21| Cabos sueltos.

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Me siento como un robot, manipulado solo por las palabras de los demás y sensaciones sin una explicación racional. Perdida en el mar de recuerdos incompletos.

Pero no voy a permitirlo. Esta situación no acabará conmigo.

Salgo al balcón y miro más allá de la valla, hacia el bosque. Tomo una bocanada de aire y tras poner los pies en el barandal de mármol, balanceo mi cuerpo y de un impulso, salto con todas mis fuerzas.

Mis mejillas y parte de mis brazos y torso sufren algunas rasguños con las ramas de los árboles antes de que mis pies toquen el suelo. El peor momento sin duda es llegar a caer, incapaz de sostener mi cuerpo me desplomo con los brazos chocando en la húmeda yerba de la mañana y rodando algunos metros hasta poder detenerme.

Mis piernas tiemblan por el impacto. De mi boca escapan jadeos por el dolor. Logro apoyarme en en un árbol como ayuda para erguirme y descanso mi espalda en la corteza de un árbol. Algunas lágrimas caen mientras me abrazo a mí misma.

Todo el estrés acumulado de estos días salta sobre mí. Sentirme despreciada tras un beso de Alex. La traición de Bjorn. La resurrección de mi padre. Alex siendo el culpable. La posibilidad de un enemigo todavía entre las sombras. Los recuerdos sobre mi horrible pasado...

Solo cierro los ojos y alejo cada pensamiento hasta poder conseguir fuerzas para ponerme de pie.

🥀🥀🥀

— ¡Mamá! — chilla Ámber cuando entro a mi comedor privado.

Está tomando la merienda junto a Alice. Ambas son fanáticas de los dulces y desde que robamos a Martin han tenido la capacidad de comer con plena libertad.

Ámber tiene la cara llena de azúcar glass proveniente de los panecillos dulces en sus manos. Si, tiene uno en cada mano. Hay un baso con chocolate frente a ella y la veo balancear los pies en la silla mientras me acerco a tomarla en brazos.

Ella deja uno de los panes en su plato antes de envolver sus bracitos a mi alrededor. Su olor a frutas del bosque inunda mis fosas nasales cuando la tengo entre mis brazos.

— Casi me abandonas otra vez — se queja al separarnos un poco la una de la otra.

Tiene el ceño fruncido al igual que sus labios. Beso su frente y ella ríe. Con mi nariz, acaricio la suya, borrando finalmente cualquier rastro de enfado en ella.

— Perdona por haber tardado, mamá tuvo... conflictos.

— ¿Te has hecho daño, mami? — demanda, acercando sus manos a mi cuello, hacia las marcas de Alex.

— Sí, algo así mi amor.

Alice observa el momento en silencio pero veo sus mejillas encenderse, ella sabe que no son heridas en realidad.

Mientras Ámber se esconde en mi cuello y toma un mechón de mi cabello con una de sus manos, la presión en mi pecho por haber perdido a mi madre desaparece un poco. Cuando tengo a esta pequeña conmigo todo lo demás pierde peso.

— Señora, ¿se encuentra bien? Recibimos órdenes de Jade de regresar sin usted esa noche — explica Alice, poniéndose en pie.

Asiento — hablé con ella, todo está bien.

— ¿Pudo verla?¿Se encuentra bien?

Sumisa ©Where stories live. Discover now