6. TORMENTO (Merthur)

226 23 19
                                    

Martes, 06 de octubre de 2020, 09:14 (UTC -3) Py

Es increíble como un día perfecto puede terminar como una pesadilla, principalmente para mí. Desde que tengo memoria siempre he estado escondiendo quien yo realmente soy de todos, incluso cuando encontré por primera vez a Arturo tuve que ocultarle mi naturaleza mágica y solo tuve el coraje de contarle una vez que su vida estaba por terminar. Posiblemente lo habría podido salvar si él lo hubiera sabido en ese entonces.

Durante cientos de años tuve pesadillas con su muerte, esta no paraba de atormentarme y cuando ya no creía que él volvería y me conformaba con mi tormento eterno, él volvió a aparecer en este mundo. Lo encontré en el parque que solía ir cuando todo parecía perdido para mí, él estaba igual a cuando lo vi por primera vez en Camelot. Nuestro reencuentro fue parecido al primero, pero esta vez no había ninguna arma medieval de por medio.

Me pregunté porque nunca nos habíamos encontrado antes pues teníamos amigos en común, y estos queriendo que sus amigos se lleven bien organizaban salidas tras salidas haciendo que inevitablemente el tonto aceptara entablar una amistad conmigo. Creía que no podía estar más feliz hasta que Morgana decidió por nosotros que debería pasar algo más que amistad.

Al comienzo no entendía que era lo que ella quería, simplemente había asumido que era uno de sus muchos juegos para hacerle sentir celos al muchacho que ella quería, ya me había acostumbrado a ser usado por ella para ese propósito. Por lo cual no me sorprendí que en una de las salidas entre amigos ella me besara mientras bailábamos; si fuera muchos años atrás me habría molestado, pero ahora solo hacía lo que fuera para ayudar a mi nuevamente amiga.

Después de esa escena nos habíamos dirigido a nuestro grupo de amigos y ella se había sentado al lado de Gwen, quien debo confesar no se veía muy contenta en aquel momento. Al día siguiente descubriría que las dos se gustaban y luego de esa escena provocativa las dos habían empezado a salir, pero esa no era la verdadera razón por la que Morgana me había besado, pero obviamente yo no lo sabía.

Algunos días habían pasado desde aquello y Arturo se comportaba muy raro junto a mí. Pregunté varias veces a mis amigos si sabían que le estaba sucediendo, pero ellos solo se reían y decían para que observe con más atención que me daría cuenta de que le estaba sucediendo. Cansado de no obtener respuestas y de que el rubio tonto se comportara tan fríamente conmigo, una noche mientras nuestros amigos bailaban con sus parejas o personas que encontraron en el pub me atreví a preguntarle si le había ofendido para que me tratara así.

- No estoy molesto contigo. – Dijo después de una breve pausa. – Estoy molesto conmigo mismo. – No entendía que quería decir ¿Cómo alguien podría estar molesto consigo mismo y descontar en otra persona? Aunque tratándose de Arturo todo era posible. – No entiendes ¿verdad?

- Podrías explicarme. – Le dediqué una sonrisa y él me quedó viendo por unos instantes antes de responderme.

- No quiero alejarte de mí, tu amistad es importante para mí. – Dijo un poco bajo por lo que tuve que acercarme para escucharlo bien. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que habíamos estado tan cerca uno del otro, y por unos momentos no pude decir nada, pero luego me recompuse y con una sonrisa traté de convencerlo que me lo cuente.

- No creo que algo pueda alejarme de ti, cabeza de chorlito. – Me mordí el labio nervioso, no entendía porque estaba tan nervioso. Me miró por unos momentos a los ojos y luego tomó coraje y empezó a hablar.

- Estoy enojado conmigo mismo porque se supone que solo somos amigos, pero cuando te vi besando a Morgana sentí algo que nunca antes había sentido. – Hizo una pausa y respiró hondo antes de continuar. – Lo que sentí fue celos, y me enojé porque no tenía el coraje de decirte cualquier cosa, fui un cobarde por miedo a que te alejaras de mí. – En ese momento un torbellino de emociones me atacó, tarde unos minutos en asimilar lo que Arturo me había dicho. – Mejor olvídalo, no debí decir nada. – Iba a alejarse cuando tomé su rostro y lo besé.

Esos recuerdos son los que me mantienen cuerdo ahora que estoy en la sala de espera del hospital, deseando desesperadamente que la operación para la retirada de la bala sea exitosa. Habíamos cumplido cinco años de noviazgo y decidimos conmemorarlos con una salida al mismo pub donde todo empezó.

Pero parecía que el destino no quería darme un descanso, al salir del pub fuimos atacados por bandidos, y él protegiéndome tomó la bala por mí. Los bandidos huyeron y mientras trataba de salvar a Arturo algunas personas que vieron lo que sucedió llamaron una ambulancia. Nuevamente mi magia no era suficiente para salvarlo, nuevamente debía pasar por el tormento de la incertidumbre.

Cuando pregunté por él, una enfermera me había dicho que aún estaba en cirugía, que esta era muy delicada y riesgosa, y que cuando terminara el doctor encargado hablaría conmigo. No podía pasar por su muerte repentina nuevamente, no podía perderlo nuevamente, las lágrimas bañaban mi rostro por la angustia de la espera. Mi corazón no aguantaría pasar por ese infierno nuevamente, no nuevamente el tormento de la vida eterna mientras mis amigos mueren uno a uno, empezando por el amor de mi vida.

FICTOBER 2020Where stories live. Discover now