Capitulo 27

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La carta que recibí de Ian en la mañana fue muy inesperada, cuando la recibí he pensado que era otra vez una carta de SAE.
Anoche prácticamente no pude dormir. Apenas cerraba los ojos, me levantaba de un salto pensando en que él me estaba viendo.
Hoy podía decir que era de esos días en donde quería que la tierra me trague, y aunque siempre creí ser valiente creo que de vez en cuando huir también ayudaba. Quería huir. Alejarme y no hacer daño a nadie. Me sentía débil, vulnerable y lo único que quería era acurrucarme entre los brazos de Ian y contarle todo. Yo sabía que Ian me protegería de cualquier cosa, pero no quería que él también salga lastimado.
Me vestí lo suficientemente desaliñada como para que Kaleb y Ema se den cuenta que estaba de malas.
La Universidad hoy era un alboroto. Todos corriendo de un lado a otro.
La votaciones fueron en línea, por lo tanto el proceso fue muy rápido.
Ian estuvo impresionante en el debate, sin lugar a duda estuvo mucho mejor que Alan. Mientras los comentarios de Alan eran vacíos, Ian hablaba con fundamentos. Definitivamente es una de las personas más brillantes que he conocido.
Mientras estábamos en el campus con Ema y Kaleb, miraba a todos lados. «¿Quien podrá ser?» «Me está viendo ahora?» me preguntaba a mí misma, no podía entender cómo esa persona pudo seguirme hasta Santa Val sin que me de cuenta.
—¿ Anna estas bien? — Me preguntó Kaleb. Estábamos sentados en una de las butacas del área verde de la Universidad, esperando que den los resultados.
—Te iba a preguntar exactamente lo mismo, te siento distraída Anni. — Agregó Ema. Estaba con la nariz tan roja que parecía que sangraba. Ian me había comentado que el frío en el mes de Diciembre se intensificaba aún más.
—No, no es nada. — Mentí. Estaba enfocada en un chico que estaba con su celular. Sospechosamente llevaba un buen tiempo ahí, justo delante mío.
Ambos regresaron a ver al chico de reojo y me miraron a mi nuevamente. —Solo estoy nerviosa de los resultados. — Volví a mentir.
—Si Ian no gana es porque hubo trampa. — Comentó Kaleb.
—Tranquila Anna, aún así, todos sabemos que Ian es mejor opción para el puesto. Alan es un canalla. — Dijo Ema. A pesar que estaba con guantes colocaba sus manos alrededor del vaso lleno de té caliente que estaba tomando.

«¿En dónde estas?
En un momento dictaran los resultados»

Me escribió Ian.

Nos dirigimos directamente al salón increíblemente grande de la universidad. Si bien no tenía tantos alumnos como una Universidad Estatal, seguía siendo una cantidad considerable y aún así sobraban asientos.

«Ya te vi, te amo»

Escribió Ian al verme sentada en el salón.
En toda esta semana nunca sobraron las muchas chicas que se le acercaban a desearle suerte. Aunque los celos que a veces sentía eran de una persona normal, tenía totalmente claro que algunas personas aquí son muy "caradura" como decía mamá.
Ian era muy popular, lo cual provocó que a mí también me conozcan en la Universidad, pero a pesar que todos sabían que yo era su novia, actuaban con descaro. Incluso un día una chica trató de invitarlo a salir mientras yo estaba ahí, sosteniéndole la mano.

«¿Que acaso no la conoces? Te presento. Ella es mi novia Anna Llobet. »

Recordé su respuesta.

El decano Webber se adueñó del micrófono y empezó a dar un discurso sobre la importancia de los valores.
No podía mantener mi mente quieta para poder escucharlo, y no me importaba. Lo único que quería ahora era ver alguna persona sospechosa. Aunque muchos encajaban como sospechoso, me estaba empezando a sentir realmente paranoica.

«Es momento de dar a conocer al nuevo equipo que trabajará junto con el directivo para la formación de los estudiantes  y también para la formación de la Universidad. No solo desempeñará sus actividades tomados de la mano con la directiva, también será el portavoz principal para saciar las necesidades de los estudiantes.
Como ustedes saben, este papel es muy importante, mas que intelecto y educación, se necesita vocación y tiempo  para ejercerlo.
Pero hoy queridos jóvenes, han elegido una vez más.

...
Y el nuevo presidente del consejo de estudiantes de El Instituto Privado de Marcella es.»

El silencio reinó en el inmenso salón de paredes de cristal. Ema tomó mi mano y la de Kaleb, en ese preciso momento me sentí tan afortunada de tenerlos.
Alan estaba sentado a lado de Ian. Con un terno exageradamente elegante. Su mirada de presumido no la podría quitar ni aunque quisiera.
Del otro lado se encontraba Irina. Vestida como si se estuviera yendo al funeral de su ex esposo que la engañó. El vestido negro era tan ceñido que se le marcaba la increíble figura que tenía, con un escote muy pronunciado obviamente. Por otro lado ella no aparentaba nada, era desagradable y arrogante y lo aceptaba con mucho orgullo.
Ian por el contrario había cambiado, estaba sentado tranquilamente, su mirada era serena, y por momentos nuestros ojos se encontraban y podía leer en sus labios un " te amo" de vez en cuando.
Iba vestido de un elegante terno color azul marino que le sentaba de maravilla.

«Ian Camber» — Agregó.
Reaccioné que Ian había ganado cuando Ema me sacó de mis pensamientos con un apretón de mano.

Irina no pudo disimular su desencanto ya que rápidamente desapareció del escenario molesta, mientras que Alan estrecho la mano de Ian como acto de "gentileza" algo que él no era.
El decano Webber le ofreció un abrazo a Ian y a Alan y les susurró algo en su oído.
Luego de que todo el directivo se acercó a felicitarlo lo primero que hizo fue buscarme y darme un abrazo tan fuerte que me hacía sentir que solo existíamos él y yo.
Estaba profundamente feliz por el, y más que todo orgullosa.
—Te amo Anna. Gracias por siempre estar conmigo. — Dijo, puso su mano en mi mejilla. Sentía todas las miradas encima de nosotros. Y era obvio. Muchas personas querían felicitarle.
Nos acercamos lentamente para darnos un beso. Él seguía sosteniendo mi mejilla y yo estaba totalmente perdida en sus increíbles ojos dorados.

Sentí aquellas hormigas por todo mi cuerpo. Su aliento tenia un leve pero exquisito olor a champagne y combinado con su perfume era una fragancia que me embriagaba.
Y Lo amaba, amaba cada parte de su ser, hasta aquellas que ni a el mismo le gustaban, desde sus largas y rizadas pestañas hasta aquel lunar rojo que tenía a al altura de su tobillo.
Terminé jodidamente enamorada de un hombre que jamás pensé encontrar. 
Que ni siquiera busqué, o pedí, que ni en mis sueños más descabellos lo imaginé .
Pero así es de sabio el destino, te obsequia cosas que ni tú sabias que querías.
No podría decir que necesitaba a Ian Camber en mi vida para poder vivir, no podría decir que sin Ian me faltaría el oxígeno, o que  mi corazón dejaría de latir. No podría decir eso.
Porque no es cierto.
Pero sé muy bien que si el destino me lo arrebata de las manos, sentiría un gran vacío en mi alma.
Quizás después de él  ya no me quedarán ganas de amar, porque él se las habrá llevado todas.
Así que, si bien nadie es indispensable en esta vida, hay personas que cuando se marchan se van llevando una parte de ti.

Amarte duele...Where stories live. Discover now