13. INSEGURIDAD (Sherlolly)

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Martes, 13 de octubre de 2020, 18:22 (UTC -3) Py

Sherlock siempre creyó que los sentimientos eran defectos químicos que estaban del lado perdedor, y eso no cambió cuando la vio salir con otra persona y no cumplir con todos sus caprichos como lo hacía antes. Ella había dejado su inseguridad y se había decidido a olvidarlo, pero ahora él se sentía raro. Se había acostumbrado a tenerla haciendo cualquier cosa por él, tanto que ahora se sentía inseguro al estar en la presencia de esta nueva Molly.

Ella ya no era tan amable con él, pero había un gran motivo para eso; desde que Eurus le había puesto aquella prueba, aquella maldita prueba en donde se había dado cuenta de cosas que prefería haber dejado soterrado bajo montañas de información, ella se había vuelto más fría con él. Anteriormente no le habría importado, pero ahora lo estaba matando.

La dulce e insegura Molly había desaparecido dejando en su lugar a una profesional y fría persona, y Sherlock sabía que todo eso era su culpa. Si tan solo se hubiera dignado a mirar más que su propio ego y la necesidad de mantener su cerebro trabajando, tal vez hubiera visto todo el daño que estaba haciendo. A pesar de extrañar a la antigua Molly, el seguiría siendo él mismo, ya había perdido, no podía arreglar las cosas con ella y sería mejor dejar que ella siga su vida.

Los últimos días habían sido los más aburridos que tuvo en toda su vida, los casos eran tan aburridos que incluso Anderson podría haberlos resuelto. Eso era un problema para él, si su mente no estaba ocupada solía vagar por los pasillos de su mente y últimamente se dirigía a una habitación que había estado cerrado bajo llave durante años. Para evitar esa habitación había estado consumiendo sustancias escondido de todos, pero ese secreto no podría durar mucho tiempo.

No se acordaba bien lo que había pasado, solo sabía que se había pasado con las dosis y lo último que vio antes de desvanecerse fue a un John extremamente enojado. Sumergido en sueños inquietos, los cuales le mostraban la verdad que tanto quería ignorar, estaba ajeno a todo lo que sucedía ese día en su apartamento.

John desesperado había llamado a Mycroft quien le había prohibido llamar una ambulancia, que mejor mandaría los mejores profesionales para atender a su hermano menor, ya había llamado demasiada atención de los medios y sería mejor mantener esta recaída en secreto. Después de que los médicos lo hubieran atendido y certificado que estaba bien, John pudo respirar aliviado pero no se podía quedar a cuidar de Sherlock, pues tenía una hija que atender, por lo cual Mycroft dijo que mandaría a alguien para cuidarlo.

A la noche siguiente, Sherlock despertó sintiendo una mano cálida y pequeña en su frente. No se atrevió a abrir los ojos, seguro se había imaginado o era algún efecto de las drogas por haberse sobrepasado tantas veces. Ella no podía estar ahí, después de todo el daño que le había hecho era imposible que estuviera ahí.

Cuando sintió que la persona que estaba ahí se alejó de él y abrió la puerta de su habitación se dignó a abrir los ojos, justo a tiempo de ver la persona que estaba saliendo de ahí. Frunció su entrecejo confuso ¿acaso ella no lo odiaba? ¿Qué estaría haciendo ahí? Se levantó y se acercó a la puerta de su habitación inseguro. Escuchó una conversación entre ella y John, tal vez podría saber qué estaba haciendo ella ahí.

- Te agradezco la ayuda, Molly. – John suspiró cansado, por su tono de voz estaba muy irritado. – No sé qué habría hecho si no lo pudieras cuidarlo estas dos noches.

- No te preocupes, John. – Sherlock se sintió traicionado, ahí estaba la dulce Molly nuevamente, tan diferente a como lo trataba a él. – Tienes que cuidar a Rosie también, ella tiene suerte de tener un padre tan dedicado como tú... y Mary tuvo suerte de haber encontrado una persona que la amara devuelta.

FICTOBER 2020Where stories live. Discover now