Capitulo 16

42 6 0
                                    

Mientras íbamos de camino a casa de Ian estaba nerviosa. Cuando recibí su llamada en la mañana me ha sorprendido, a la vez me siento algo molesta conmigo misma porque yo no quiero que mi familia lo conozca, y no por falta de amor, más bien, por exceso; quiero que mis padres y mis hermanos lo quieran tanto como yo pero tengo miedo de que vean ciertas destellos de arrogancia que a veces expresa.

Me vi en el espejo del auto. No me había maquillado casi nada, quise estar sencilla. Solo un poco de labial rosa en mis labios y algo de máscara en mis pestañas. Lucia muy fresca, y el vestido que me he puesto iba acorde a la situación. Blanco, algo bohemio y solo ceñido en la cintura, obviamente con una gabardina que llegaba un poco antes de la rodilla porque cada vez se sentía más heladas las noches en la Capital.

He preparado una tarta de arándanos.
Ema y Kaleb me han ayudado a hacerla. He salido con ellos a desayunar, últimamente cada quien ha estado tan enfocado en los exámenes de fin de ciclo que no hemos tenido tiempo de ponernos al día.

Sentí un nudo en el estómago al recordar que la semana que viene son las vacaciones, tenía planeado viajar el lunes en la mañana a Santa Val. Y no se lo he dicho a Ian. Se lo debía decir hoy. « ¿Y si me dice que él también quiere ir?» « ¿Qué le respondo?»
Ni siquiera les he contado a mis padres que tengo novio. Sé que no será un gran problema para mi madre, pero mi papá aunque es mucho más extrovertido y permisivo que mamá sé que lo analizará a Ian en cada movimiento, y en cada palabra que articule. Pensaba en las miles de cosas que podría pasar si llevo a Ian a que conozca a mis padres, « ¿Y si no le gusta lo que mamá cocina?» Yo lo sé, es algo banal, pero Ian no tiene problema con expresar sus gustos y disgustos, y está bien que siempre manifieste lo que piensa, el único problema es que a veces no mide y simplemente lanza palabras al azar. « ¿Y si no le cae bien a mis hermanos?» «¿Y si no se siente cómodo en mi casa que es totalmente diferente a la de él?», «¿Y si a papá no le cae bien?» eran las preguntas que me he hecho toda esta semana, pero era hora, se lo debía decir. «Mejor después de la cena.» me dije a mi misma intentando aplazarlo nuevamente.

— ¿En qué tanto piensa mi chica que no se da cuenta que está sonando una de sus canciones favoritas? — Me preguntó Ian, poniendo su mano en mi muslo.

De pronto me di cuenta que sonaba "Bless the broken road de Rascal Flatts." Y era cierto, era una de mis canciones favoritas y también la de él. Algo gracioso si me pongo a pensar, si no lo conociera jamás pensaría que le guste una canción tan romántica. — Eres increíble Anna. No tienes que ponerte nerviosa, solo sé tú misma y créeme que te terminarán queriendo más de lo que me quieren a mí. — Espetó con una sonrisa, y pude ver en sus ojos algo, no podía definir qué ¿Tristeza? ¿Dolor? Quizás solo eran ideas mías.

—No estoy nerviosa. — Mentí.

—Y no eres buena mintiendo. — Respondió. Y acarició mi barbilla con su mano desocupada. Admiré el paisaje desde la ventana. El cielo se veía imponente, como si estuviera apunto de desprender una lluvia torrencial. Lo sé, me sentía desconectada. Pero es que en mi mente seguía la incógnita de si les caeré bien a sus padres. Los Camber era una de las familias más poderosas del país. Por no decir que era la más poderosa. Tenían tanto dinero que podían comprar otro país solo para ellos si así lo quisieran. «¿Eran clasistas?» Su único hijo, heredero de una empresa multimillonaria, estaba saliendo con una chica cuyo futuro dependía de una beca.

Su único hijo quería a una chica sencilla de clase media que no tenía suficiente dinero ni siquiera para visitar a sus padres más seguido.

Recordé a Irina tratando de humillarme. Recordé a todas las personas en la fiesta de Aniversario de la Universidad que nos veían y comentaban cuando Ian y yo entramos tomados de la mano. Recordé a las varias chicas de la universidad que se morían por Ian, todas de familias importantes, todas de su misma clase. Y se me revolvió el estómago.

Amarte duele...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora