HARDEST TO LOVE / levi ackerman x oc fem !

𝖼 𝖺 𝗉 𝗂́ 𝗍 𝗎 𝗅 𝗈 𝟣𝟣

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ya era mediodía y debo admitir que no dormí casi nada, pero tengo una buena razón y es que hoy tendría mi primera cita a mis diecisiete años aunque no era nada en el sentido romántico me emocionaba, mientras desayunaba miraba a mi madre quien estaba preparándose algo de comer.

— te despertaste temprano en tu día libre, eso nunca pasa, ¿es que acaso vas a salir con un chico? — me atraganté con el café que estaba tomando mientras tosía ella me miraba con una sonrisa pícara, ¿por qué no me ayuda? ¿cómo lo sabía? era una bruja.

me calmé y pude pronunciar al fin palabras — voy a salir con un chico, pero no es nada romántico sólo saldremos como amigos, como cuando salgo con Farlan — le expliqué y ella cambió su expresión a una aburrida, me encogí de hombros y al ver la hora me levanté de donde estaba — debo irme, nos juntaremos en el centro.

mi mamá asintió llevándose lo que parecía omelette al sofá, de seguro ya iba a comenzar su serie y no se la perdía por nada en el mundo, me eché una ultima mirada en el espejo y según yo me veía bien, llevaba unos jeans sueltos en la parte de abajo pero ajustándose bien a la cintura, una playera básica y unas vans negras, me coloqué un poco de perfume para al fin salir de la casa no sin antes tomar las llaves de la casa, fui caminando mientras miraba a todas partes, personas caminando relajadamente mientras otras parecían ir tarde al trabajo, me gustaba caminar ya que de alguna forma me relajaba pero también llegaba a cansarme demasiado rápido, eso era lo único que odiaba de mi, pensando se me hizo aún más corto el camino y llegué al centro de la ciudad, lo busqué con la mirada y lo encontré, era como si se estuviese escondiendo de las personas pero ignore ese hecho yendo hacia el.

— ¡tonto Levi! — grité haciendo que me mirara, sus ojos... sus ojos parecían tristes pero de seguro el no iba a contarme nada, el siempre trataba de ocultar su tristeza y me di cuenta con solo ver sus ojos.

— tonta Mai — dijo el en tono relajado haciéndome sonreírle, tomé una de sus manos y comencé a caminar obligándolo a seguirme, en cuanto salimos del pequeño callejón donde estaba escondido Levi era como si no existiéramos, es raro de explicar pero sentía como si fuéramos unos fantasmas para todas las personas que pasaban por allí.

llegamos a una gigante heladería, de colores pasteles que lo hacía ver cómo un jardín infantil pero de seguro habían sólo personas mayores allí adentro, cuando caminé queriendo entrar Levi no avanzaba, confundida me giré a mirarlo y el estaba cabizbajo, ¿que pasaba? ¿acaso tenía un extraño trauma que no lo dejaba entrar a heladerías?

— Mai.... ¿podrías comprar tu los helados, por favor? — esa mirada otra vez, triste, el estaba triste y aunque quisiera ocultarlo sus ojos le jugaban en contra, solo asentí soltando su mano — menta.

— entonces menta para el tonto Levi — me repetí a mi misma entrando a la heladería ¡era tal y como imaginaba! ningún Niño adentro, solo personas mayores que disfrutaban los ricos helados.

compré los dos helados mirando todos los distintos sabores que habían, incluso de nombres raros pero que se veían deliciosos, luego volvería a venir para probar todos esos sabores, esa era mi meta desde ahora, salí sonriente extendiéndole mi mano con el helado de menta a Levi quien me esperaba apoyado en la pared, el aceptó gustoso el helado comenzando a comerlo rápidamente, se veía tierno.

— ¿hace cuanto que no comes un helado? — el me miró por un momento mostrándome cuatro dedos, ¿cuatro semanas o días? no era adivina pero lo dejé ahí ahora siguiéndolo a él quien había comenzado a caminar.

— ¿conoces el puente donde se ve todo? — asentí riéndome del nombre que le habían puesto al puente, ¿no tenían al menos un poco de imaginación? supuse que ahí era a donde nos dirigíamos.

y así era, acá estábamos, en el gran puente donde se veía literalmente toda la ciudad, miraba de reojo como el parecía encantado con aquella vista y sonreí enternecida, el era un niño en el cuerpo de un adolescente, entonces lo recordé.

— Levi, ¿tu ese día de la fiesta fuiste con Petra? — el me miró y negó soltando un 'no', entonces ahí lo supe, estaba viendo cosas donde claramente no las hay.