25. BUFANDA (Johnlock)

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Martes, 27 de octubre de 2020, 16:35 (UTC - 3) PY

El día había amanecido extremamente frío y nublado, pero John no se preocupó en usar gorros, guantes o bufanda, una chaqueta sería lo suficiente para una jornada. Obviamente no esperaba que el día se pusiera aún más frio, haciéndole temblar en el camino al colegio. En pocos minutos sus manos se habían puesto de color morado, su respiración se dificultaba por el frío, y a pesar de haber ido caminando, eso no era suficiente para que entrara en calor.

Se arrepintió amargamente por no abrigarse bien, posiblemente si sobrevivía a ese terrible frío al día siguiente tendría un resfrío que lo haría quedar en cama. Escondió sus manos en su campera tratando de calentarlas, pero tardarían un tiempo para calentarse.

El viento frío amenazaba con congelar sus orejas y se colaba por su cuello haciendo que se estremezca. ¿Cómo pudo ser tan idiota al punto de no abrigarse bien? Su malhumor empezaba a hacerse presente y empeoraba con cada paso que daba, tendría que aguantar toda la jornada escolar de esa forma.

Estaba caminando perdido en su miseria cuando chocó contra algo muy suave; no algo, alguien. Chocó contra ese chico raro de su salón, el cual iba muy bien abrigado y John empezaba a envidiarlo. El chico se le quedó mirando un rato y luego habló en un tono tan inocente que John no pudo procesar que había dicho.

- Disculpa ¿Qué has dicho? – John meneó la cabeza tratando de despejar su mente entumecida; el muchacho rio.

- El frío ya te está afectando. – Frunció sus labios para ocultar una pequeña sonrisa. – No deberías salir sin abrigarte bien. – Le dedicó una sonrisa mientras tomaba su bufanda para sacarla. John quedó quieto como si el frío por fin lo hubiera entumecido completamente. – Ten. – El rizado le tendió su bufanda.

- ¿Qué? – John salió de su estupor. – No, no. Es tuya, no puedo aceptarla.

- Deja de ser un insufrible orgulloso. – El muchacho se acercó a John y puso la bufanda alrededor de su cuello de modo que tapara sus orejas. - ¿Ves? ¿Acaso no es mejor así? – Nuevamente estaba ahí esa sonrisa, la cual lo dejó completamente entumecido y de esta vez realmente no podía ser el frio pues empezó a sentir un calor inexplicable en la región de su rostro. Al final, Sherlock lo acompañó hasta el colegio lanzándole miradas de entendimiento, aunque no sabía qué era lo que entendía.

FICTOBER 2020Where stories live. Discover now