Miedo.

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En un cuarto oscuro, se encontraba una niña que estaba rodeada por hombre grotescos. Sus ojos mostraban que sólo deseaba que todo se acabara.

Naruko se preparó mentalmente mientras seguía resistiendo, aguantando el largo beso del hombre, junto con unos toques suaves en su cuerpo. Tenía que lograr concentrarse. . . intentar concentrarse. . . 

Sólo por esta vez.

Naruko jaló brutalmente la cara del hombre y correspondió más su beso, metiendo su propia lengua en la boca del otro hasta que él también lo hiciera, después mantuvo su posición hasta que la lengua de el hombre llegara casi a su garganta.

¡Era el momento!

La suave boca de naruko dio en un segundo un mordisco bestialmente fuerte, sintió como la carne se despedazaba dentro de ella, el hombre terminó por arrancar los últimos hilos de carne al alejarse rápidamente, puso su mano en su boca, pero la sangre se filtraba con éxito por sus dientes y dedos.

Las comisuras de los labios de la rubia parecieron elevarse un instante, después votó el trozo de carne que se hallaba en su boca.

El hombre distorsionó su expresión hasta que fuera demasiado horrible para mirar. 

Naruko sintió un poco de miedo al ver su rostro horripilante y lleno de ira, pero definitivamente haberle hecho les hizo tener más precaución, en ese tiempo en el que ellos dudaran ella tendría tiempo para acumular su chakra y así poder defenderse. . . 

Intentó concentrarse y acumular todo su poder, pero ¡no salía nada! por alguna razón, no sentía que tuviera el control sobre ninguna gota de su chakra, intentó arreglarlo como pudo, pero era demasiado tarde.

En vista de su situación no podía esperar a que llegaran naturalmente, ahora no le quedaba de otra que intentar sobrevivir sin poderes. . . sin ventajas, ni ninguna ayuda, justo como una pequeña presa.

Completamente resignada miró un instante lo que le esperaría y con gran grito de desahogo comenzó a correr hacia ellos.

Apretó sus puños con gran rectitud mientras ella seguía en camino, los hombres tenían mucha confianza en su fuerza y, de igual forma, se lanzaron al ataque. Naruko esquivaba y atacaba, como sus golpes eran sin chakra ni fuerza extra, podían ser sólo un empujoncito para los formidables cuerpos de estas personas, pero para ella cada golpe que lograban conectar, ya sea porque fueron inevitables o por otra razón, era abrumador.

Su gran debilidad era su perdición, tenía que conseguir un arma rápido si esperaba salir viva de esa habitación.

No esperaba que justo después de desear un arma, uno de los hombres sacara un cuchillo de sus pantalones que estaban en el suelo. Al ver la brillante y afilada hoja del cuchillo su corazón comenzó a palpitar fuertemente. Su mirada se desvió hacia la mano de ese tipo y lo mismo pasó con su cuerpo, que corría sin descanso para alcanzarlo, el hombre rápidamente se percató y se cubrió por puro instinto, ella intentaba coger el arma mientras forcejeaba, pero como no tenía fuerza suficiente para ganarle miró hacia algún lugar desprotegido,  sin pensarlo cogió uno de sus testículos y lo apretó hasta reventarlo, el cuchillo le fue arrebatado junto con la mitad de su hombría.

Sostuvo con gran fuerza el mango de su salvación, cortando a su paso todo para poder escapar, incluso estacando cualquier cabeza para por fin poder ver la luz de la salida, una luz inexistente, pero que podía percibir. 

Al ver por fin la puerta sintió como una sombra a su espalda crecía, una mano pronto la alcanzó por la espalda y le sujetó su cuello. Sintió como fue jalada repentinamente hacia atrás. . . otra vez. . . otra vez fue arrastrada por las personas de esa maldita aldea, igual que antes, todo se repetía.

Naruko y solo NarukoWhere stories live. Discover now