salón de juego, se sintió agradecido por la falta de compañía en el cavernoso cuarto. Había linternas encendidas alrededor del salón, y un puñado de criados completaba su día de trabajo fregando la alfombra, puliendo candelabros de pared y quitando el polvo en las obras de arte enmarcadas en las paredes.

𝐄𝐯𝐞𝐧 𝐢𝐟 𝐢 𝐝𝐢𝐞, 𝐈𝐭'𝐬 𝐲𝐨𝐮¹ °ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ°Where stories live. Discover now