Stripers.

39.3K 2.1K 308
                                    

#Marcos

Me tengo que salir de la habitación para evitar sentirme un ñoñas ahí. Ver a mi hija tratar como a un abuelo al único hombre que se ha hecho cargo alguna vez de mí, me remueve. Ramón no solo se había asegurado todos estos años de cuidar a mi familia, sino que también me ha criado como él hijo de puta de Ignacio no supo hacer... incluso ha matado por mi, joder, que no es ninguna broma. Que no estamos en una película ni en un libro de ciencia ficción, que ese hombre de sesenta años que está ahí se ha jugado todo y más por mí.

- Me encantas cuando te pones sensible - escucho decir a mi mujer mientras pone sus brazos en mis hombros y me rodea el cuello desde atrás. ¿En qué momento ha salido de la cocina?

- No estoy sensible, solo quería fumarme un cigarro - digo cogiendo una de sus manos parra arrastrarla conmigo a una de las hamacas del jardín.

- ¡Espera! - dice ella riendo mientras la siento sobre mis piernas sin esperar ni un segundo a que se estabilice, la quiero conmigo - Estás loco.

- Por ti.

Y lo digo de verdad, joder. Mi mujer con veintiséis años y dos partos, estaba más buena que muchas jóvenes de revista. Era cierto que el segundo parto le había cambiado algo más la forma del cuerpo, pero no llevaba ni dos meses adaptándose, ahora solo tenia un poco más de curvas... que me volvían un completo desquiciado. Pero para colmo la miro y es que pienso en lo guapa qué es, en lo mucho que me gusta que solo sea mía y en partirle la boca a cualquiera que se metiese de por medio. Yo ya había tenido bastante de eso...

- Lili me ha mandado un mensaje, quiere que todas vayamos de blanco esta noche - Mía me observa con detenimiento mientras me acaricia la nuca. Quiere mi aprobación, necesita mi aprobación para ir a esa jodida despedida de soltera que Emma le ha organizado a Lili. Y por mucho que me tienten las ganas de decirle que no, que no quiero que vaya a ninguna parte donde se le puedan restregar tíos por todas partes... joder, mejor ni lo pienso.

- ¿Vais de novia o algo así? - Ella me dirige una pequeña sonrisa, sabe que me estoy esforzando por no soltar cualquier barbaridad por mi boca.

- Sí, no lo sé. Supongo que es algo de eso. ¿No te importa no? - Ahí está, justo lo que estaba esperando. Tienes mi aprobación cielo, que bien que la pidas.

- Claro que no nena, tú puedes hacer lo que quieras. Yo no soy nadie para decirte que no vayas a un sitio u a otro. Además, aprovecharé para hacer algo con los niños.

- Sí, creo que Olivia está un poco triste por la atención que está recibiendo su hermano. Hasta hace poco ella era el único centro de atención, la niña pequeña de la casa.

- Se le pasará - digo antes de darle un beso. Joder, como me gustan sus besos.

- Si quieres puedes dejar a los niños con tu madre y quedarte con Ryan, ella estará encantada.

- No, prefiero quedarme yo con ellos y ya mañana veré a Ryan en su despedida de soltero. No sabes la que está formando Emett, espero que no se le vaya mucho la pinza - le digo a mi mujer riendo, pero parece que no le ha hecho ni una pizca de gracia.

- Bueno, entonces tú te quedas con los niños para que hoy vaya yo a la despedida de Lili y mañana me quedo yo con ellos para que vayas tú a la de Ryan - me dice poniéndose en pie, ¿qué? ¿Porqué se va? ¿He dicho algo malo?

- Si, nena. ¿A dónde vas? - pregunto confundido mientras la miro de arriba abajo. Joder que ganas tengo de tener un rato a solas con ella, se me pone la polla dura todo el tiempo, joder.

- Tú hijo tiene hambre, ¿no lo escuchas?

Y enseguida me doy cuenta de que Evan está llorando a todo pulmón desde la cocina. Joder, ¿como es capaz Mía de hipnotizarme hasta el nivel de no escuchar llorar a mi propio hijo? ¿Y porqué Carmen o mi madre no le dan un biberón de los que hay en la nevera y dejan que mi mujer se quede conmigo?

- ¡Mami dice la abuela que Evan tiene hambre! - grita Olivia desde el salón. Mía me mira como diciendo: te lo dije. Y yo me enciendo el cigarro de una vez mientras la observo meterse en la casa.

- Ya voy cielo.

Al cielo es a donde no iba a ir yo después de todos los pensamientos que se me pasaban por la cabeza al ver a mi mujer caminar. Una mujer ya, ninguna niña. Completamente apetecible para mí... será mejor que deje de pensar en ella. Así que cojo mi móvil para distraerme y en cuanto veo las cuatro llamadas perdidas de Ryan, le llamo yo rápidamente

#Llamada telefónica.

- ¿Ryan?

- Marcos, joder - dice suspirando al otro lado de la línea. A este le pasa algo.

- ¿Qué pasa? ¿Ha ido algo mal con la empresa?, Ryan estoy en mi fin de semana, eso significa descanso.

- ¿Qué dices hermano? ¿Qué empresa ni que empresa? - me contesta como si yo le hubiese soltado la tontería más grande de este mundo. ¿Este es tonto o qué? ¿Es que me está buscando la boca?

- ¿Qué cojones estás diciendo Ryan? ¿Se puede saber que te pasa esta mañana?, me estás poniendo muy nervioso.

- Pues que al final me tengo que quedar esta noche con Isabella -dice fastidiado.

- Ryan, Isabella es tu puta hija. No me jodas.

- ¿Qué? ¿Qué dices tío? ¿Te crees que me cuesta pasar tiempo con mi hija?, claro que no me cuesta pasar tiempo con mi hija. No tiene ni un año y ya me quiere más que a su madre. - Yo me río sabiendo que eso no es verdad, pero mejor no sé lo digo.

- Entonces, ¿qué pasa? - pregunto con ganas de espabilarle un poquito.

- Que si me quedo con mi hija es porque va a haber despedida, si Lili tiene una despedida, va a ver tíos. ¿Me entiendes hermano?

- Sttripers - le digo tajantemente. A mí tampoco me ha ninguna gracia.

- La putada es que no le puedo decir nada, porque nosotros tenemos la mía mañana y seguro que será incluso peor - me froto los ojos pensando en lo poco que le va a gustar a Mía todo esto. - Bueno, que esta noche dormiremos Isabella y yo en tu casa. Adiós hermano.

- ¿Qué? -Y me cuelga.

#Fin de la llamada telefónica.

- Será gilipollas.

TUYA (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora