Capítulo 3

96 8 0
                                    


Unos golpes en mi puerta me despertaron de repente. Me levanté de la cama de inmediato y casi caigo. Traté de recuperar la estabilidad nuevamente. Vi el reloj. 14:10, jamás había dormido hasta tan tarde.

— ¡Anna por favor responde! ¿Estás ahí?— Era Ema mientras tocaba. Abrí la puerta yvi sus ojos castaños llenos de lágrimas. Detrás de ella estaba Kaleb.
— ¡Anna! ¡ESTAS BIEN! — Exclamó y me abrazó fuerte. Kaleb se acercó y el abrazo era de tres — Cindy me lo ha contado todo. Por favor perdóname. Yo no sabía que Alan era un cretino. No pensé que haría algo así. Te buscamos ayer por toda la casa y no te encontramos.— Dijo mientras seguía abrazándome. — ¿Qué tipo de amiga soy para presentarte a personas así?— Se culpó
—Discúlpenme ustedes por no haberlos llamado ayer y enviarles un mensaje con tan poca información. — Respondí. — Ema, no, tú no eres culpable de nada. — Le volví a dar un abrazo. — Estoy bien, solo me he lastimado la pierna. Estoy segura que caí encima de un cristal. Solo han sido tres suturas.
—Es un alivio. Ema y yo no hemos podido dormir, nos hemos sentido muy culpables. — Comentó Kaleb. — Cindy me ha dicho que Ian y Alan Parker no se llevan nada bien, ambos fueron contrincantes en las elecciones del Consejo. — Agregó. —Por cierto, te traje algunas medicinas para la resaca.
Dentro de la bolsa de papel, habían aspirinas, un jarabe y un sándwich de pavo.

—Gracias Kaleb, espero pueda quitarme este dolor de cabeza, y también la culpa de que la casa de Cindy ha quedado un desastre por mi. — Respondí.
— Cindy sabe perfectamente de quien es la culpa. Por favor no te sientas así. Solo no podía creer que el que te ha defendido haya sido Ian. Dijo que eso era imposible, que Ian no se mete en peleas desde hace años. — Ema se sentó a mi lado y me robó un pedazo de sándwich. — Creo que de todas maneras el Señor Patán no lo es tanto.
—Sigue siendo un arrogante pero le estoy muy agradecida. — Dije. — Me ha llevado a una clínica en sus brazos, ya que extravió llaves de su moto.

Kaleb y Ema se miraron de inmediato.

—Pensé que alcanzaste a ver eso— Contestó Kaleb. —El grupo de Alan le ha destrozado completamente la moto como venganza. Prácticamente no ha quedado nada en buen estado. — Agregó.
—¿Qué?
—Así son las cosas aquí Anna, así se desquitan cuando tienen un problema.
—Pero tranquila, esa moto para él sería como desechar un par de jeans viejos. Se comprará otra. — Respondió Ema, tratando de tranquilizarme.

Nos quedamos todo el día en el departamento conversando sobre como Ema se le había pasado la embriaguez cuando se ha enterado que yo estaba en medio de esa pelea, como a Kaleb le han hecho una raya a su auto en la parte de atrás y sobre como Cindy lo echó de su casa a Alan.
De pronto era de noche, y nos decidimos por hacer la cena.
Hicimos video llamada con mamá para que nos indique a Ema y a mí cómo hacer espárragos con pollo. Ambas no sabíamos ni por donde empezar.
Tomé mis medicinas a tiempo y sentí cierta preocupación por cómo ha de estar Ian. Aunque no se hizo ninguna herida profunda que necesitara suturas no me imagino los morenotes en su cara.

Kaleb llamó a su chofer y fue a su casa después de haber cenado y perdido salvajemente jugando cartas, mientras que Ema decidió quedarse a dormir conmigo.

—Bueno, ya se fue Kaleb, ahora dime. ¿Qué pasó con Ian? — Preguntó intrigada mientras se metía una palomita de maíz a la boca.
—No ha pasado nada, lo juro. El me dejo muy claro que yo no soy su tipo y él tampoco es mi tipo. — Respondí, era la verdad.
—Querida, Ian es el tipo de cualquier chica. — Dijo con una sonrisa acomodándose en el mueble. — Y ¿acaso te has visto en el espejo? Eres guapísima.
—Simplemente no es mi tipo.
—Bueno, he escuchado que no ha tenido ninguna novia oficial, al menos no en la universidad. Quizás los rumores de que es homosexual sean ciertos. ¡Que desperdicio! — Dijo suspirando. Nos miramos y ambos reímos.

Amarte duele...Onde histórias criam vida. Descubra agora