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¿𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐞𝐬 𝐚 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧? -ladeó su cabeza dirigiéndose hacia su mejor amigo quien miraba tranquilamente el cielo que comenzaba a colocarse cada vez más gris-
claro que si, quien no conoce a Mikasa Ackerman -respondió seguro de su res...
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❁ཻུ۪۪┊
— Mai... — escuchaba una voz desde lejos que repetía mi nombre junto con unos pequeños movimientos — Mai, Christa está llorando y no sé qué hacer — ¿Christa?... oh.
rápidamente abrí mis ojos escuchando el llanto de mi pequeña hija, quien estaba en brazos de mi esposo — lo lamento, Cariño, me quedé dormida con los ojos abiertos — solté una suave risa y me sonrió levemente negando.
— está bien, sólo que aún no se cómo hacer que dejen de llorar, es difícil — acaricié la mejilla del chico quien se veía preocupado mientras miraba a la pequeña en sus brazos, tomé con cuidado a la Bebé dándole un beso en la frente.
— ¿qué pasó, Bebé? ¿papá no te sonríe? — y la pequeña entre sollozos hizo un puchero, miré con mi ceño fruncido al hombre quien desviaba la mirada tratando de ignorarme — Levi, te dije que fueras amable con los niños, ellos piensan que no los amas. —
— ¡pero, Mai! — habló el cruzándose de brazos y sentándose en el sofá, me senté a su lado colocando en mis piernas a la pequeña — yo los amo, a ellos y a ti pero no sé cómo tratarlos..
su voz sonaba triste así que sólo atiné a tomar su mano, el me miró y yo le sonreí — con el tiempo irás aprendiendo, yo tampoco sé cómo ser una buena madre pero los dos daremos lo mejor para que nuestros hijos sean felices ¿si? — el asintió soltando un suspiro y besando mis labios cortamente.
de la nada otra pequeña niña entró corriendo a la casa, miró hacia todos lados hasta que al fin pareció encontrarnos, ella hizo una expresión entre indignada y triste, fue hasta nosotros cruzándose de brazos, nos miró a los tres con el típico rostro serio (ella había salido a su padre) se tiro encima de mi esposo haciendo que el se quejara pero aún así sostuvo a Isabel con sus brazos.
— Mamá, ¿tú quieres más a Christa? — preguntó la pelirroja aferrándose a su padre quien sonreía enternecido por el comportamiento de su pequeña hija, ella era la celosa de la familia.
— ¿cómo crees, mi amor? yo los amo a los tres por igual — ella ladeó su cabeza mostrando tres de sus deditos, asentí besando su pequeña manito — a ti, a Christa y a tu padre, los tres son mi razón de vivir — ella sonrió mostrando sus dientes y se bajó del sofá.
— ¿puedo ir a jugar con Connie y Sasha?, vinieron a buscarme — habló ella juntando sus dedos índices viéndose tierna, yo solo asentí pidiendo que se acercara a mi, planté un beso en su frente y ella se fue corriendo.
