Cap. 12 - El destierro

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–Es mejor que no lo veas. – Me dice Minho al salir de la Sala del Mapa y se marcha con Alby.

El moreno ha venido a buscarnos y he intentado que éste me contara algo más sobre lo que iba a pasar con Ben, pero no he tenido suerte. Debe ser algo muy difícil para ellos en realidad.

Los veo marcharse, pensando si debería hacerle caso a Minho y evitar ir donde, seguramente, todos los demás se estarán reuniendo. No, tengo que ver lo que va a pasarle al chico. Si es una especie de protocolo o lo que sea, tengo que saber como actúan.

Veo a Thomas primero y corro junto a él. Todos están reunidos con lanzas en las puertas abiertas, menos Chuck que no se ha acercado tanto.

–¿Sabes que va a pasar? – Nos preguntamos a la vez y ambos negamos también al mismo tiempo. Si hubiera pasado en otro momento, habría resultado gracioso.

Llegamos junto a Chuck, mientras veíamos a Minho llevar a Ben con los demás.

–Creo que ya sé lo que va a pasar. – Susurro sintiéndome mal.

–Sí, yo también. – Dice en voz baja Thomas.

No logro ver a través de los chicos lo que está pasando, por lo que empiezo a acercarme más cuando la ráfaga de viento que anuncia que las puertas van a cerrarse hace su aparición.

–¡Palos! – Grita Alby.

Todos bajan los palos a la señal y apuntan a donde supongo está Ben, quien está suplicando que no lo hagan. Es un maldito destierro.

Las puertas se empiezan a cerrar y los encargados avanzan para que Ben retroceda al interior del Laberinto. El chico suplica una y otra vez que le escuchen, pero le ignoran.

Las puertas están casi cerradas y solo puedo ver a Ben al otro lado, sabiendo que no va a sobrevivir. De repente, Ben me mira.

–¡¡ERES LA ÚNICA QUE PUEDE AYUDARLES, ___(TN)!!

Las puertas se cierran completamente, pero el grito de Ben parece hacer eco, al menos en mi cabeza. ¿Qué querría decir Ben con eso?

Los demás pasan su mirada de mí a Alby, esperando que él diga algo. Siento mi corazón latiendo fuertemente, también esperando que Alby diga algo.

–¿Qué quería decir...?

–Olvídalo, ahora pertenece al Laberinto. – Me interrumpe el moreno.

Alby mira a todos antes de caminar para alejarse, pasando entre Thomas y yo.

–Pero, ¿y si...? – Vuelvo a intentar preguntar, girándome para mirarle.

–Olvídalo. – Repite y sigue su camino.

El resto también se empieza a mover, alejándose de las puertas cerradas, pero no puedo hacer lo mismo. Las palabras de Ben me tienen confundida, necesito saber a qué se refería.

Thomas y yo nos miramos, ambos queremos entender lo que Ben ha estado diciendo desde que le picaron.

–¿Crees que también te ha visto, __*? – Me pregunta en voz baja, para que ninguno de los demás que están todavía cerca nos escuche.

–Tal vez, es posible que de verdad haya recordado algo a causa del veneno. – Murmuro frunciendo el ceño, sin saber que pensar exactamente. – Es irónico, ¿no crees?

–¿Qué yo sea el culpable y tú puedas ayudarles? – Pregunta sabiendo a que me refiero. – Sí, lo es.

–Esto cada vez es más confuso. – Digo frustrada, pasándome las manos por la cabeza, y Thomas asiente.

Miro a nuestro alrededor, nos hemos quedado solos. Bueno, casi solos.

Minho sigue al lado de las puertas cerradas, pero está muy pensativo. Ni nos presta atención, tiene la mirada puesta en el muro.

–Hablamos luego, si podemos. – Le digo a Thomas, que vuelve a asentir y se marcha.

Camino lentamente hacia el corredor, aunque ni siquiera sé que puedo decir.

–No es el momento. – Murmura Minho cuando siente mi presencia tras él. – No quiero ni necesito hablar.

–Entonces hablaré yo. – Digo, logrando que se gire y me mire. – Ben es un corredor, uno de tus chicos, por así decirlo, y...

–No me vengas con charlas sentimentales que no sirven de nada, novata. – Me interrumpe molesto y pasa por mi lado. – Y yo que creía que venias a darme apoyo...

–¡Es lo que estaba intentando! – Exclamo asombrada por su tono de voz, mientras me giro para mirarle. – ¿Vale? ¿Qué tipo de apoyo es...?

No termino la pregunta, al darme cuenta de la respuesta. Y yo que pensaba que se sentiría mal, pero no.

Minho se gira a mirarme con una sonrisa burlona.

–Eres increíble...

Esta vez soy yo la que pasa por su lado, dándole con el hombro al hacerlo, y camino hacia las cabañas.

....

Corría, corría huyendo de lo que me perseguía. El ruido metálico, que las patas del monstruo hacía, cada vez estaba más cerca.

A lo lejos, las puertas que daban al Claro se estaban cerrando. Thomas y Minho intentaban venir a por mí, pero los demás les sujetaban.

–Corre, __*, corre. – Decían ambos mientras forcejeaban, pero otra voz se escuchaba más.

Pronto serás la siguiente en morir. – Por todas partes se escuchaba a la mujer decir una y otra vez, mientras no dejaba de correr. – Pronto estarás muerta, ___(Tn).

Sentí algo frío clavarse en mi espalda...

Me levanto asustada, con la respiración agitada. ¿Era una pesadilla?

Esa voz ya la había escuchado antes, en otro de esos extraños sueños, la otra noche. Sin duda a esa mujer no le caía bien...

Observo alrededor, todo está oscuro y en silencio, demasiado. Necesito salir de aquí, de mi cabaña.

Aún es de noche, seguro que todos están durmiendo. Debería volver a dormirme, pero ¿y si vuelvo a tener uno de esos sueños?

Miro la cabaña de Minho, y me doy cuenta de que durmiendo acompañada no los tenía. ¿Y si busco a Thomas? No, me costaría encontrarlo entre todos los demás, solo sé que duerme en una hamaca.

Camino decidida y entro en la cabaña, sin pararme a llamar ni nada. Espero que esté durmiendo profundamente, porque seguro que su ego dirá que no podía resistirme a venir con él.

–¿Pasa algo? – Pregunta un somnoliento Minho cuando cierro la puerta.

–He tenido una pesadilla. – Respondo en un susurro, acercándome. – No quiero estar sola.

Minho se mueve, haciéndome sitio, y me acuesto a su lado, dándole la espalda.

–Y dudabas de que era irresistible... – Susurra contento mientras me rodea la cintura con un brazo para acercarme a él.

–Calla y duérmete de nuevo, Minho. – Gruño cerrando los ojos y haciéndole reír contra mi pelo.

Laberinto (Minho y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora